El estar al borde del precipicio, debería de
hacernos darnos cuenta que Europa no es
lo que pensábamos que estábamos construyendo bajo el paraguas de una unión comercial
y económica, y que ni es tan fuerte ni segura, como nos quieren hacer ver nuestros
políticos, por intereses básicamente económicos propios de ellos. Por este
motivo he rebuscado entre la historia y me permito la libertad de reinterpretar
los tratados firmados en Osnabrück y Múnster, en el 15 de mayo y 24 de
octubre de 1648 tratados
que iniciaron la europa de las naciones olvidando la configuración medieval del
dominio territorial para pasar a las soberanías nacionales.
Quizás aquella simiente ya ha fructificado lo
suficiente y por sus frutos tan abundantes ya deberíamos darle un descanso y
partiendo de su origen cambiar sus frutos para aglutinarlos en un nuevo orden político
y social, ante las nuevas perspectivas que nos está mostrando el nuevo orden
internacional, los europeos no podemos seguir con el ritmo lento e indefinido en
que hemos instalado nuestra Unión Europea,
o el resto del mundo se nos va a comer.
Los problemas que nos acosan necesitan una
resolución más rápida y directa, lo que sigue sucediendo con la deuda, los bancos,
y la economía, debe servirnos de ejemplo y revulsivo para ver nuestra
inoperancia y rectificar de una vez. Escribo esto antes de conocer el resultado
del tribunal constitucional alemán sobre las demandas ya presentadas sobre legalidad
o no de las ayudas a los bancos y a los países aprobadas este viernes. Hay que
tomar conciencia de lo que queremos ser y significar ante el resto del mundo y
entre nosotros mismos, esto es muy
difícil de llevar a cabo, lo sé, pero no obstante voy a tratar de hacer una
exposición de lo que quiero decir.
Economía: Es evidente que los desequilibrios en
la UE son enormes, por eso, por su profundidad, no se pueden dejar que se vayan
solucionando por si solos entre otras cosas porque no lo pueden hacer, hay que
asumir las “culpas” de otros como si fuesen propias, y arreglar las cosas sin
miramientos y cueste lo que cueste. Hay que aceptar que si bien han sido los
países denominados peyorativamente PIGS los detonantes que han hecho saltar la
Banca, no es menos cierto, que los grandes y sólidos países centroeuropeos,
cerraron los ojos y sus bancos también se aprovecharon de ello mientras duro.
Y mientras el verdadero culpable de todo, la
economía y los mercados globalizados, con EEUU al frente, han salido ya de
rositas, sus valores están prácticamente a los mismos niveles que antes del
desaguisado, sus empresas de calificación hacen y deshacen a su antojo, y hacen
ir las cosas por donde ellos quieren, ellos mismos las denuncian y las
retuercen para escarnio de más de uno y
Europa calla y se hunde por la sencilla razón de que no existe como tal. Ya en
este caso china nos ha adelantado creando su propia agencia de calificación,
ellos lo tienen claro, a ellos no los engañaran como chinos, a nosotros sí.
Política europea: Otro desastre, o
mejor dicho no existe, Europa debe tener una sola política y lo primero que
tiene que hacer, es definir que es la Europa política, y cual la Europa
Continente, porque no es lo mismo créanme, yo he viajado mucho por toda ella
y les aseguro que no tiene nada que ver,
la forma de pensar y de comportarse de un Francés o un Alemán, con un
Balcánico, por poner un ejemplo, y ya no digamos con un Turco, y por favor no
se me entienda mal, no quiero entrar en juicios ni prejuicios racistas, cada
uno es cada cual, y su verdad para él es incuestionable. El problema viene
cuando se quiere poner todo en el mismo saco pero sin mezclarse, ahí se rompe toda
posibilidad de entendimiento y unidad.
Mi diagnostico al respecto de cómo solucionar
esto sería el siguiente: Hay que configurar la Europa Continente como mínimo en
dos confederaciones, por ejemplo: Confederación Este (Bálticos, Eslavos,
Balcanes, Grecia). Confederación Oeste (Germánicos, Nórdicos,
Francófonos, Italianos e Ibéricos), esta partición debería desarrollarse dentro
de dos premisas: A.- que cada federación lo acepte y B.- que su desarrollo sea
acorde con sus filosofías y posibilidades. No hay que obligar a ser lo que no
se puede o no se quiere ser, solo hay que preparar una constitución europea que
contemple las diferencias de carácter general, para que toda Europa (las dos
Federaciones) observen unas bases comunes generales pero su desarrollo en cada
federación se amolde a sus rasgos particulares lo más posible.
Constitución: En la Constitución
deberían figurar desarrollados y unificados lo más posible, por ejemplo: la
defensa, la política exterior, las leyes presupuestarias, el comercio, la
divisa (EURO), el derecho a la sanidad, las leyes penales, el sistema de
gobierno, (basado en la Democracia) y el funcionamiento y regulación económico
financiero. El desarrollo de las leyes resultantes, cada federación las
amoldara a sus necesidades y sus creencias sociales y religiosas, que esta es
otra, excepto la defensa que será de rango superior y único, y también se
deberá crear un tribunal superior europeo a quien poder recurrir en última
instancia, y la política exterior que deberá ser única y sometida a la
autoridad central.
No hace falta más, que no es poco, pero lo
que no puede seguir haciéndose es el triste espectáculo actual, Alemania por un
lado, Francia a tres bandas (ella, España e Italia) y cambiando cuando le
interesa al que gobierna. España e Italia, como pareja de baile con el culo al
aire, Grecia desahuciada, Portugal ignorada, Bélgica, Holanda Dinamarca y resto
a su aire sin meterse, pero que no se metan con ellos, y en el horizonte los
futuros invitados que nadie los quiere.
Así con esta política, se nos come el mundo,
que hacemos o podemos hacer frente a EEUU, China, Rusia, Brasil, India, Países
Árabes, la verdad sinceramente el ridículo, y yo me pregunto ¿solo sigo viéndolo yo?
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