Sochi/Amman (Reuters) - La aviación rusa bombardeó ayer
a rebeldes sirios no afiliados con el Estado Islámico, dijeron insurgentes
atacados, allanando el camino para el avance del Ejército sirio de Bashar el Assad
y asestando un nuevo golpe a la estrategia de Washington y sus aliados en la
región, que como sabemos su estrategia consiste en conseguir derrocar a El
Assad y parar la expansión de los guerrilleros del Estado Islamico.
Al mismo tiempo, el presidente Vladimir Putin -
criticado por los enemigos de Asad en Estados Unidos, Europa, Turquía y el
mundo árabe por atacar a los rebeldes para proteger a su aliado sirio - se
reunió con el ministro de Defensa de Arabia Saudí, uno de los adversarios más
feroces de El Asad. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo
que supervisa el conflicto desencadenado hace cuatro años, dijo que el ejército
sirio y sus aliados libaneses de la milicia de Hezbolá habían tomado el control
de Tal Skik, una meseta en la provincia de Idlib, tras fuertes bombardeos
rusos.
La recuperación de este terreno acerca a las fuerzas
gubernamentales a las posiciones controladas por los insurgentes a lo lago de
la carretera que une las principales ciudades de Siria. La zona está en manos
de una alianza de distintas facciones rebeldes, que excluye a los combatientes
del Estado Islámico. Las batallas van a ser feroces, los rusos usan la táctica
de tierra quemada y están golpeando con mucha precisión. El ejército sirio hizo
avances desde las ciudades de Mourek y Atshan en la provincia de Hama
utilizando tanques, artillería pesada y los nuevos misiles tierra-tierra, indudablemente
de procedencia rusa.
Rusia señaló que su aviación había llevado a cabo 64
vuelos de combate, golpeando 63 objetivos y destruyendo 53 posiciones
fortificadas en las últimas 24 horas. Como en el pasado, Rusia describió todos
los objetivos como pertenecientes al Estado Islámico, aunque la mayor parte de
las áreas que había atacado no están bajo el control del grupo islamista. La
televisión estatal siria informó también de que el gobierno había capturado Tal
Skik con el apoyo de la aviación rusa.
En los últimos días, Rusia ha intensificado
dramáticamente su campaña de bombardeos iniciada a principios de octubre. Moscú
dice que está dirigida contra el grupo militante Estado Islámico, pero la
mayoría de sus ataques han afectado a otras facciones rebeldes que luchan
contra Asad, algunos de los cuales cuentan con el apoyo de los gobiernos del
Golfo Pérsico, Turquía o Estados Unidos. Pero el hermetismo de la información
por parte de estos opositores combatientes pone en duda que esto sea así da
toda la impresión que se está evitando la confrontación directa entre fuerzas
protegidas por Rusia y las en teoría protegidas por los EEUU.
Esta situación es en cierta manera lógica si se
declara oficialmente la situación estratégica que aparentemente reina en el
terreno en guerra abierta significaría que hay un enfrentamiento directo entre Rusia
y los EEUU lo que de confirmarse involucraría a la OTAN sin duda alguna. El
bombardeo ruso ha ido acompañado de un importante avance de las fuerzas
gubernamentales sirias, respaldados al parecer por miles de milicianos
libaneses de Hezbolá y tropas iraníes.
Es evidente que ante esta amalgama de tropas afines a
unos y a otros los EEUU renuncien a un papel significativo en este conflicto en
el fondo les queda muy lejos y una cosa es ayudar y otra muy distinta es
involucrarse, en el caso de Rusia es distinto, a Rusia el problema les queda
muy cerca como decía ayer una escalada de Estado Islámico o de los insurgentes
Sirios les puede complicar la existencia si por un supuesto se extiende el
problema a la “Rusia islámica” La región del Cáucaso, comprendida
entre el Mar Negro y el Mar Caspio, es un verdadero polvorín que desde hace
siglos sufre los conflictos entre sus múltiples componentes étnicos y
religiosos.
Chechenia y Afganistán son los últimos ejemplos sufridos por Moscú. Esta situación justifica a mí entender la postura de esperar y ver de los EEUU.
Chechenia y Afganistán son los últimos ejemplos sufridos por Moscú. Esta situación justifica a mí entender la postura de esperar y ver de los EEUU.
Pero la mayoría de los ataques rusos han
afectado a otras facciones rebeldes que luchan contra Asad, algunos de los
cuales cuentan con el apoyo de los gobiernos del Golfo Pérsico, Turquía o
Estados Unidos. Putin intenta cubrir este flanco y ha tenido contactos con los países
del golfo pérsico y concretamente con Arabia Saudí, la reunión de Putin con el ministro de Defensa de Riad
Mohammed bin Salman, un hijo del rey saudí y figura destacada para la política
de seguridad en la región, fue la jugada más audaz del Kremlin para estar en
contacto con los enemigos de Asad desde el lanzamiento de los ataques aéreos.
Después de la reunión, que tuvo lugar en el marco de la
carrera de Fórmula Uno en la localidad rusa de Sochi, el ministro de Relaciones
Exteriores, Sergei Lavrov, dijo que Moscú había tratado de calmar las
preocupaciones de Riad. Ambas partes coincidieron en el objetivo de evitar que
un "califato terrorista" refiriéndose al Estado Islámico eche raíces en Siria. Esto parece que ha
conseguido que la coalición árabe permita actuar a Putin en Siria. Pero a pesar
de ello el ministro de Relaciones Exteriores, Adel al-Jubeir, dijo que Arabia
Saudí, que junto con otros estados árabes se ha unido a una coalición liderada
por Estados Unidos para bombardear al Estado Islámico en Siria e Irak, seguía
exigiendo la destitución de Asad. El ministro agregó que esperaba que las
conversaciones con Rusia continuaran.
Putin se reunió también con el príncipe heredero de
Abu Dhabi, Mohammed bin Zayed Al Nahyan, quien tiene un puesto destacado en las
fuerzas armadas de los Emiratos Árabes Unidos, otro estado del Golfo hostil a
Assad. Turquía, miembro de la OTAN, que ha acusado a aviones rusos de violar su
espacio aéreo durante la campaña de bombardeos, dijo que el sábado aviones
sirios y sistemas de misiles habían perseguido a sus aviones de combate en la
frontera. Moscú dijo que altos cargos suyos habían celebrado una segunda
videoconferencia con sus homólogos estadounidenses para garantizar la seguridad
mientras que los antiguos enemigos de la Guerra Fría, están efectuando por
primera vez desde la Segunda Guerra Mundial misiones de combate en el mismo
espacio aéreo.
De todo esto se desprende que hay una guerra
delimitada de momento en espacios concretos y sin agresiones directas entre los
EEUU y Rusia de momento yo diría que a quien le interesa más ganarla es a Rusia
porque conseguiría dos cosas una alejar el ejército islámico de sus fronteras y
otro una posición de cierto privilegio en el mundo árabe cosa que hasta ahora
era exclusiva de los EEUU.
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