A medida que
pasan las horas y que se suceden los comentarios de especialistas en política
con respecto a las elecciones locales a ayuntamientos celebradas ayer en España y por supuesto en Catalunya. El gran
interrogante ahora es si Artur Mas mantendrá o no su intención de
convocar las elecciones catalanas para el 27 de septiembre. Las
presiones sobre el president para que lo deje correr no han hecho más que
empezar, esta mañana lo escribía yo mismo y también lo hacen por parte de un
sector de su partido y por parte, en mayor medida, de sus aún socios de Unió Democrática.
Presiones que no tardarán en manifestarse públicamente o no es muy posible que
solo se pronunciaran abiertamente si se decide no hacerlas.
Los
democristianos de UNIO, (recordemos que Mas gobierna por una coalición entre dos
partidos, Convergencia Democrática y Unió Democrática (CIU) que ya abogaron por
acabar la legislatura, redoblarán a partir de hoy su demanda y, esta vez, Mas
podría escucharles. La pérdida de Barcelona ha sido un golpe muy duro para
Convergencia. El resultado obtenido en la totalidad de Catalunya es muy
digerible, incluso halagüeño, para Mas, pero sin dominar Barcelona resulta difícil
liderara un proceso de independencia de Catalunya.
Ya hace
algunas semanas que el president es consciente de que su pacto con Oriol
Junqueras y la ANC para convocar las elecciones el 27-S le llevaba a un
resultado demoledor para su partido, ya que la pérdida de votos para su coalición
parece asegurada tanto por el castigo
que siempre sufre quien gobierna y más en las condiciones de crisis actuales
como por la indiscreción e indefinición de Duran y Lleida presidente de Unió Democrática
que da una cierta imagen de
inestabilidad la conjunto CIU. Sin embargo, anteponía su palabra a cualquier consideración
en contra.
Ese
planteamiento cambia ahora porque la perdida de Barcelona es en cierto modo
insegura en mi comentario anterior hecho prácticamente en caliente no he
querido extenderme en las razones pero ahora ya reposados los hechos creo que si
hay suficientes razones para que Mas retire su intención de no terminar la legislatura
y por lo tanto no convocar elecciones anticipadas el 27S y se espere al 2016 a
que pasen las elecciones generales españolas anunciadas para noviembre de este
año.
Los motivos
son claros la posible independencia de Catalunya solo se podrá votar una vez si
se pierde la posibilidad lo más probable es que ya nunca más se repita esta
oportunidad así que en septiembre, Mas y Catalunya se encontraran con un
gobierno en Madrid muy preocupado por sus próximas elecciones y por lo tanto
muy agresivo y aquí con una futura capital del nuevo país con un gobierno local
que no se sabe si quiera que quiere hacer con Catalunya, además es hasta muy
posible que ya no este, que se haya desecho a sí mismo.
El vencedor
de estas elecciones en Barcelona (BCN en común) lo es por solo 1 diputado sobre
CIU que es la segunda 11/10, es además una formación no unitaria sino constituida
por: Guanyem Barcelona; Podemos; ICV; EUiA y Proces Constituent i y Equ es decir recoge movimientos cívicos sociales
varios y un solo partido político, esta amalgama hay que ver como se dominaran
entre ellos cuando se encuentren en el enorme y complejo ayuntamiento de Barcelona,
yo sinceramente dudo que se entiendan no por ineficaces sino por sus propios
egos.
Lo que estoy
diciendo no significa, ni mucho menos, que Mas renuncie al proceso soberanista
y a su liderazgo. Precisamente, Convergencia y ERC podrían intentar una lista
conjunta de las fuerzas por el sí a la independencia o incluso por el derecho a
decidir de cara a las elecciones generales, pero más tarde cuando se vea que carácter
tiene y si llega la nueva alcaldía y si sigue gobernando el PP en España lo que permitiría por un lado recobrar el
ansiado tótem de la unidad es decir Barcelona y encontrarse con un gobierno
español menos beligerante.
Este
escenario sería ideal para Artur Mas. El aplazamiento de las elecciones
catalanas permitiría a CiU esquivar por el momento su crisis interna, además de
eludir el golpe del electorado a las fuerzas tradicionales. Los votantes
podrían dar rienda suelta a su enfado con las formaciones tradicionales en las
generales y llegarían más sosegados a las catalanas. Y también podría demostrar
que no hay alternativa a convergencia para que sea esta quien lidere el asalto
a la independencia de Catalunya este siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario