Los políticos y en consecuencia el gobierno
español, están excesivamente nerviosos la pregunta es ¿Por qué? Voy a tratar de
razonar este porque y exponerlo a su
juicio, amable lector, porque el tema nos afecta a todos y de qué manera.
Qué
circunstancias hacen que los políticos estén fuera de tono: ¿La mala situación
de la economía? No, esto es una consecuencia de sus nervios. ¿La inestabilidad
social? No, tampoco esto es otra de sus consecuencias, ¿Su propia
inestabilidad? Esta si es la autentica razón, ya la hemos encontrado, bueno
pues localizado el problema sigamos analizando.
Porque
los políticos sienten tanta
inestabilidad, que les hace perder los nervios y con ellos la cordura,
la razón, y las facultades para ejercer como guías de la sociedad que deben
representar y defender. Ya hemos dicho que no son los problemas de la economía,
de la deuda soberana, ni nada de eso, es que
ven como su mundo, lleno de prebendas, vicios, sobornos, falsos honores,
egolatrías, lujos, reconocimientos y poder sobre todo PODER. Se les está derrumbando.
No lo
duden, lo escribo en tiempo presente, porque ellos, en la situación en que se
desenvuelven, ya lo saben que su sistema de vida y de hacer política, ya no
sirve, la sociedad del bien estar que sus antecesores mismos crearon, e
hincharon una y otra vez para que les siguieran adorando como dioses, les ha
sobrepasado, y aun viéndolo venir, se han aferrado todos a la ilusión, de que
algo ocurrirá que hará girar la rueda 180 grados.
Y no
ha sido así sino más bien todo lo contrario, “lo que puede acabar mal acabara
mal” y así ha será, ahora ellos ven que su mundo dará un vuelco, mejor dicho,
ya lo está dando y ellos no controlan donde irán a parar sus vidas, sus trabajos y todo lo demás. Y al igual que
usted o yo, y el amigo en paro que todos tenemos, los políticos están nerviosos
y muy desquiciados, porque ellos tienen
mucho más que perder que usted, yo, y mi amigo en paro. Este es el análisis de
la situación, de España.
Solo
así se puede explicar porque no pueden terminar con los problemas de la Deuda,
del desequilibrio presupuestario, de los desastres bancarios, de las caídas de la
actividad, y consecuentemente del desempleo, problemas todos ellos que
evidentemente, se han ido creado consentidos y amparados por su ruin egoísmo y
negligencia ahora debemos ser intervenidos y castigados todos por su culpa.
Pero
esta intervención no arregla los problemas de nuestra sociedad no se lo crean
esta intervención tiene como objetivo arreglar las pérdidas de las inversiones que
los países que nos rescatan han realizado mientras los gobiernos españoles con
total inconsciencia gastaban y gastaban sin miramiento alguno solo para ir
apuntalando su posición. Ahora que ha estallado la verdadera situación económica
de España, los mercados interventores que no están nerviosos, si no todo lo contrario
están perfectamente organizados y coordinados, construyen estrategias a corto,
medio y largo plazo y obligan a ejecutar su planificación a un gobierno sin carácter
ni fuerza ni poder de ejecución alguna, y que solo están pensando como salvar
su culo hoy, lo que hay que entender, es que la labor de los nuevos señores de
la gobernabilidad de España es
perfectamente licita, en el fondo, no
hacen nada más que su trabajo que es salvar su dinero.
Y no
estafan más que lo que nos han estafado nuestros políticos, solo usan en su
provecho las leyes y formas establecidas por los propios mercados financieros y
que están en vigor desde tiempos atrás, y que correspondería a nuestra clase
gobernante y políticos, haber reformado y controlado desde hace ya bastante
tiempo, pero no fue así, era más bonito y reconfortante para sus intereses,
dejar hacer y elevar como un globo los costes de la deuda los déficits autonómicos
, para pasárselos ahora a la sociedad, para que los paguemos.
Lo
malo de esto no solo es donde hemos llegado, sino quien nos sacara de este
pozo, porque no lo duden, con las recetas de una intervención vista desde el
lado acreedor lo único que van a rescatar es su dinero, nosotros y el país les
importamos muy poco
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