Si
señores, ustedes los que me siguen saben de mi afición a buscar ejemplos
prácticos para explicar lo inexplicable, y hoy he estado dando vueltas a mi
cabeza para encontrar un símil con que explicar lo que está pasando con nuestro
país. La mejor comparación que se me ocurre es la del desgraciado accidente del
crucero de vacaciones de nombre Costa
Concordia.
España
es su reflejo político y social, sino vean y lean mi teoría. Había una sociedad
que se las prometía muy felices, durante unos años la abundancia le sonreía,
así que sus dirigentes decidieron embarcarse en un viaje de placer, cogieron a
toda su gente y la metieron en un crucero enorme y muy bonito para que
disfrutaran de una navegación placentera y lejos de dureza áspera de la tierra,
lo que les alejo de toda realidad, el crucero iba capitaneado por un capitán y
su tripulación salidos de la escuela del PSOE.
Llego
un momento que el crucero necesitaba repostar y reemplazar la tripulación y al capitán,
porque las cosas ya no iban tan bien como al empezar el viaje, el rumbo se torcía y se pensó que otro capitán y otra tripulación
lo llevarían a mejor puerto, así con estas expectativas, el crucero puso proa
al primer puerto que encontrase en su ruta. Pero por el cansancio del capitán, o
por la ineficacia de la tripulación, el barco se acerco hacia la costa para ver
en realidad que podía hacer, y tanto se
arrimo que embarranco en ella quedando completamente barrado.
Esto
ocurrió un 22 de mayo de 2011, asustados por los destrozos que se ocasionaron
en la línea de flotación, el capitán ordeno adelantar la operación del “salvase
quien pueda” y anticipar la renovación de la tripulación y del capitán, todo
ello con el navío varado y semi hundido, prácticamente el capitán abandono el control
de la situación durante más de seis meses, tiempo en que se tardo absurdamente
en preparar a la nueva y renovada tripulación y capitán. Finalmente se decidió esta
nueva tripulación y a su capitán, y se les dio el mando del crucero, esta tripulación
y su capitán procedían de la escuela del Partido Popular.
Todos
esperaban que los nuevos tripulantes y su comandante, reflotaran el crucero,
pero o sorpresa la nueva tripulación lo que está haciendo es vaciando el barco
de todo lo salvable, y dejar que el barco se vaya escorando más y más, pudriéndose
su casco y armazón por la acción del salitre marino, y dejar que con suerte el
barco acabe hundiéndose en el fondo marino en cuyo borde se apoya, la tripulación
nueva, no es que haya abandonado el barco no, es que ni siquiera quiere subir por
miedo a que si lo mueven mucho se hunda definitivamente con ellos dentro.
La
cosa es clara, o vienen a salvarlo y reflotarlo dese la compañía de seguros, o
si no que se hunda, nadie del nuevo equipo y mucho menos su capitán tiene ni
ganas ni capacidad para salvarlo y ponerlo a flote. Entre tanto eso esta así,
del barco huyen hasta las ratas, todos los viajeros que lo habían disfrutado al
principio del viaje han visto como con el buque, se hundían o embarrancaban
todas sus pertenencias y sus ilusiones de un viaje feliz por la vida, por el
que habían pagado durante muchos años de esfuerzos y trabajo, ahora están en el
acantilado observando como día a día el crucero se inclina más y más, sin que
su nueva tripulación ni su capitán suban a bordo para ver de enderezarlo. Los viajeros
de primera clase se han marchado todos del lugar del accidente, ellos tienen
otras costas y otros buques por donde seguir disfrutando de unas vacaciones al
sol y al agradable frescor del mar Mediterráneo.
El
final está cantado, el barco acabara hundiéndose del todo, a no ser que venga
la compañía de seguros y decida que de su desguace se puede recuperar algo de provecho,
pero lo que está claro es que nunca más volverá a ser aquel esplendido crucero
grande y hermoso que un día fue. Gracias pues a las dos tripulaciones la del
PSOE y la del PP su labor, su preparación y su entusiasmo, nos han varado en la
costa quizás para siempre jamás.
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