Después de siete años de crisis, hasta el denostado negocio de
la construcción se ha sumado a la pequeña fiesta que parece vivir el producto
interior bruto (PIB) en España. La economía está creciendo por encima de la
media europea en buena parte gracias a unos estímulos monetarios sin precedentes
y un bajo precio del petróleo. Pero el FMI como yo y muchos españoles, no lo
tenemos tan claro, porque los problemas estructurales de la economía española ponen
en duda que sin estos estímulos pueda reflotarse por si misma dado su bajo
potencial de crecimiento a corto y medio plazo.
El informe elaborado en el marco del llamado Artículo IV, por el
cual el organismo de Washington hace una evaluación global de las economías y
plantea una serie de recomendaciones, enciende una luz roja sobre el vigor de
España en el medio plazo. Según el documento, cada año será más lento que el
anterior: el crecimiento previsto para este año y el próximo, del 3,1% y del
2,5%, respectivamente y no deja de menguar en los ejercicios siguientes, hasta
el 1,8% en 2020, dicho de otro modo el futuro es negro no hay salida del túnel.
Creo que me he referido en numerosos
artículos a lo que es España, nuestra nación es un país venido a menos desde
hace siglos. Descubrió el nuevo mundo por casualidad, creo un imperio gracias a
ello gastándose todas las riquezas y gloria que esto le proporciono, fue
arrinconada por los pueblos europeos que domino y ella sola se encerró tras la religión
y su mal entendido orgullo nacional.
España si hoy es una economía empujada
hacia arriba, lo es porque la UE necesita que no se reproduzcan más desastres
como el griego, pero no porque España haya cambiado en absoluto, España debería
haber avanzando en la consolidación fiscal, reducido su endeudamiento y mejorado
el mercado laboral, aprovechando para ello el empuje dado por la UE para
solucionar los problemas estructurales que sigue sufriendo y para mantener un
ritmo sólido de crecimiento, pero no lo ha hecho, se ha limitado a salvar su
ego otra vez, no quiso ser rescatada como país para evitar que se interviniese
y se descubriesen los escabrosos caminos de la política, casi medieval, en que
sigue moviéndose desde Madrid.
Comentaba hace pocos días que la
diferencia entre los resultados de la economía de Portugal es mucho más clara
que la de España, es que Portugal es más rico que España, no lo es, pero allá
se rescató a su economía, al país en una palabra, aquí en España solo se dejó
rescatar la banca, hoy Portugal está estabilizado con crecimientos del PIB del
0,4 % (ya llevan así dos meses seguidos) y en España solo lo están los grandes
bancos, pero la economía restante está igual o peor que hace siete años.
El Fondo Monetario Internacional
dijo que la recuperación se había acelerado en España gracias a una mejora de
la confianza, del consumo y de la inversión y a "significativos vientos de
cola externos", pero advirtió del riesgo de dar marcha atrás en las
políticas aplicadas, imprescindibles para generar confianza. “Una reversión de
las reformas aplicadas generaría incertidumbre y dañaría la recuperación, sobre
todo si las condiciones externas empeorasen considerablemente", dijo el
jefe de la misión del FMI, Helge Berger.
El Gobierno de Mariano Rajoy, fíjense
que no menciona nunca a Portugal, deberíamos preguntarnos porque Rajoy y el PP,
solo utilizan el ejemplo de Grecia para alertar de que el país se juega volver
a la crisis, tras las elecciones generales de final de año si el Partido
Popular no logra una mayoría suficiente para superar la previsible unión de la
izquierda, con todos los sondeos además augurando una gran fragmentación
parlamentaria.
Ciertamente el principal riesgo
doméstico son las dudas sobre qué pasará si el PP pierde la mayoría del
gobierno y la posibilidad de formar otro gobierno en minoría. El gobierno que
lo suceda vera que las reformas que están actualmente ayudando a la
recuperación en el país, no existen, sino que lo que está ayudando al país son
las circunstancias generales y el sacrificio de la clase media y trabajadora de
España, que curiosamente a medida que el gobierno va dando buenos números a sus
acreedores, estas clases medias y obreras se van quedando atrás en sus
ingresos, su seguridad y en su confianza.
El FMI prevé que España incumpla su objetivo de
déficit por dos décimas en 2015 y 2016 (-4,4% y -3%, respectivamente), y espera
que el crecimiento del PIB alcance su pico este año con una expansión de un 3,1
por ciento, que se irá reduciendo posteriormente del 2,5 en 2016 al 1,8 en
2020. Con estos números queda claro que no hay reactivación sino simplemente
estancamiento o si quieren neutralización de recesión económica.
Para evitar este freno al
crecimiento, que es imperativo si España quiere sobrevivir al desastre social
del desempleo, piensen que volviendo al ejemplo de Portugal este pequeño país tiene
un desempleo del 11% la mitad que España hoy, el organismo internacional
propone recetas centradas en solucionar la dualidad del mercado laboral,
impulsar el desarrollo de las pymes, reducir el endeudamiento público y privado
y emprender una consolidación fiscal gradual.
Pese a que constató un repunte en la
creación de empleo, el FMI destacó que más
de 5 millones de personas continúan en paro, (no han colado las trampas estadísticas
hechas por el gobierno) y que los
nuevos contratos laborales son en gran medida de carácter temporal y a tiempo
parcial, con una tasa de desempleo que podría quedarse como estructural y que se
acercaría al 16,5 por ciento. Sus recomendaciones en este capítulo, son
introducir un contrato único con coste de despidos creciente, alinear salarios
con la productividad y las condiciones económicas de las empresas y mejorar la
formación de los parados de larga duración.
Las empresas españolas tienden a ser
más pequeñas, menos productivas y menos orientadas a la exportación que las de
sus competidoras europeas, bien es cierto que esto mal les pese a muchos, es más
acusado fuera del territorio de Catalunya ya que en esta región se concentran
las empresas más exportadoras y más innovadoras de España, pero esto en parte
siempre ha sido así, hoy el problema de esta situación es que el gobierno no
quiere tomar ejemplo ni ayudar a Catalunya y las grandes compañías se han ido a
trabajar fuera de España porque aquí el ministerio de fomento no tiene recursos
que gastar en ellas
Curiosamente como rasgo positivo, la
misión del FMI (que visitó Madrid del 26 de mayo al 8 de junio) destacó que el
sector financiero español sigue fortaleciéndose, y respaldó los esfuerzos para
alentar a los bancos a aumentar su capital de elevada calidad
y reducir los préstamos fallidos, cosa que los bancos aprovechan para reducir
los prestamos fallidos y los otros en general, obligando a muchas empresas a
reducir actividad en lugar de aumentar productos e inversiones.
Un buen retrato de la realidad, esto
es lo que hay, la cuestión es por un lado, estamos los catalanes que vamos a
intentar escaparnos de esta España incapaz de ver más allá de su ombligo, que
no quiere ver que esta desequilibrada por completo y que cree que la solución es
seguir estándolo, porque por lo que parece las ideas políticas del centralismo
español, están inoculadas no solo en el PP sino en todas las formaciones políticas
que intentan hacerse con el gobierno de la nación. Son maneras de ver las cosas.
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