Ya
está bien de poner palos a las ruedas de las iniciativas o de las soluciones más
o menos acertadas, pero soluciones al fin y al cabo, la actual forma de hacer política no es la
acertada, hacer política no es criticar lo que otro hace porque a mí no me gusta,
o me va mal para mis aspiraciones de gobernar en el próximo derrumbe de la sociedad de mi país,
hacer política es todo lo contrario, es corresponder con mis ideales y mis
ideas, a mejorar la sociedad en la que me desenvuelvo, aceptar la elección de
los gobernantes vigentes, y buscar la forma de mejorar la gobernabilidad.
Pero
no lo entienden así ahora los políticos, y la política estriba en destruir a la
sociedad que trata de gobernar mi enemigo político, porque destrozando a la
sociedad de mi país y diciendo que es por culpa de ellos, luego me votaran a mí.
Y lo malo es que la sociedad cae en esta
trampa, no sabe distinguir esta táctica nefasta y cobarde de tirar la piedra y
esconder la mano, y cae una y otra vez en la trampa, al final la sociedad se
desencanta y empieza a desentenderse de todo. Lo que favorece esta forma
innoble de actuar.
Esta
es la situación en todas las naciones de Europa, lo que aprueba el gobernante
electo, lo intenta destrozar el que aguarda detrás, y para ello no duda en
poner en riesgo a la propia supervivencia de su propio país y sociedad, le da
igual si la economía se cae, si el empleo también, si la vida social se enrarece,
le da lo mismo la cuestión es destrozar la gobernabilidad de su oponente, y eso
a mi entender no es hacer política ni ser político, esto es ser un traidor y un aprovechado.
No
lo digo en concreto por ningún país, lo digo en general es el tufo pestilente
que emana de la política actual, en Alemania, en Bélgica, en Italia, en España,
en Francia, etc. los gobiernos son atacados a muerte por sus opositores, no se
conforman con que las medidas que se toman sean más o menos acertadas, no es
suficiente con criticarlas constructivamente, hay que declararlas
inconstitucionales, fuera de la ley, falsearlas, denostarlas, y crear incluso
el efecto contrario al que están destinadas con toda la fuerza posible.
No
hay por culpa de esta situación posibilidad de gobernar por parte de los
gobiernos, estos tienen que estar pendientes de defenderse constantemente de
verdaderos ataques a muerte de sus opositores, pero es que además, deben de
preparar la contraofensiva e intentar destrozar a la oposición, así se pasan
las legislaturas con una guerra constante de desprestigios brutales y de
ineficacia de gestión y de dirección. Por eso saltan las calamidades de golpe,
por eso se declaran crisis de todo, porque no se está por lo que se debe estar,
es decir por gobernar, por dirigir, por prever,
por planificar, por corregir, esto ya no vale, ahora hay que estar luchando por
tu puesto por tu condición y tu salario y así no se hace política.
Hemos
entrado en un ciclo que no sé cómo se parara, pero si se donde nos llevara y
este camino nos conduce al despotismo y a la anarquía, la sociedad deberemos de
plantearnos si nos interesa seguir manteniendo y pagando estos políticos, que
no se entienden ni entienden su función, quizás habrá que pensar que para lo
que hacen y para lo que sirven, mejor prescindir de ellos, no sé cuando diremos
basta ya, pero me temo que no podremos esperar mucho porque el desorden y la
falta de salidas dignas que nos ofrece la política, nos empujara a la anarquía social
moderna irremediablemente, o al renacimiento de la dictadura impositiva del
ordeno y mando, y nos lo tendremos bien ganado.
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