La
vicepresidenta del Gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría,
ha instado esta mañana a Artur Mas a cumplir las leyes. Pero esto que parece lo
más natural del mundo democrático dicho por ella la más audaz capitana del PP
suena a que en realidad lo que está diciendo es: Mas “suicídate o te vamos a
crucificar” y no termina con esto la filosofía democrática de Soraya, sino que
su audacia la lleva a expresar que "Mas
cree que la democracia es él" y le
ha acusado Santamaría en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Está pasando por encima de valores que
toda democracia se merece", no lo entiendo la frase tiene su que verán
Soraya menciona Toda democracia lo que
deja un espacio muy claro por donde te está diciendo que hay varias democracias
sino tendría que haber dicho “la democracia”.
Y esto en España
es verdad hay varias democracias y hoy la que prevalece es la del PP que no
tiene nada que ver con “LA DEMOCRACIA” así en mayúsculas y lo digo porque yo no
conozco otras democracias que
permitan hacer uso al gobierno del Tribunal Constitucional, que imponga su ley
a los fiscales de tal manera que un fiscal general llegue a dimitir, que impute
delitos penales a miembros de gobiernos autonómicos por hacer un acto fuera de
la ley y ojo, no me refiero que fuese ilegal, sino que no estaba regulado por
la ley, acto que el propio presidente del gobierno de España declaro que era
una pantomima y a las cuarenta y ocho horas lo declarara delito, porque el
resultado del mismo y su repercusión no les gusto.
Un gobierno que
hace unos presupuestos nacionales, que quizás no pueda ejecutarlos y que
claramente los utiliza para intentar hacer campaña electoral dos meses antes de
lo que es perceptivo, que haya legalizado al Tribunal constitucional para que
sea ejecutor de sus propias sentencias porque por el camino del derecho judicial
común no podría hacer cumplir sus deseos de acosar a Artur Mas porque se les
escapa una y otra vez montando situaciones y actos que no están contemplados
por la ley por lo que no son ilegales aunque tampoco sean legales.
"Me
parece una barbaridad",
ha asegurado Soraya Santamaría al ser
preguntada por la posibilidad de que el president de la Generalitat en
funciones no cumpla una hipotética inhabilitación. "Todos los españoles estamos sometidos a la ley y a las sentencias
de los tribunales”. Esto no es verdad el gobierno del PP no cumple numerosas
resoluciones del Tribunal Constitucional, se monta el Tribunal Supremo cuyo presidente
es miembro de su partido rompiendo toda neutralidad ética que la justicia debe
siempre que aparentar cuando menos.
¿Qué fuerza tiene para pedir a los catalanes
que cumplan las leyes que aprueba el Parlament si él mismo está dispuesto a no
cumplir cuando tendría que ser el primero?", se ha preguntado la vicepresidenta del
Gobierno pues muy sencillo la fuerza de ser el President de la Generalitad,
porque cuando Artur Mas se refiere a no cumplir la ley, se refiere a la ley española
porque se sitúa en el contexto de haber declarado una Catalunya independiente así
lo manifiesta. Soraya Sáenz de Santamaría ha reclamado a Mas "que respete a los tribunales, que son
independientes, imparciales y uno de los pilares de nuestra democracia".
Y así lo hace y así lo hará y si no, los tribunales se lo demandaran para esto están
no lo hará usted aunque lo esté haciendo continuamente indicándoles el camino
con sus freses llenas de ira y rabia
La
vicepresidenta ha explicado, además, que la guerra con Catalunya y en concreto
con Artur Mas es ya declarada y total así ha advertido que la posibilidad de
suspender la autonomía en Catalunya "el artículo 155 de la Constitución, que establece que todos
los gobernantes, también los autonómicos, tiene que velar por ella" se
refiere a la Constitución claro, ella se vela sola. Fíjense sino en su última
parte "Frente a un gobernante que
dice que no va a acatar las sentencias, lo más importante es que el Tribunal
Constitucional tenga capacidad de ejecución", ha explicado ante la
reforma, aprobada únicamente con los
votos a favor del PP que permitirá al alto tribunal perseguir a los cargos
públicos que incumplan sus resoluciones.
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