lunes, 25 de mayo de 2015

CATALUNYA TIENE DEMASIADOS NOVIOS Y NOVIAS ASI NO HAY INDEPENDENCIA



A medida que pasan las horas y que se suceden los comentarios de especialistas en política con respecto a las elecciones locales a ayuntamientos celebradas ayer en  España y por supuesto en Catalunya. El gran interrogante ahora es si Artur Mas mantendrá o no su intención de convocar las elecciones catalanas para el 27 de septiembre. Las presiones sobre el president para que lo deje correr no han hecho más que empezar, esta mañana lo escribía yo mismo y también lo hacen por parte de un sector de su partido y por parte, en mayor medida, de sus aún socios de Unió Democrática. Presiones que no tardarán en manifestarse públicamente o no es muy posible que solo se pronunciaran abiertamente si se decide no hacerlas.

Los democristianos de UNIO, (recordemos que Mas gobierna por una coalición entre dos partidos, Convergencia Democrática y Unió Democrática (CIU) que ya abogaron por acabar la legislatura, redoblarán a partir de hoy su demanda y, esta vez, Mas podría escucharles. La pérdida de Barcelona ha sido un golpe muy duro para Convergencia. El resultado obtenido en la totalidad de Catalunya es muy digerible, incluso halagüeño, para Mas, pero sin dominar Barcelona resulta difícil liderara un proceso de independencia de Catalunya.

Ya hace algunas semanas que el president es consciente de que su pacto con Oriol Junqueras y la ANC para convocar las elecciones el 27-S le llevaba a un resultado demoledor para su partido, ya que la pérdida de votos para su coalición parece asegurada  tanto por el castigo que siempre sufre quien gobierna y más en las condiciones de crisis actuales como por la indiscreción e indefinición de Duran y Lleida presidente de Unió Democrática  que da una cierta imagen de inestabilidad la conjunto CIU. Sin embargo, anteponía su palabra a cualquier consideración en contra.

Ese planteamiento cambia ahora porque la perdida de Barcelona es en cierto modo insegura en mi comentario anterior hecho prácticamente en caliente no he querido extenderme en las razones pero ahora ya reposados los hechos creo que si hay suficientes razones para que Mas retire su intención de no terminar la legislatura y por lo tanto no convocar elecciones anticipadas el 27S y se espere al 2016 a que pasen las elecciones generales españolas anunciadas para noviembre de este año.

Los motivos son claros la posible independencia de Catalunya solo se podrá votar una vez si se pierde la posibilidad lo más probable es que ya nunca más se repita esta oportunidad así que en septiembre, Mas y Catalunya se encontraran con un gobierno en Madrid muy preocupado por sus próximas elecciones y por lo tanto muy agresivo y aquí con una futura capital del nuevo país con un gobierno local que no se sabe si quiera que quiere hacer con Catalunya, además es hasta muy posible que ya no este, que se haya desecho a sí mismo.

El vencedor de estas elecciones en Barcelona (BCN en común) lo es por solo 1 diputado sobre CIU que es la segunda 11/10, es además una formación no unitaria sino constituida por: Guanyem Barcelona; Podemos; ICV; EUiA y Proces Constituent i  y Equ es decir recoge movimientos cívicos sociales varios y un solo partido político, esta amalgama hay que ver como se dominaran entre ellos cuando se encuentren en el enorme y complejo ayuntamiento de Barcelona, yo sinceramente dudo que se entiendan no por ineficaces sino por sus propios egos.

Lo que estoy diciendo no significa, ni mucho menos, que Mas renuncie al proceso soberanista y a su liderazgo. Precisamente, Convergencia y ERC podrían intentar una lista conjunta de las fuerzas por el sí a la independencia o incluso por el derecho a decidir de cara a las elecciones generales, pero más tarde cuando se vea que carácter tiene y si llega la nueva alcaldía y si sigue gobernando el PP en España  lo que permitiría por un lado recobrar el ansiado tótem de la unidad es decir Barcelona y encontrarse con un gobierno español menos beligerante.

Este escenario sería ideal para Artur Mas. El aplazamiento de las elecciones catalanas permitiría a CiU esquivar por el momento su crisis interna, además de eludir el golpe del electorado a las fuerzas tradicionales. Los votantes podrían dar rienda suelta a su enfado con las formaciones tradicionales en las generales y llegarían más sosegados a las catalanas. Y también podría demostrar que no hay alternativa a convergencia para que sea esta quien lidere el asalto a la independencia de Catalunya este siglo.

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