Hoy los presupuestos del estado han
conmocionado a la sociedad española en general, creo no equivocarme si digo que
tanto a la derecha como a la izquierda, unos lo ven de una manera y otros de
otra, pero lo que no cabe duda es que ambos por fin ven la gravedad de la
situación, este estado de desastre no se ha producido en cinco o diez años,
esto viene de la incapacidad de una clase política española que jamás ha existido,
entre otras cosas, porque pasamos casi un siglo entre fracaso monárquico,
fracaso republicano, guerra civil, Dictadura, y finalmente la libertad que
confundimos con el libertinaje.
Hemos empezado un nuevo siglo, pero no
hemos arrinconado los problemas porque somos los mismos españoles con los
mismos resabios y las mismas incapacidades de siempre, y el primer obstáculo
que tenemos es que el español se cree infalible, y cargado de derechos y con la
suficiencia absoluta para pensar que él lo haría mejor, y que el otro es tonto
poco más o menos, estos defectos son reminiscencias de nuestro pasado mas
anterior, podríamos decir de cuando en España no se ponía el sol.
Cuando nos encontramos frente a la libertad del pueblo
por el pueblo La Democracia, de golpe cada uno era más demócrata que el de al
lado, cuando la realidad es que nunca la habíamos conocido, y nos lanzamos a
gobernar, a hacer leyes democráticamente y a incumplirlas, porque la democracia
es eso todo el mundo puede hacer lo que le dé la gana, eso es lo que pensamos
no me digan que no. Este punto empieza a ser el mal de la actual democracia en
la sociedad occidental, pero en España se agudizo mucho más, precisamente por
la incultura real de lo que significaba el ser gobernados democráticamente.
La democracia en el siglo 21 está desfasada, esta diría
yo sobrepasada y deberíamos de centrarla otra vez, porque sus orígenes no son
apropiados para la extensión de la sociedad a la que tiene que regular. Lo
primero que habría que pensar es cómo hacer niveles de gestión públicos
estancos, e independizados, de la política de Gobierno. Intentare exponer más
esta cuestión tal como yo lo veo, no sé si sabré ni si podre exponerlo bien,
las ideas se me agolpan y mi dominio del sistema organizativo de las funciones
públicas no son amplios, más bien son escasos, porque nunca he actuado en
ninguno de ellos. No obstante solo el hecho de que consiguiera que se hablase
de ello, por auténticos especialistas de derecho político i constitucionalistas
me daría por satisfecho.
Todo el planteamiento de mis razonamientos parten de
una idea que me asalta desde hace tiempo, y que ya dibuje en un blog anterior
titulado (La democracia de los siglos 18/19/20 ya no sirve) en este escrito,
dibujaba las diferencias abismales que la humanidad ha superado desde el
momento que la democracia moderna, salta a la palestra en los incipientes EEUU
de Norte América. Desarrollando esta teoría es fácil reconocer que las
sociedades de los siglos 18/19 y mediados del 20 no se planteaban ni se
inmiscuían en los problemas de gobernabilidad como ahora, porque sus problemas eran
otros y más básicos.
Por eso los gobernantes pasados, tenían más facilidad
en acometer sus planes de desarrollo político, económico, etc. De hecho eran
poco rebatidos por el pueblo y además necesitaban de mucha menos estructura
funcionarial y de gestión. El pueblo se dejaba gobernar, porque sus problemas y
su cultura general, eran si me permiten la expresión, más terrenales y menos
políticos. Así que durante estos siglos los gobiernos y sus funcionarios fueron
creciendo a la vez que también crecían sus gobernados, hace tan solo 65 años,
los gobiernos democráticos de Francia Inglaterra y EEUU enviaban sin pestañear
a sus habitantes a la II guerra mundial, prácticamente sin oposición alguna, lo
decía su gobernante y allá iban a morir por su patria.
Yo no veo hoy en día una obediencia de este calibre
por ninguna parte, excepto en los mundos integristas árabes, hoy el pueblo ve
la política como el futbol, cada uno tiene un entrenador y una alineación
propia, e interfiere en la gobernabilidad del país con sus propios criterios, y
si no son los mismos que los propuestos por su gobierno, su respuesta es el
rechazo, la insumisión, la huelga, y lo peor la creación de corrientes de
opinión contrarias, con las que desequilibrar su gobierno y por consecuencia su
País. Y esto lo puede hacer porque los estamentos políticos, judiciales,
policiales, y funcionales están comunicados, y en sus respectivos senos,
conviven personas que también tienen su propia versión de lo que hay que hacer,
y no aceptan la obligación de hacer lo que manda el gobierno elegido por sufragio
universal.
