Había una vez un presidente que tenía una mayoría absoluta
pero que un día de mayo tras unas elecciones locales y autonómicas recibió una
derrota electoral tan grande que empezó a ver que aquella mayoría absoluta se
terminaba. Tras el varapalo recibido, algunos compañeros del presidente y
miembros del PP le sugirieron que no se presentara a las elecciones generales. "Es
a ti a quien tienen que preocupar más los resultados de las elecciones",
le advirtió un alto cargo de su partido en una reunión de crisis el 25 de mayo,
según dos fuentes presentes en la sala.
El día anterior, el Partido había sufrido una pérdida
de casi 2,5 millones de votos, una debacle que le costó muchos de sus bastiones
municipales y regionales, perdidos en muchos casos con pactos entre otras
formaciones políticas unidas en su contra. Los resultados pusieron de relieve
lo que muchos le dicen a Rajoy en el partido desde hace meses: el PP ha
empezado ya a pagar la factura de las presuntas imputaciones de delitos de prevaricación
malversación y blanqueo que todavía se encuentran en procesos judiciales y de
las políticas de austeridad que han aplicado su Gobierno al igual que muchos
otros países de Europa.
Pese a la mejora de la economía, empujada por los
acontecimientos externos más que por la iniciativa interna, la recuperación
está tardando más de lo esperado en sentirse en la calle y cada vez hay más
votantes que ven en Podemos y Ciudadanos una solución a sus problemas y no es
de esperar que esta tendencia se invierta de aquí a las elecciones generales que
se esperan para fin de año. En el encuentro, dirigentes del PP instaron a Rajoy
a reaccionar antes de que sea demasiado tarde, introduciendo cambios en el
Gobierno y el partido y dedicando más atención a las políticas sociales que
pide a gritos la sociedad tras siete años de crisis.
Dos meses más tarde, sin embargo, pocas cosas han
cambiado. El PP ha renovado su comunicación poniendo caras más jóvenes y
modernizando su logo. Además, el Gobierno ha empezado a suavizar algunas de sus
políticas de austeridad, por ejemplo revirtiendo parcialmente las subidas de
impuestos de principios de mandato, devolviendo una parte de la paga extra
retirada a los funcionarios en 2012 o poniendo en marcha una leve rebaja de la
factura de la luz. Pero el mensaje, al igual que el liderazgo del partido, no
ha sufrido ningún cambio.
Al igual que en 2004 y 2008, cuando logró sofocar una
rebelión interna en el partido, Rajoy ha optado una vez más por no cambiar la
estrategia de perseverancia y aguante que le han dado tan buenos frutos a lo
largo de una trayectoria política que le ha llevado desde su puesto de
registrador de la propiedad a la dirección de un país. La única reflexión que
lleva varios meses repitiendo, es que ha decidido fiarlo todo a una
recuperación económica que, según él, ha sido propiciada por sus reformas
estructurales y recorte presupuestario y pronto llegará al grueso del
electorado, pero el presidente no se da cuenta que esta solo a 3 ó 4 meses de
las elecciones generales y que mientras él no hace nada los demás partidos se
van posicionando para el asalto final.
La nula estrategia planteada por parte del presidente
a finales ya de su mandato en esta ocasión lleva aparejada multitud de riesgos,
empezando por el desapego hacia su propia persona incluso en las filas del PP. Que
naturalmente otros políticos ven peligrar sus puestos de trabajo así de
sencillo y claro la caída del presidente se llevara por delante cargos empleos
y algo que puede ser peor, capitales y empresas basadas en la fidelidad y el amiguismo
con el gobierno y los políticos del partido que gobierna.
Al final tanto se debe haber visto comprometido el
presidente y el propio partido que han decidido actuar y la forma de hacerlo es
la de falsear toda la realidad política y social que se vive en el país y para
ello han empezado a usar sin ningún reparo a toda la prensa nacional, la cual increíblemente
está quedando en evidencia porque yo creo que nadie nos esperábamos que toda la
prensa estuviese tan comprometida con el gobierno del PP. así ahora
leemos artículos increíbles de acciones casi subversivas que se preparan en el país,
no ya solo derrotar políticamente al partido nacional por excelencia el PP sino
al mismo rey.
Otro cuento van a ser las encuestas la última que he
tenido conocimiento dice que los dos principales partidos políticos en España,
el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE) han recuperado terreno
según un sondeo electoral de GAD3 para el diario ABC, mientras que Podemos bajó más de seis puntos porcentuales hasta
el 15,0 por ciento. El partido más votado de esta encuesta, publicada este
domingo y realizada entre el 23 de junio y el 8 de julio, fue el PP, con el
29,1 por ciento, 3,6 puntos por delante del PSOE.
Comparando la intención del voto con las elecciones municipales
y regionales del 24 de mayo, el PP habría recuperado un millón de votos y el
PSOE 600.000. Ciudadanos sería el cuarto partido, con el 12,1 por ciento, según
la encuesta de GAD3, que recoge mil entrevistas. En términos de escaños, el PP
contaría con 131 de los 351 diputados, el PSOE con 106, Podemos con 41 y
Ciudadanos con 32. Los demás 40 escaños se repartirían entre otras 10
formaciones.
Está claro que aparte de ser increíbles estas cifras
parece que los partidos “más importantes de España” según la encuesta están preparando también una lista conjunta lista
o coalición como quieran en que la vieja guardia la vieja política es más que
probable que plantean unirse porque fíjense que con los 131 escaños del PP más
los 106 del PSOE y podemos añadir a C’s con 32 esta coalición nacional española
sumaria una amplia mayoría absoluta que dejaría las cosas en su sitio por
cuatro años más porque PODEMOS y los demás, pobrecitos ilusos apenas suman 82
escaños y colorín colorado este cuento se ha terminado.
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