Toda la UE está deshaciéndose en unas incertidumbres económicas
y sociales que se niega a querer ver es como si los primeros ministros de la euro
zona estuviesen en medio de un desierto y en lugar de ver las arenas que los
van a sepultar viesen un oasis maravilloso lleno de palmeras y un lago de agua
dulce la situación empieza a ser alarmante y lo peor es que el oasis no se
difumina porque cada vez lo necesitan más para sobrevivir pero la realidad es
otra muy distinta no hay palmeras no hay agua no hay sombra solo hay un sol
abrasador que nos va a quemar definitivamente.
Todos los gobiernos de la UE, están empeñados no en
afrontar la realidad sino en negarla España además se presta a ser imagen de
este espejismo que no existe yo no sé qué pretende la euro zona con seguir alabando
la acción del gobierno de España, no puedo entender como un estado que cada vez
tiene más desempleo, que es capaz de convertir la estadística de la ocupación por
el trabajo por horas, en lugar de por trabajadores ocupados, que la deuda sigue
subiendo mes a mes, que no se paran las imputaciones de actos de malversación de
fondos públicos, de blanqueo de dinero, de abuso de poder, realizado por políticos,
de probar judicialmente que existió una contabilidad B del partido en el
gobierno. Y que los datos económicos están completamente trucados como en su día
hizo Grecia con Goldman Sachs sigue como decía presentándose en Europa como
ejemplo al menos es lo que nos dicen nuestros gobernantes.
Pero no termina con España el problema, el espejismo
de los datos difundidos con antelación por el Ministerio italiano de Trabajo se
ha roto: el 23 de abril el titular de la cartera Giuliano Poletti había
anunciado unos datos preliminares que indicaban 92.000 nuevos contratos en
marzo -el primer mes de la reforma laboral- con una subida de casi el 50% de
los contratos a tiempo indefinido. Por aquel entonces, sin embargo, la
oposición había alertado que para confirmar el entusiasmo del Gobierno había
que esperar los datos definitivos de Istat, el instituto nacional de
estadística.
Su llegada el pasado jueves cayó como un jarro de agua
fría sobre el Ejecutivo de Matteo Renzi: la tasa de paro volvió a subir en
marzo un 0,2 por ciento con respecto a febrero, mes en el que el dato ya había
registrado un ligero aumento. Los datos de Istat muestran que la senda positiva
de diciembre y enero, cuando el desempleo había empezado a bajar, se
interrumpe. La tasa de paro ha llegado hasta el nivel del pasado noviembre,
cuando todavía Italia parecía sumida en el túnel de la recesión. El dato
italiano, es cierto, sigue siendo muy bajo con respeto al español, con un
desempleo de 13 por ciento. Sin embargo los cálculos transalpinos son
diferentes, ya que Roma sigue contando como empleados algunos trabajadores que
cobran un subsidio provisional como consecuencia de expedientes de regulación
de empleo es decir también hace trampas para estar en el oasis maravilloso.
De hecho la ley, llamada con el término inglés
"Jobsact", no solo simplifica y abarata el despido (introduciendo en
caso de despido improcedente, una indemnización, mientras anteriormente el
trabajador podría pedir la reintegración en su puesto), sino prevé que las
empresas no paguen cuotas a la seguridad social durante tres años por cada
nuevo contrato a tiempo indefinido. Una medida que, en las intenciones del
primer ministro, debería facilitar las nuevas contrataciones, sobre todo de
jóvenes, gracias a las conversiones de contratos precarios en contratos más
estables. Pero tampoco este objetivo se ha conseguido durante el primer mes de
aplicación de la reforma: el desempleo juvenil en marzo subió 0,3 puntos, hasta
llegar al 43,1 por ciento.
Paralelamente a estos desastres Grecia Italia y España,
la población alemana es cada vez menos numerosa y cada vez más vieja. Un
informe de la Oficina Federal de Estadística prevé que los 81 millones de
habitantes que a día de hoy tiene Alemania aumenten ligeramente en los próximos
cinco a siete años para después disminuir drásticamente. Así, en 2060 vivirán
en el país de Ángela Merkel entre 68 y 73 millones de personas. El anterior
pronóstico de 2009 había asumido que habría entre 65 y 70 millones de personas.
Los nuevos cálculos, por tanto, indican que la población se contrae, pero lo
hará a un ritmo más lento, y la causa de ello es la inmigración.
El envejecimiento de la población afecta a toda la
Unión Europea. La esperanza de vida aumenta y la tasa de natalidad se reduce.
En España, la población mayor de 65 años se doblará de aquí a 2050. Y la
población que debería sufragar el pago de sus pensiones (entre 16 y 64 años) se
reducirá. Según el Instituto Nacional de Estadística, si hoy por cada 100
personas en edad de trabajar hay 27,6 mayores de 64 años; en 2050, habrá casi
73. Los Gobiernos de casi toda Europa han reformado sus sistemas de pensiones.
Italia, Francia, Portugal o Suecia han emprendido cambios para limitar la
jubilación anticipada y retrasar la edad real de jubilación. Esto pone en duda
la idea alemana de la inmigración porque es evidente que lo que no quiere Alemania
es que emigren a ella viejos sino jóvenes pero como vemos en todos los países
se terminan los jóvenes.
Solo hay una solución y esta solución pasa por no
crecer si no hay posibilidad de mantener el crecimiento demográfico dentro de
unos parámetros que políticos y sociedad deberían de estudiar conjuntamente no
tienen derecho los políticos a decidir si a Alemania le hacen falta más
habitantes o no esto es una cuestión de mucha importancia humana y social es
indudable que si Alemania se llena de inmigrantes tarde o temprano dejara de ser Alemania, alguien ha pensado en eso,
las incoherencias de las soluciones que políticos y economistas pretenden
aplicar o dar como actos de fe, son una auténtica aberración que pone en
peligro la vida social y política de Europa.
Imaginémonos dentro de diez años y nos encontramos que
Alemania tiene 90 millones de habitantes entre los cuales solo 50 son alemanes
de una o dos generaciones, lo primero que uno piensa es si los otros cuarenta
millones van a sentirse alemanes o no porque solo estarán allá para trabajar,
no se a ustedes pero a mí esto me recuerda la situación del Egipto de los faraones y los judíos, los
pocos alemanes serán pensionistas y ricos y los inmigrados los pobres
trabajadores estarán construyendo sus monumentos funerarios, y como además estos
trabajadores habrán vaciado sus naciones de origen estas serán unas naciones más
muertas de lo que ya hoy lo están.
No ven que esto es insostenible, que estas ideas son
lo que vengo diciendo un terrible espejismo que obnubila la razón y el sentido común.
Alemania no necesita crecer más sino todo lo contrario, debe reducirse al nivel
de una demografía lógica que los expertos deben estudiar y si les da miedo que
sus fábricas se paren por falta de mano de obra, lo que tienen que hacer es
trasladarlas a donde hacen faltan fábricas y sobra mano de obra, oigan la
diferencia de coste de esta mano de obra en origen en relación a la alemana es
tal, que permitiría hacer trabajar por ejemplo a los españoles, italianos,
portugueses y griegos, con un salario normal para ellos y mantener los márgenes
de beneficio bruto lo suficientemente amplios para mantener las pensiones
alemanas, y esto estaría bien visto porque sería la forma de mantener y ampliar
y equilibrar el consumo de la UE.
Pero lo que no se puede seguir pensando es que como Alemania
va bien hay que mantenerla a toda costa, esto es una aberración porque solo es
como digo un enorme espejismo, que además se difuminara en unos pocos meses sino al tiempo.
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