lunes, 17 de octubre de 2011

MARCHA ATRAS LA ECONOMIA NO QUIERE SER RESCATADA



Los líderes de la zona euro tienen entre sus manos varios fuegos que extinguir en los próximos días. El mercado espera un plan ambicioso pero exige que sea concreto y ataje los temores a una recesión económica global. Pero esto es solo declaraciones de puertas a fuera simplemente para impresionar a la prensa y dar la impresión a la sociedad de que se preocupan de algo. En el fondo ni los políticos ni los bancos ni los financieros ni los mercados tienen ningunas ganas de arreglar nada porque siguen pensando que cualquier solución pasa por su propio perjuicio liberal y esperan que llueva café en el campo sin necesidad de labrarlo.

Declaraciones de Durao Barroso como la siguiente: "El sector financiero también tiene responsabilidades, incluyendo responsabilidades penales. Haremos esta semana una propuesta en este sentido dentro de nuestras iniciativas para regular el mercado financiero". Ahuyentan todas las ganas de que alguien arregle algo que falta de política por el amor de dios, con amenazas así como quieren que colabore nadie esto se guarda en el tintero hasta que la cumbre haya aprobado las suficientes medidas para lanzar el ataque final pero empezar a advertir de lo mal que se lo van a poner es como decir más vale que no vengáis que os la vais a cargar.


La cumbre del próximo domingo debería dar una respuesta firme en varios frentes. Por un lado, el consejo europeo debe dar una solución contundente a la crisis griega. En este sentido, las últimas informaciones apuntan a que estarían presionando a los acreedores privados para que acepten una quita de la deuda de entre el 50% y el 60%, muy superior al 21% pactado el pasado 23 de julio. La incertidumbre está en si el acuerdo con los acreedores y la participación voluntaria de los bancos estará cerrada para el domingo. Después de lo manifestado por Barroso y un cuerno van a encontrar la colaboración de los bancos acreedores de deuda.


Por su parte, un analista de Morgan Stanley ha señalado que la cita en Bruselas "tiene el potencial de convertirse en un positivo momento histórico, pero que puede transformarse de forma sencilla en un catalizador negativo". Los dirigentes de la zona euro se enfrentan a la semana más crítica desde el inicio de la crisis de deuda soberana, hace ya más de dos años. El otro frente con el que deben lidiar los líderes políticos europeos esta semana es la recapitalización del sector financiero.


El pistoletazo de salida lo dio la pasada semana José Manuel Durao Barroso al afirmar que comenzaba una segunda ola de recapitalizaciones en los bancos. Este fin de semana el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, afirmaba que los países de la zona euro estaban "muy próximos" a alcanzar un "plan muy serio". Según las especulaciones del mercado, la Autoridad Bancaria Europea  plantea elevar las exigencias de capital básico de las entidades hasta el 9%. También se espera que se modifique el tratamiento que recibe la deuda soberana en las carteras de crédito de las entidades financieras.


Un portavoz de la canciller Ángela Merkel ha señalado que la cumbre europea del próximo 23 de octubre no traerá consigo una solución a la crisis de deuda de la zona euro, Por su parte, desde Atenas, el primer ministro, anunció el domingo que la deuda helena alcanzará el 162% del PIB en 2011 y ha vuelto a reiterar que el Ejecutivo está haciendo cuanto puede para evitar la catástrofe. Es decir ya está claro que ni quiere Alemania, ni quieren los bancos, ni saben lo que quieren los dirigentes comunitarios, es perder el tiempo hasta da pena pensar en manos de quienes está el futuro de nuestros hijos yo ya doy por perdido el mío.  


La última cumbre del G-20 celebrada en París no ha dejado mensajes explícitos a los países de la zona euro, pero sí que ha constatado la inquietud del resto del mundo sobre la incapacidad de Europa para atacar sus problemas con rapidez y eficacia, ante el creciente riesgo de contagio de la crisis. Habrá que esperar al próximo domingo para descubrir el color de la fumata de los líderes de la zona euro en Bruselas. El G20 ignora que en europa está prohibido fumar en locales cerrados. Así que ni blanca ni negra sino todo lo contrario.


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