Es ya un
hecho que si no toman conciencia firme de actuar decididamente contra la
especulación los dirigentes occidentales democráticos, la sociedad enmarcada en
este sistema de vida va a desmoronarse, esto no es nuevo ni único, innumerables
imperios y civilizaciones han sido pasto de sus propios errores, o aniquiladas
por otras fuerzas en crecimiento que las desplazan de su lugar prominente en el
devenir de la historia.
En nuestro
caso se juntan las dos situaciones, es decir nuestros errores y los empujones
que nos están dando las sociedades llamadas emergentes, en este articulo no voy
a repetir lo que ya he puesto de manifiesto en varias ocasiones, declarando la
ceguera por nuestra parte al hacernos victimas nosotros mismos de nuestra
avaricia incontrolada. Hoy lo que quiero, es poner de manifiesto como terminar
de una vez con la posición de víctimas propiciatorias, a la que la inoperancia
e inmovilismo de nuestros dirigentes políticos y económicos nos han colocado, y
están dejando que nuestra civilización prácticamente agonice. Hay que coger las
armas y entablar batalla en la primera guerra mundial mercantil y financiera de
la historia mundial, que sin querer reconocerla se está librando hace unos 10
años.
Repasar como
recordatorio, que la situación actual es debida a que occidente ha dejado de
producir riqueza material, es decir productos necesarios y comercializables en
el sistema actual, y antes elementos de trueque, y se ha convertido en
consumidor y pagador de innumerables productos que le producen otras
sociedades, así que occidente entrega dinero y los demás le dan cosas. El
desequilibrio comercial que se produce es brutal, porque hay muchísimo más
consumo y necesidad de artículos comunes, que de altísima tecnología que es el
todavía punto fuerte de la sociedad occidental. Así que la batalla consiste en:
yo me hago rico a costa tuya dándote productos que son imprescindibles para tu
sociedad, y tú me das dinero que yo no doy a la mía, sino que me lo quedo y lo
acumulo hasta que tenga suficiente para comprarte entero.
Y así
estamos, la primera batalla ya la hemos perdido, pero no la guerra, me niego a
aceptarlo, hay que coger las armas y contraatacar, todavía tenemos las de ganar
porque el contrario está cayendo en los mismos errores de estrategia de todo
conquistador, si destruyes lo que conquistas de que te sirve y cuanto más has
conquistado mas cuesta dominarlo. Basado en este punto vital propongo usar la
misma arma que nos ha llevado a la ruina y a las primeras derrotas, para salir
de ella y dar una lección inolvidable a nuestros contendientes esta arma no es
otra que el DINERO porque aunque parezca mentira nuestros oponentes no han
sabido o no han querido utilizar el suyo y siguen utilizando nuestras divisas
para dominarnos.
El dinero,
tal como lo conocemos hoy (billetes y monedas sin valor propio), debe estar
avalado o certificado por la entidad emisora. Actualmente son los gobiernos, a
través de las leyes, quienes determinan cual es el tipo de dinero de curso
legal, pero son otras entidades, como los bancos centrales, los que se
encargan, primero, de regular y controlar la política monetaria de una
economía, y de crear las monedas y billetes según la demanda y la necesidad de
tener dinero físico.
Se considera
que el valor del dinero debería estar respaldado en metales preciosos (oro,
plata, etc.) o en divisas extranjeras. Pero no es así el dinero no está
actualmente respaldado por ningún activo tangible, es denominado Dinero
fiduciario, dicho de otra manera papel sin valor real alguno. Recientemente se
ha cuestionado ambas relaciones, tanto del respaldo oro, como la ley de la
oferta y demanda que es vulnerada según convenga a los agentes financieros.
De hecho, el
dinero es resultado de un pacto social, donde todos aceptan entregar sus bienes
o servicios a otros, a cambio de los símbolos monetarios (billetes, monedas,
etc.), por lo tanto, el respaldo del dinero es la suma de los bienes y
servicios de la sociedad o sea, el Producto Interno Bruto o PIB. Por eso en
nuestro sistema capitalista occidental, al no producir bienes de consumo
reales, nos hemos descapitalizado y henos caído en la tentación de fabricar
deuda, esta es la derrota, esto lo tenemos que cambiar de lo contrario, estamos
a expensas de que nuestra propia deuda nos devore.
Mi
estrategia consiste primero reconocer nuestra deuda toda ella y ver cuántos
Euros y/o Dólares debemos, y que por lo tanto se nos puede exigir devolver, el
caso es que simplemente es papel impreso que diga que es un Euro o un Dólar, y
lo bueno del caso es que el valor intrínseco del Euro o del Dólar lo debo de
marcar yo. Como consecuencia el valor de mi divisa será el resultado del estado
de mi PIB, mi balanza de pagos y la capacidad de producción y de servicio, de
mi sociedad. Pues bien todo esto me ha desaparecido, porque me lo han quitado o
lo he perdido, para el caso es lo mismo, mi divisa en consecuencia puedo
argumentar que no tiene valor, así que podría decir que no debo nada a nadie o
que soy insolvente.
La cuestión
es, qué pasaría si digo esto, el mundo se pararía inmediatamente por supuesto,
pero para todos no para mí solo, nadie querría ni el Dólar ni el Euro pero
tampoco el Yen, el Yuan, el Rublo, la Libra, el Franco Suizo, etc. Esta es la
batalla hay que poner las cosas en su sitio, y dejarse de tonterías y
calificaciones especulativas de personajes que no se juegan nada, y que desde
luego no representan en ningún momento la sociedad mundial. Esto es un ejemplo
de lo absurdo de la situación en la que estamos metidos, la pregunta es, porque
un euro vale 1.31 dólar, un yuan 0.15 dólar o 0.10 euros es ridículo esto no
tiene sentido ni proporcionalidad alguna.
Así que mi propuesta concreta es: el
dólar y el euro deben ser devaluados radicalmente, automáticamente la deuda
baja en la misma proporción porque la deuda está relacionada en euros o en dólares,
no en euros a tal o cual valor, así que el BCE debería poner en circulación más
de euros y comprar inmediatamente su equivalente en euros de deuda.
Si Europa devalúa el euro y debe 3
billones de euros seguirá debiendo 3billones de euros, pero para Europa reponer
parte de esta deuda le costara un tanto por ciento equivalente menos que si lo
quiere mantener a los valores actuales, sabiendo que no lo puede aguantar, y no
pasa nada, no seremos más pobres, seremos los pobres que somos ahora, es que no
lo ven, ya nos están devaluado semana a semana, y lo malo es que sin sacar
partido de ello, y si no hacemos la guerra financiera de una vez moriremos
aplastados por nuestras propias deudas.
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