Ya la negación
social política y de entente entre España y Catalunya es casi imposible cada día
que pasa las relaciones están más tensas y más difíciles de soportar, yo me
pregunto porque solo pasa entre Catalunya y España o es una apreciación mía
porque nada mas veo el lado catalán – español y desde esta óptica no veo que
haya una intolerancia entre por ejemplo Andalucía y España o entre Aragón y España.
Creo que no me equivoco si digo que sin embargo si hay una animadversión entre las
comunidades españolas con Catalunya.
El último
acto vivido fue el de ayer por la noche en un simple partido de futbol un acto
muy simple por mucho que desde el estado español se empeñaron desde toda la
semana en embrutecerlo provocando que un hecho ya más que sabido fuese más
grande más ruidoso y más folclórico, de lo que de por si iba a ser. Me refiero
al rechazo al himno nacional de España que la burocracia obliga a que unos
aficionados al futbol no a la patria ni a la política ni al rey tengan que
escuchar por fuerza en silencio y con respeto.
Qué importancia
tiene un himno, al que llaman nacional, que dé nacional no tiene nada, pues es
una marcha militar guerrera, que por no tener no tiene letra porque no estuvo concebido
para que el pueblo lo hiciese suyo, o mejor dicho, hay escritas muchas letras
porque muchos autores letristas han intentado convertir una marcha militar en
un himno nacional civil, cosa que no lo ha conseguido nadie.
Bien la cuestión
es que el gobierno centralista de España ayer consiguió descargar su
intolerancia y su desazón al no poder conseguir que su rey tuviese que entregar
la copa otrora llamada de España a uno de los dos equipos de las regiones más
antiespañolas que existen en España sinceramente creo que toda la presión puesta
por el gobierno y los medios de comunicación españoles durante la semana era
simplemente intentar deslucir el espectáculo
Como suele
ocurrir la prohibición no hizo más que servir de acicate y Felipe VI tuvo que
escuchar una lluvia de silbidos en su estreno en el palco de la Copa del Rey.
La mayor registrada en las últimas finales, superando incluso las de Mestalla
en el 2009 y en el Vicente Calderón en el 2012. El Gobierno ya anunció ayer una
reunión para mañana para estudiar sanciones. Sanciones de impotencia y rabia
porque jurídicamente no hay delito ni desobediencia ni nada que se parezca
simplemente la libertad de expresión de dos pueblos que no sienten como suyo
una marcha militar que a uno de ellos Catalunya le recuerda que es un botín de
guerra de España.
El último en
multar por silbar el himno de España fue Primo de Rivera en 1925. El dictador
decidió cerrar el antiguo campo del Barça en Les Corts durante seis meses.
Noventa años después el presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel
Cardenal, había amenazado con sanciones si se pitaba la Marcha Real de nuevo en
el feudo azulgrana.
Artur Mas
presidente de Catalunya manifestó intentando quitar hierro al asunto. “Yo he estado en otras finales como las de
Valencia y Madrid donde también se silbó el himno”. “Esto hay que situarlo en
el contexto de la normalidad de este tipo de situaciones y no hacer el ridículo
de provocar y amenazar, que solo contribuye a que la gente tenga más ganas de
silbar”, sentenció Mas, que comentó que el Rey se lo había tomado con
naturalidad. No ha comentado nada. Ha sido muy discreto y en su sitio, como le
toca. «Si el Gobierno insiste en amenazar con sanciones, aparte de hacer el
ridículo lo que generarán es un efecto bumerán».
Pero la
historia va a seguir trayendo mucha cola. Minutos después el Gobierno español
mandó un comunicado lamentando lo sucedido: «Es una falta de respeto para este
deporte, para el conjunto de los aficionados y para todos los españoles, que
tienen derecho a disfrutar de este partido como lo que es, un espectáculo
deportivo, y, al mismo tiempo, a ser respetados a través de los símbolos que
nos representan a todos y a nuestra democracia, esto último no es verdad porque
está claro, que NONOS REPRESENTA A TODOS y también tenemos el derecho y la
libertad de exponerlo públicamente.
En la nota del
gobierno se busca no solo molestar a la libertad del pueblo, sino la búsqueda de un
enfrentamiento más violento entre ambos. Se anuncia la convocatoria para mañana
de la Comisión Estatal contra la: Violencia,
el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, es decir pone en
juego unas circunstancias que no ocurrieron porque por no haber no hubo ni un
solo altercado de orden público entre las aficiones que se enfrentaron en la
final pero el gobierno del PP monta un panorama irreal para «proceder a denunciar las actuaciones
inconvenientes y, en su caso, proponer las sanciones que fueran procedentes, en
aplicación de la vigente legislación, cuyos principios deben ser preservados». Francamente
de vergüenza y lastima.
El Gobierno
considera que «cualquier muestra o manifestación de intolerancia es siempre
reprochable; y lo es más todavía cuando busca la repercusión pública
aprovechando un espectáculo deportivo, que todos los españoles tienen derecho a
disfrutar, sin la protesta y la perturbación que algunos quieran imponer». Oigan
señores del gobierno, si alguien impuso algo fue su querido y nacional equipo
de futbol del Real Madrid que negó su estadio para que se celebrase con orden y
reverencia la final de la copa de su majestad el rey, llevar esta final a Barcelona
fue el interés dinerario de la Real Federación de Futbol española. Así que no
vengan ahora haciéndose los mártires.
El Gobierno
ha condenado esta noche los ataques contra los símbolos que representan
"al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la
convivencia que comparten" con motivo de la pitada al himno nacional
durante la final de la Copa del Rey de Fútbol entre el Athletic y el Barcelona.
Esto es lo que intenta condenar el gobierno que ningún equipo español de pureza
nacional haya tomado en serio tan importante competición nacional orgullo de España
y ofrecida en nombre de su majestad el rey.
Amigos españoles
no sufran por nada solo lo paso mal el gobierno ustedes vieron un muy buen
partido de futbol en Barcelona no pasó nada los vascos se lo pasaron estupendamente
por Barcelona paseando y disfrutando de un gran día de primavera y solo
sufrieron por perder el partido, cosa que en el fondo ya se lo temían, pero les
aseguro que fueron felices durante una semana y el sábado hasta las 21,45 en que ya vieron que la cosa no tenía
arreglo.
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