A veces me pregunto que nos hace ser lo
“que” somos, porque él quien ya lo sé, lo hacen nuestros progenitores, nuestra madre
que nos recoge en su ser y nos da la luz
de la vida, y nuestro padre que la
siembra y la protege hasta que no puede más. Somos la mayoría, seres que crecen
entre los amores y cuidados de una madre y el ejemplo y la responsabilidad de
un padre, luego si las dos fuentes de vida nos dan él quien, está claro que la
sociedad nos da el “que” y moldea el
cómo.
Luego cuán importante es la sociedad
en que vemos la luz por primera vez, porque según sea seremos, si es libre
seremos libres, si es rica seremos ricos, si es esclava seremos esclavos, y si
es tonta seremos tontos. Es quizás por eso que la nación en que uno nace la que
le da el “que” decimos que es la madre patria , pero el problema reside en que
no hay un padre, “nuestro que”, en principio es huérfano y siempre estará buscando
como modelarse, como hacerse mejor, mas grande, mas fuerte, más digno, mas enaltecido.
Quizás por eso las naciones son también
como las madres, un tanto egoístas casi celosas diría yo, por eso le es tan difícil
al ser humano prescindir o cambiar su “que”
porque está dentro de uno, es inevitable, pero este “que” puede cambiarse y en
algunos momentos debe cambiarse, como sociedad lo hemos hecho multitud de
veces, y siempre sin casi darnos cuenta, han variado mucho pero siempre hay un común
denominador, siempre ha sido para ser mas “que”, las sociedades a medida que la
humanidad crece, la propia humanidad se recompone se va agrupando, de tribu a
pueblo, de pueblo a ciudad, de ciudad a región, de región a nación, y aquí estamos
hoy los europeos, formando unas naciones que pretenden ser mas.
Y lo estamos intentando como
buenamente podemos, pero nuestras madres no nos dejan, nos tienen demasiado
mimados unos para bien y otros para mal, a unos los han hecho muy trabajadores
y obedientes y a otros no tanto, y esas pequeñas cosas además del amor a
nuestra madre nos separan. Pero no podemos seguir así porque lo que nos rodea,
si no nos juntamos y apoyamos unos a otros nos puede, nos domina y si no
conseguimos crecer, nos aplastara con su tremenda fuerza.
Nosotros, no tenemos padre que nos
defienda de esta situación, hemos de comprenderlo por mucho que nuestra madre
patria, nos quiera nos mime, nos enorgullezca, no puede ya defendernos de los
asedios y ataques de otra sociedades mucho más grandes y fuertes que la
nuestra, nos hemos de convertir en esa figura paterna que nos ha protegido en
nuestra niñez como seres individuales, que nos ha llevado apoyándonos hasta
nuestra mayoría de edad, y ahora hemos
de tomar la decisión, hemos de abandonar el regazo de nuestro hogar, y tomar la
decisión de emanciparnos y subir todos juntos otro escalón en nuestra vida como
seres humanos y como sociedad, hemos de constituirnos en algo mas fuerte, más acogedor,
más grande, más justo, con más posibilidades de viabilidad para el futuro de
los que han de venir, hemos de conseguir una nueva madre patria, a la que ya
conocemos todos y que llamamos EUROPA.
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