Los líderes de la zona euro tienen entre sus manos varios fuegos que
extinguir en los próximos días. El mercado espera un plan ambicioso pero exige
que sea concreto y ataje los temores a una recesión económica global. Pero esto
es solo declaraciones de puertas a fuera simplemente para impresionar a la
prensa y dar la impresión a la sociedad de que se preocupan de algo. En el
fondo ni los políticos ni los bancos ni los financieros ni los mercados tienen
ningunas ganas de arreglar nada porque siguen pensando que cualquier solución pasa
por su propio perjuicio liberal y esperan que llueva café en el campo sin
necesidad de labrarlo.
Declaraciones de Durao Barroso como la
siguiente: "El
sector financiero también tiene responsabilidades, incluyendo responsabilidades
penales. Haremos esta semana una propuesta en este sentido dentro de nuestras
iniciativas para regular el mercado financiero". Ahuyentan todas las ganas
de que alguien arregle algo que falta de política por el amor de dios, con
amenazas así como quieren que colabore nadie esto se guarda en el tintero hasta
que la cumbre haya aprobado las suficientes medidas para lanzar el ataque final
pero empezar a advertir de lo mal que se lo van a poner es como decir más vale
que no vengáis que os la vais a cargar.
La cumbre del próximo domingo debería dar una respuesta firme en varios
frentes. Por un lado, el consejo europeo debe dar una solución contundente a la crisis griega. En este sentido, las
últimas informaciones apuntan a que estarían presionando a los acreedores
privados para que acepten una quita de la deuda de entre el 50% y el 60%, muy
superior al 21% pactado el pasado 23 de julio. La incertidumbre está en si el
acuerdo con los acreedores y la participación voluntaria de los bancos estará cerrada
para el domingo. Después de lo manifestado por Barroso y un cuerno van a
encontrar la colaboración de los bancos acreedores de deuda.
Por su parte, un analista de Morgan Stanley ha señalado que la cita en
Bruselas "tiene el potencial de convertirse en un positivo momento
histórico, pero que puede transformarse de forma sencilla en un catalizador
negativo". Los dirigentes de la zona euro se enfrentan a la semana más
crítica desde el inicio de la crisis de deuda soberana, hace ya más de dos
años. El otro frente con el que deben lidiar los líderes políticos europeos
esta semana es la recapitalización del
sector financiero.
El pistoletazo de salida lo dio la pasada semana José Manuel Durao Barroso
al afirmar que comenzaba una segunda ola de recapitalizaciones en los bancos.
Este fin de semana el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios,
Olli Rehn, afirmaba que los países de la zona euro estaban "muy
próximos" a alcanzar un "plan muy serio". Según las
especulaciones del mercado, la Autoridad Bancaria Europea plantea elevar las exigencias de capital
básico de las entidades hasta el 9%. También se espera que se modifique el
tratamiento que recibe la deuda soberana en las carteras de crédito de las
entidades financieras.
Un portavoz de la canciller Ángela Merkel ha señalado que la
cumbre europea del próximo 23 de octubre no traerá consigo una solución a la
crisis de deuda de la zona euro, Por su parte, desde Atenas, el primer
ministro, anunció el domingo que la deuda helena alcanzará el 162% del PIB en
2011 y ha vuelto a reiterar que el Ejecutivo está haciendo cuanto puede para
evitar la catástrofe. Es decir ya está claro que ni quiere Alemania, ni quieren
los bancos, ni saben lo que quieren los dirigentes comunitarios, es perder el
tiempo hasta da pena pensar en manos de quienes está el futuro de nuestros
hijos yo ya doy por perdido el mío.
La última cumbre del G-20 celebrada en París no ha dejado mensajes
explícitos a los países de la zona euro, pero sí que ha constatado la inquietud
del resto del mundo sobre la incapacidad de Europa para atacar sus problemas
con rapidez y eficacia, ante el creciente riesgo de contagio de la crisis.
Habrá que esperar al próximo domingo para descubrir el color de la fumata de
los líderes de la zona euro en Bruselas. El G20 ignora que en europa está
prohibido fumar en locales cerrados. Así que ni blanca ni negra sino todo lo
contrario.
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