Por supuesto lo
primero que quiero aclarar, es que el título de este artículo está redactado en
forma de metafórica, pero después de buscar como sintetizar lo que yo creo que
está pasando políticamente y socialmente en nuestro país, no encuentro otra
forma de anunciarlo mejor que con esta metáfora carcelera. En realidad lo que
quiero exponer y va a ser muy complicado es que en estos momentos en España, la
sociedad (metafóricamente los presos) dirigen con más libertad de acción la
política española, la ejercen con más amplitud de miras, de inquietudes, de
ganas de cambiar las cosas, de ir hacia una mayor democracia, que los que
deberían hacerlo posible, es decir el Gobierno y los políticos (metafóricamente
los carceleros).
Es evidente que
España necesita cambiar mucho y en todo, en la economía, en la política, en la
concepción de estado, en fin en todo. La situación de crisis total en que nos
encontramos ya han visto ustedes que no se circunscribe solo en la economía,
sino que está saltando y con qué fuerza a la sociedad civil, la sociedad está
ya a punto de estallar hacia un cambio que la mayoría (exceptuando la Catalana)
no sabe todavía hacia dónde dirigirlo, pero las manifestaciones, protestas,
acosos, etc., no son otra cosa que decir: necesitamos otra forma de gobierno,
necesitamos cambiar, así no vamos más que hacia atrás, cosa que los números
además lo certifican, más paro, menos poder adquisitivo, más presión fiscal, en
resumen una sociedad cada vez más ahogada.
Tanto esto es
así, que si hoy España se mantiene en paz y en funcionamiento, es más por la
acción cívica y social de la propia gente, que no por las medidas del gobierno
y los políticos, cuántas familias dependen de eso, de la familia, cuantas
personas están abocadas a Caritas o a la beneficencia civil, cuántos niños no
pasan hambre porque sus padres se quitan de comer, y cuantas familias viven en
una casa porque la sociedad ha presionado jugándose algún que otro garrotazo
para evitar un desahucio, yo solo puedo referirme a lo que vivo en Catalunya,
pero creo que esto mismo sucede en el resto de la sociedad de cualquier rincón
de España, y ya no solo es la acción primaria de la comida, del hogar, es que
ya estamos contribuyendo a cosas tan importantes como la contribución económica
para ayudar a la investigación, a pequeñas iniciativas industriales, esto se
hace mediante acciones cívicas, enmarcadas en sociedades, colegios, etc.,
Sí, es cierto
que la mayoría tenemos claro que hay que hacerlo, que hay que ayudar, y sabemos
muchos que solo podemos pedir de momento la ayuda moral y comprensión de
nuestro gobierno pero esto no llega, de esto estamos convencidos, y por esto
empezamos a salir a la calle desde todos los rincones y creemos que si no lo
hacemos, jamás sabremos si esto se puede mejorar o no, porque después de los
años de sacrificio económico y de recortes sociales no se mueve nada en esta
España en la que estamos todos
encerrados, y casi vigilados de una forma casi obsesiva por parte de unos
políticos cerrados e incapaces de asimilar cualquier cambio que no sea mantener
el poder para seguir gobernando, y sin hacerse la pregunta que se deberían
hacer ¿qué gobernamos la miseria, a la
sociedad, o a nuestra privilegiada posición?.
Es evidente que
hay motivos para que esta postura política se muestre así de inmovilista e
ineficaz y antidemocrática, puede ser simplemente la costumbre de la educación
política recibida a través de los años, pero creo que en estos momentos han
llegado ya al miedo. Miedo a su incapacidad de dominar la pluralidad de España,
miedo a la libertad de la gente a manifestarse, miedo a la decisión de unos a
elegir otro camino, miedo a lo que dirán o pensaran de ustedes los de fuera.
Al final uno
llega a la conclusión que da pie al título, son ustedes señores políticos los
que están prisioneros de sus miedos y pretenden acorralarnos a nosotros, que
estamos muy por delante y mucho más libres que ustedes, como conclusión les
quiero decir que ustedes están obrando así, porque creen que manteniendo las
cosas como están y a la sociedad prisionera de sus leyes viejas, y sobrepasadas
del momento actual europeo y mundial, se garantizan su continuidad con los
votos de esta sociedad prisionera de su poder y se equivocan completamente,
obrando y pensando así la sociedad al final los echara del poder, por los votos
o por la necesidad de que las cosas cambien para todos y para reformular un
nuevo estado más moderno y con más libertad.
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