Así es muy difícil no tan solo gobernar, si no hacer
responsable de nada a nadie, porque el que mal o bien manda el estamento
político legal, es bombardeado por todos y cada uno de los estamentos paralelos
e inferiores, que están establecidos para llevar a término y gestionar el
gobierno de una Nación. No puede ser que los jueces supremos los nombre el
gobierno sea cual sea, los jueces deben ser jueces y les diré más, no deberían
tener derecho a voto mientras sean jueces, igualmente habría que separar muy
claramente de la política, la administración del estado, hacienda, abogacía del
estado, las fuerzas armadas, y en los escalones inferiores de gobierno CCAA,
Ayuntamientos, etc.
También habría que separar sobre todo la función
política, de la pública, un ejemplo el Alcalde manda, y es el responsable, a
quien en su día le pedirán cuentas los votantes, los secretarios, funcionarios,
guardia urbana, etc. Deben ser considerados trabajadores que deben hacer
funcionar las órdenes y directrices sin ni siquiera pensar, y mucho menos poner
palos en el camino para que tropiecen, y así poder decir que es un mal alcalde
que su partido, o él lo haría mejor etc.
No puedo detallar mas, no sé cómo se debería de hacer,
solo sé que no es posible responsabilizarse de un trabajo y mucho menos de una
política de gobierno, si los que la tienen que hacer funcionar, pueden afectar
su realización por el simple hecho de que ellos lo harían de otra manera, y la función
política y la organización, hacer eso se lo permite en base a la teoría de que
en democracia todo vale.
Pero la Democracia no es eso, aquí está su error, la
Democracia necesita de la obediencia absoluta en el gobernante elegido, sin
miedo alguno, porque la propia democracia tiene los resortes necesarios para
que si se tuercen las cosas, puedan recomponerse para eso están los Parlamentos
y diputados, concejales, electos, para controlar y denunciar los fallos de
funcionalidad u operatividad, y no para estar haciendo como ahora, política
destructiva preparándose para la suceder al que manda, ayudados por sus leales
distribuidos en los diferentes puestos y estamentos del gobierno de la nación.
Hoy nos rasgamos las vestiduras pero
es que somos los responsables llevamos ya varias legislaturas en que unos
desmontan los que los otros ha creado siempre tiene la culpa el anterior esto
no puede ser pero es que además si no te hacen caso en tu mismo grupo político no
importa en lugar de portarte como manda la democracia real es decir haciendo
caso y siguiendo a tu mayoría no señor vas y creas otro grupo que se dedica a fastidiar
al anterior y así uno tras otro, así llegamos a las elecciones y hay 10-20
hasta treinta partidos donde elegir y lo que es peor no hay manera de corregir
nada de nada y este es el globo que hoy nos ha reventado en las narices
Democracia es rigor en las garantías del estado de derecho, cumpliendo leyes y deberes y haciéndolos cumplir, muy por encima de ideologías, partidos y mayorías. Nadie obedece a nadie. Todo el mundo cumple deberes y acata la ley en rigurosa igualdad ante ella. El derecho es inalienable, regulado por la ley y garantizado por la Justicia. Eso es democracia.
ResponderEliminarNo es regalarle leyes a los amiguetes para que roben a los demás. No es normalizar la discriminación excluyente, ni los privilegios de casta. No es compadrear en lugar de imponer la ley, por justa. No es dar patente de corso a unos para expoliar a otros. No es imponer el poder solo por ser poder. No es condecorar a panchivillistas para heredar y seguir desarrollando el panchivillismo. Eso ni es democracia ni es estado. Eso es una cueva de ladrones y sinvergüenzas.
En España nunca hemos conocido una democracia, a pesar de pagarla a precio de oro. España siempre ha sido regida por el cambalache, el compadreo y la corrupción, hasta culminar en el crimen organizado en el estado, anexionándoselo en el estado, en lugar de erradicarlo de la calle.
España es un cenagal en constante y progresiva descomposición, de la mano de poderes bastardos, robando y reprimiendo a una ciudadanía indefensa, dividida, expoliada, atemorizada e incriminada.
En democracia el poder es de todos, delegado al estado como aval y garantía del derecho y la seguridad de todos. Democracia es garantía y absoluto respeto al derecho obtenido contractualmente, en el cumplimiento de deberes.