Como decía ayer el descomunal embrollo que se ha creado entre los partidos
y organizaciones civiles pro independencia, podría concluir con la no
celebración de las elecciones autonómicas catalanas que Artur Mas anunció para
el próximo 27 de septiembre. El president, en el centro de todo el torbellino,
se está planteando la posibilidad de suspender la convocatoria de las
elecciones (una competencia exclusiva del presidente de la Generalitat).
"No las convocaré para cualquier cosa", insiste Mas cada vez que le
preguntan y como ustedes saben, ayer yo aconsejaba esto mismo en uno de mis artículos
diarios.
Pero mientras tanto, el desconcierto prosigue. Artur Mas propuso una cumbre
de partidos y organizaciones civiles para ayer tarde, que finalmente quedó
aplazada para la próxima semana. El líder de la CUP, David Fernández, la
desactivó el jueves por la noche al asegurar que su formación no acudiría a
"cumbres publicitarias" (suena a título de película), a la vez que le
pidió a Artur Mas y a su partido Convergència "que se eviten las
filtraciones interesadas" eso si no explican que filtraciones se filtran.
De hecho, la realidad es que a los líderes de los partidos soberanistas les
estorba Arthur Mas, francamente me parece absurdo, porque la cuestión de la
independencia de Catalunya debería ir por delante de las luchas para
posicionarse de cara a un futuro, que lo más posible es que no se llegue a
conseguir, es evidente a mi juicio que personajes de la poca experiencia y
calidad personal como son Oriol Junqueras y David Fernandez , son incapaces de
llevar a la Independencia a los catalanes soberanistas, en el supuesto que
llegasen a conseguir llegar a la presidencia del Gobern de la Generalitad, no
tienen ambos dos la suficiente capacidad política para gobernar una etapa de transición
que requiere además de firmeza, dotes de negociación política cosa que esta
fuera de la catadura de los dos líderes citados.
Otra cosa es que ambos líderes sean necesarios para empujar una parte de la
sociedad catalana que nunca ha apoyado a Convergencia y a Arthur Mas, pero de
esto a liderar una negociación brutal con España y con la UE si llega el caso,
es tanto como pedir peras al olmo. Y es una pena porque Catalunya sería muy pero
que muy suficiente para poder constituirse en estado dentro de la UE. La economía
hoy con todo el lio que nos llevamos de listas, de cambios, de amenazas y todo
lo que ustedes quieran, está marchando a un ritmo admirable.
La Generalitat prevé que la economía catalana crezca al menos un 3,2 % este
año y que genere unos 92.200 empleos gracias al empuje de la dinámica
económica. El gobierno de convergencia hace esta estimación en un informe
acerca de las previsiones macroeconómicas de Cataluña para los años 2015 y
2016, en el cual augura que ese segundo año la economía catalana repuntará un
2,8 %, lo que hará que cree 82.300 puestos de trabajo, calculados en términos
equivalentes a tiempo completo.
Así, según las estimaciones del Govern, la tasa de paro estimada de
Cataluña, que a finales del año pasado era del 20,3 %, (muy por debajo de la
media española) se recortará en 2015 hasta el 18,3 % y caerá de nuevo en 2016
hasta el 16,4 %. La recuperación económica que inició Cataluña durante la
segunda mitad de 2013 tuvo continuidad durante 2014 y ha tomado fuerza durante
2015. La dinámica económica va más allá de lo que preveían las últimas
previsiones, de finales de 2014, que han quedado superadas por el empuje de la productividad,
considera el departamento de Economía en este informe.
Es cierto que como ocurre con España la estabilidad financiera, las
políticas expansivas del Banco Central Europeo, el flujo del crédito, los
precios mínimos del petróleo y la depreciación del euro frente al dólar están
ayudando a la economía catalana, que se espera que crezca este año un 3,2 % y
no se descarta que este crecimiento pueda acabar incluso superando esta
tasa", apunta el Govern. Las claves del crecimiento de la economía catalana
se explican por la "nueva aceleración de la demanda interna", que el
Govern estima se incrementará un 3,4 % en 2015 y algo menos en 2016, un 2,5 %.
En cuanto al saldo exterior, tendrá una aportación nula en 2015 (-0,1 %) y
discreta en 2016 (+0,3 %), ya que las exportaciones continuarán su buena
marcha, pero las importaciones serán mayores que éstas, a pesar de ello el PIB
per capita catalán es de 26,900 lo que le sitúa por encima de Italia y España e
inmediatamente detrás de Francia. El consumo de los hogares crecerá un 3,4 % en
2015 y un 2,7 % en 2016, una cifra más modesta como consecuencia de la
normalización del nivel de consumo y de una recuperación de los valores
positivos en la inflación. La formación bruta de capital, indicador relacionado
con las inversiones, alcanzará un incremento del 6,8 % en 2015 y un 5,4 % en
2016.
Las previsiones del gobierno catalán para la economía catalana coinciden en
buena medida con las estimaciones del BBVA para Cataluña divulgadas a finales
de junio. Este banco también estimó la previsión para 2015 en un 3,2 % y la de
2016 en un 2,5 %, si bien este banco es más optimista en materia de empleo, ya
que calculaba que esta bonanza económica daría lugar a 200.000 puestos de
trabajo en estos dos años. Por su parte, la Cámara de Comercio de Barcelona
hizo pública a finales de abril su última estimación para la economía catalana:
un incremento de un 2,7 % para este año y un 3 % en 2016.
Francamente yo no veo la necesidad de que además de la lucha encarnizada
contra las presiones y el ahogo económico del gobierno español se tengan que
añadir ahora los partidos y líderes políticos que se declaran soberanistas lo
que estos líderes deberían estar haciendo es poniendo paz sosiego y ánimos a
los que pensamos que todavía vale la pena intentarlo si se sitúan en esta posición
de normalidad pero si mantienen sus luchas personales contra el gobierno actual
y contra Artur Mas en particular yo les
aseguro que todo se va a perder porque además de dar munición a los unionistas
con las invenciones de listas sin políticos y planteamientos extremistas les
aseguro que el soberanismo catalán primero se rompe y segundo con la idea de
los hechos consumados y la fuerza bruta no es posible ganar la independencia
hace falta mucha más política que razón.
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