Hablar
del acuerdo entre Junts pel SI y la CUP para registrar en el Parlament de
Catalunya, una moción conjunta para dar inicio al proceso de independencia,
el día siguiente a la constitución de la cámara catalana, es un hecho que a
muchos nos llena de satisfacción e inquietud, lo primero porque lo deseamos y
lo segundo porque la reacción de España será demoledora y nada democrática, pero
ambos grupos parlamentarios han inscrito la propuesta, una declaración en la
que se da por iniciado el proceso hacia la independencia y creación de un
Estado para Catalunya. En la declaración se señala que el "proceso de
desconexión democrática no se supeditará" al Estado español y se insta al
futuro Govern Catalan a "cumplir exclusivamente aquellas normas o mandatos
emanados" del Parlament.
Pero no
debe ser todo pesimismo porque hoy a la vez que ocurría esto en España, saltaba
en pedazos en Bruselas una de las armas más
usadas por el gobierno del PP para amenazar a Catalunya. La Unión Europea y Kosovo firmarán este
martes 27 de octubre el Acuerdo de Asociación y Estabilización
que ya han firmado el resto de países de los Balcanes occidentales con
perspectiva de entrar en el bloque y cuyo objetivo es estrechar los lazos políticos
y económicos y acercarla a la Unión Europea.
El
documento es visto como una especie de preacuerdo para la adhesión al bloque, el
acuerdo, que ambas partes concluyeron en mayo de 2014, incluye la creación de
un área de libre comercio gradual y cubre el diálogo político, la justicia,
libertad y seguridad y la cooperación en un amplio abanico de sectores desde la
educación al empleo, la energía o el medio ambiente, los servicios y la
empresa. En el plano comercial, la UE garantiza el acceso a su mercado para los
productos kosovares prácticamente sin restricciones.
El
artículo 2 del documento deja claro que el acuerdo no implica "un
reconocimiento de Kosovo por parte de la Unión Europea como un Estado
independiente ni constituye un reconocimiento por los Estados miembro
individuales de Kosovo" en el caso de que "no hayan dado tal
paso" y la designación de Kosovo "es sin prejuicio a la posición
sobre su estatus", en línea con la resolución 1244 del Consejo de
Seguridad de la ONU de 1999 y la opinión del Tribunal de Justicia Internacional
sobre la declaración de independencia de Kosovo de 2010.
España,
uno de los cinco países de la UE que no ha reconocido la independencia de la ex
provincia serbia, fue de los países que más trabas puso para aceptar negociar
el acuerdo de Asociación con Kosovo. El Gobierno español aceptó en junio de
2013 que la Unión Europea abriera negociaciones del acuerdo tras recibir
garantías de que ello no supondrá su reconocimiento "ni implícito ni
explícito" y que sólo cubriría competencias comunitarias por lo que no
deberá ser ratificado a nivel nacional, según explicó entonces el secretario de
Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo.
Los
Gobiernos de los Veintiocho dieron luz verde a la firma del Acuerdo de
Asociación y Estabilización con Kosovo el pasado 22 de octubre, un paso
necesario para poder firmar el acuerdo, algo que harán este martes 27 de
octubre en Estrasburgo la Alta Representante de Política Exterior y de
Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, y el comisario de Ampliación,
Johannes Hahn, por parte europea y por el primer ministro kosovar, Isa Musfata,
y el ministro para la Integración Europea, Bekim Collaku, según han avanzado
fuentes comunitarias. Se prevé que el acuerdo, el primero que establecerá
relaciones jurídicas entre ambas partes, entre en vigor "en la primera
mitad de 2016" una vez que el Parlamento Europeo haya dado su visto bueno
o consentimiento al mismo, aunque no deberá ser ratificado por los Estados
miembro dado que únicamente ataña a las competencias de la UE.
El
objetivo del acuerdo es apoyar el refuerzo de la democracia y el Estado de
Derecho en Kosovo, contribuir a su estabilidad, política, económica e institucional,
garantizar un marco apropiado para el diálogo político que permita el
desarrollo de las relaciones, facilitar su desarrollo económico y ayudarle a
articular una economía de mercado en Kosovo, promover un área de libre comercio
y la cooperación regional en los sectores cubiertos por el acuerdo. El texto
también reconoce "la disposición de la UE de dar pasos concretos para
materializar la perspectiva europea y el acercamiento a la UE" de Kosovo a
través de su participación en el AAE siempre que cumpla las condiciones y
criterios relevantes, "en particular la cooperación regional".
Los
países de la UE acordaron abrir negociaciones del Acuerdo de Asociación y
Estabilización con Kosovo y de las negociaciones de adhesión con Serbia en
reconocimiento al histórico acuerdo que sellaron en abril para avanzar en la
normalización de sus relaciones. En virtud del acuerdo, sellado en abril de
2013, Serbia se comprometió a desmantelar sus estructuras de policía y
judiciales paralelas en el norte de Kosovo e integrarlas en las de Kosovo a
cambio de ciertas competencias para la comunidad de mayoría serbia a través de
la creación de una asociación de municipios en el norte. Ambas partes también
se comprometieron a no perjudicar a la otra en su aspiración de avanzar hacia
la Unión Europa aunque Belgrado dejó claro que seguía sin reconocer la
independencia unilateral de Kosovo, proclamada en febrero de 2008.
La
Declaración de independencia de Kosovo fue
un acto acontecido el 17 de febrero de 2008 y llevado a cabo por el Parlamento
kosovar de forma unilateral, que se independizo con las armas, Por su
parte, Serbia aún considera a Kosovo una provincia autónoma dentro
de su propio territorio, en conformidad con su propia constitución y con la resolución
1244 del consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a pesar de que ya no
intervenga en la administración del territorio desde 1999.
Hay
desde luego muchas diferencias entre Kosovo y Catalunya pero es evidente que si
a una “autonomía” Serbia de solo 1.7
millones de habitantes, finalmente ha roto las presiones de la propia Serbia y
las demás naciones de la UE que se oponen a su reconocimiento, en tan solo cinco
años, hay que suponer que poco podrá hacer España para evitar que Catalunya que
presenta 7.5 millones de habitantes un PIB de 200 mil millones de euros que es
contribuyente neta a los fondos de las ayudas de la unión europea y que está
presentando todas las seguridades legales y democráticas sin alzarse en armas
ni ningún acto hostil con su actualmente “propietaria” España, no empiece ya en
el punto que hoy se encuentra Kosovo y que en un par de años pueda ser
reconocida como estado de la Unión Europea con todo derecho.
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