Rusia está
decayendo a tiempos de la más dura guerra fría Durante cuatro décadas, en el
momento actual que vive este inmenso país sus políticos de mentalidad
involucionista siguen empecinados en no querer mirar hacia europa o peor todavía,
en mirarla como su enemigo creo que es un problema político solamente quiero
creer que la sociedad rusa debe haber olvidado o puesto en segundo plano el desastre
de la segunda guerra mundial y los millones de muertos que tuvo en ella.
Pero me da
que los políticos rusos (siguen siendo muy soviéticos demasiado) tienen con Europa la misma fijación que los políticos españoles con Catalunya, y
cual es esta fijación, pues que les sirve de tapadera para todos sus errores y
encima les dan votos. Hace unos años atrás, un pensionista ruso era alguien al
que se respetaba, alguien al que la sociedad agradecía los servicios prestados,
desgraciadamente esto fue utilizado como una manera de mantener la llama del
recuerdo de la catástrofe de la guerra y de quien la organizo, ahora después de
tantos años ya no tienen esa gloria y los jubilados son ahora pobres jubilados.
Ahora, con
una pensión de 12.000 rublos (166 euros) y que las autoridades no actualizan
«al ritmo» al que sube la inflación, tiene que mirar hasta el último kopek que
gastan cuando acude al supermercado, una vez por semana. Y forman parte no de la gloria sino del desastre
económico de la política excluyente y belicista de Putin, forman
parte del segmento más
expuesto de la sociedad rusa, aquél que está sufriendo con mayor intensidad una crisis
económica a la que, por el momento y de acuerdo con las últimas
previsiones gubernamentales, no se vislumbra salida.
El precio de
algunos productos básicos se han multiplicado por dos; otros, como mínimo, han
subido el 20%. En el 2012, cuando la economía rusa crecía a unas tasas anuales
del 4%, la pensión media era de 9.800 rublos, que, al cambio de entonces,
equivalían a 253 euros. La enorme depreciación que ha sufrido la divisa rusa
desde el pasado invierno, que ha perdido más de un 30% de su valor, es la
principal responsable de la pérdida de capacidad adquisitiva de la sociedad
rusa sobre todo de sus pensionistas, pero lo peor es que ante esta realidad el
gobierno ruso como siempre les he dicho se saca las culpas de encima y desarrollado una suerte de mentalidad de
asedio: «Estamos sufriendo esto porque nos enfrentamos a EEUU y a Europa».
Putin es
inmune a los sufrimientos de su sociedad porque siguen teniendo a Europa como
escudo porque Rusia sigue siendo un mundo cerrado por mucho que asegure que ya
no son un régimen dictatorial como fes el comunismo. Pero la inflación, que desde enero crece a un
ritmo superior al 15% anual, está devorando la capacidad adquisitiva de la
sociedad rusa. Los gastos médicos se han convertido en una carga difícil de
sobrellevar sobre todo para los jubilados rusos. Los medicamentos se llevan una
parte importante de sus pensiones y,
para recibir atención médica, deben esperar en las colas durante horas.
Desde
principios de la pasada década, y con la única excepción del 2009, la economía
de Rusia, amparada por unos elevados precios del petróleo, creció, hasta el
2013, a tasas que oscilaban entre el 4% y el 8%, permitiendo que el país pasara
página del hundimiento económico que conllevó la desintegración de la URSS. Pero
esto se acabó y la tozudez del sistema y la política rusa no consolido nada Rusia
sigue sin industrias de importancia, sin marcas de prestigio en los mercados
mundiales baso su futuro en el gas y el petróleo y se lo gasto todo en el ejército
para defenderse de la malvada Europa.
Los
profesionales liberales, sin contrato ni salario fijo, son otro de los estratos
sociales que están pagando los platos rotos de la crisis actual. Los negocios
se ha reducido un 70%, en fin la culpa la tiene Europa, que es curioso no les
hemos hecho nada simplemente sancionar a sus políticos por iniciar movimientos bélicos
en algunas de sus ex repúblicas soviéticas. Cuando van a entenderlo los rusos y
sus políticos. Por favor no se pongan de espaldas a Europa, piensen que los
europeos nos hemos peleado entre nosotros muchas veces, pero aquí estamos, como
una familia unas veces más amigos y otras menos. No podemos decir que somos
como hermanos pero sí que podemos querernos como primos.
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