El año que viene España alcanzará un momento crítico,
desde el punto vista demográfico, para el desarrollo del mercado de trabajo,
del sistema de pensiones y de la protección social en general. Será entonces
cuando su población se dividirá a partes iguales –el 50%– entre quienes están
en edad de trabajar, porque tienen entre 16 y 64 años, los activos, y quienes
por edad están fuera del ámbito del mercado laboral. Es decir, los menores de
16 y los mayores de 64.
O, dicho de otra manera, España ha llegado ya a una
situación de riesgo demográfico de un activo por un pasivo. Máxime, cuando 4,8 millones de los 23
millones de activos están en paro. Esta tendencia va a ir a más en los
próximos años y, como consecuencia de ello, va a hacer que llegue el momento en
el que el número de cotizantes a la Seguridad Social no pueda soportar el gasto
en pensiones.
Bien y que hay que hacer, porque denunciar fracasos y
falta de previsión es muy fácil, lo que este país y casi todos necesitan hoy en
día, son estudios tendentes a dar soluciones, no a demostrar problemas
solamente, que repito es lo fácil. Habrá que decidir urgentemente que hacer con
el excedente de desempleados que nunca la economía nacional podrá absorber, y
hay que hacerlo rápido porque el fenómeno que está ocurriendo hoy en día, es
que se reduce la inmigración a aumenta la emigración según estudios del Instituto
Nacional de Estadística, pero como siempre, los datos son tendenciosos dicen
solo lo que parece bueno, si se van mas que llegan reduciremos el desequilibrio
demográfico ocasionado durante la década loca del bum inmobiliario, esto no es así,
ya que se calcula que en los próximos diez años a este ritmo se reducirán solo 500.000
habitantes es decir nada.
Además tampoco se dice en las estadísticas, que tipo
de personas entran y qué tipo de
personas salen, y esto es de vital importancia, la realidad actual, es que los
que siguen viniendo son no cualificados, y los que marcan la diferencia y que
se van, son lo mejorcito de nuestra juventud, con titulaciones universitarias y
con un amplio porvenir profesional que se va a realizar fuera de nuestras
fronteras.
Esto es lógico y no puedo quejarme por ello, yo haría lo
mismo si empezase hoy mi vida profesional, como me voy a quedar en un país donde
el futuro está lleno de desempleo, no hay futuro posible, el coste de este paro
crónico es tal, que es imposible que España cuadre sus números a no ser que su economía
se reduzca a niveles de algunos países de América central y África, esto es así
de grabe. España debe volver imperiosamente a una población de equilibrio de
entre 38 y 40 millones de habitantes como sea y rápidamente, debe lamentablemente
seleccionar que quiere que se quede, y quienes deben marcharse de esta nación.
Si esta acción conlleva como he dicho en mis
comentarios repetidamente, un coste de fomento de repatriación al estado, debe
de llevarse a cabo igualmente, es preferible realizar un gasto puntual, que
convertirlo en un coste social perpetuo y sin objetivo final, más que su eliminación
por imposibilidad de soportarlo, porque si se llega a este extremo, el problema
entonces será peor ya que convertiremos a los desempleados crónicos, en
revolucionarios activos.
España debe planificar su nueva economía basándose en
estos problemas, y debe hacer participes a los demás países de la unión europea
si queremos seguir perteneciendo a ella, estoy seguro que la UE esto lo sabe, lo
mismo que sabe que Grecia y Portugal no pagaran nunca su deuda, y que Italia va
derecha el colapso económico y político, este es el problema básico de la “desunión
europea” el hecho incuestionable de que una parte se sabe gobernar, y la otra
no.
Ya lo plasme en otro artículo pero vale la pena volver
sobre las cifras veamos en España de verdad hay 5 millones de desempleados, que
unos cobran y otros no, estos reciben una llamémosle compensación social, si
analizamos la tipología de este colectivo el grueso de sus componentes diría que
en un 60% son procedentes de la inmigración desaforada de la década pasada, es
decir estamos ante 3 millones de personas que deslumbrados por la bonanza de España,
dejaron su mala situación original, para ver de tener una vida mejor aquí, esta
situación se ha cambiado por completo y ahora están igual o peor que cuando
iniciaron su aventura.
Pero es que además, es seguro que aquí no les va a
cambiar la situación, España no podrá crear ni en 50 años que pasen 3 millones
de nuevos empleos porque se trata de eso, no de ir manteniendo el empleo y
desempleo natural, que estaría cifrado como mucho en un 9% de la población activa.
Para este capítulo ya tendríamos los 2 millones que deberíamos soportar. Así que
si calculamos un coste medio de 650 € por
mes y desempleado de larga duración (emolumentos directos mas costes de atención)
podemos cifrar en 23,400 millones, de
euros anuales, el gasto que recae sobre la economía nacional, mi propuesta
es destinemos el coste equivalente a 10 años de esta situación, lo que equivaldría
a un montante de 234.000 millones de
euros, (6.500 € por desempleado) esto significa que si nuestro PIB es de 1.100.000.000
millones de euros, quiere decir que el coste propuesto significaría tan solo un
0,021 % yo diría que no tendría repercusión apreciable.
A mí me parece que proponer a este excedente de personas, una indemnización
para su emigración de 6.500 € por desocupado, seria muchísimo más eficaz que mantenerlos haciendo cursos y mal viviendo en
nuestro país. Con una cifra así en el bolsillo en sus orígenes les permitiría rehacer
por completo sus vidas y su hacienda. Y a este país le permitiría recomponer su
demografía natural, porque aunque estamos haciendo números sobre un desempleado,
lo lógico es suponer que en el número de emigrantes no sería de solo 3 millones, si no que entre familiares y demás
supongo que se superaría la cifra de los 7 millones de habitantes, este
reajuste demográfico permitiría al estado poder instaurar incentivos para
fomentar el crecimiento natural fomentando la natalidad, con el fin de ir
recomponiendo tambien la pirámide de edad de la población española.
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