Hoy España se debate entre dos realidades
completamente opuestas pero lo que se está viviendo me incomoda, sobremanera. Mientras
los políticos el gobierno, la jefatura del estado, la sociedad madrileña, están
festejando una victoria deportiva, en otro lugar de España en Valencia
concretamente se están luchando contra el fuego la calamidad y la muerte de un
ser humano, de un héroe casi anónimo.
Esto es España al perecer, o es que acaso a
los valencianos les importa mucho más el futbol, que sus campos y sus bosques y
su víctima, yo creo que no. Pero que debemos pensar cuando Madrid se divierte,
mientras en la comunidad valenciana se queman, pues que Valencia no es España para
su capital, porque no se entiende que celebremos una multitudinaria fiesta por
las calles de Madrid, mientras se recogen cenizas y una vida en otro lugar que
yo creo que es también España.
Las circunstancias son algunas veces poco
agradecidas y yo creo que esta ocasión es una de ellas, puede que la alegría de
un triunfo deportivo lleve a un paroxismo de alegría, pero creo que es más
importante saber guardar las formas y anteponer lo grabe y penoso de una parte
de la sociedad, a una alegría simplemente intrascendente como la obtención de
un titulo de futbol por muy Eurocopa que sea.
La Eurocopa estará ahí para siempre en la
historia, siempre se reconocerá este triunfo, sin embargo la sociedad que hoy
lo celebra se olvidara y solo lo recordara en algunas ocasiones, el desastre
del fuego en Valencia quedara plasmado en la naturaleza y en las gentes que lo están
viviendo, y en sus futuras generaciones que lo van a tener presente ante sus
bosques ya inexistentes, durante más de 40 años.
Yo creo que hoy podía haberse sustituido la
fiesta popular por un recibimiento Real, un agasajo mas intimo, y haber obviado
por respeto la fiesta desbocada por las calles de Madrid, mientras por otras
calles y parajes de la misma España, lo que corren son miedos, pánico, dolor, y
lagrimas.
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