El Gobierno
español, afronta una crisis de confianza entre los nerviosos inversores y los
gobiernos europeos incluida por supuesto la propia comisión europea, tras
admitir el viernes por la noche que el déficit público de 2011, fue mayor de lo
que previamente se había dicho por el ajuste de las cuentas en tres autonomías,
todas ellas para mas escarnio gobernadas por el partido del gobierno. España
revisó el déficit público de 2011 al 8,9 por ciento del Producto Interior Bruto,
desde una cifra previa del 8,5 por ciento del PIB, una cifra bastante superior
al objetivo original del 6 por ciento, lo que supone un revés para el
presidente del Gobierno, que ha había culpado en buena parte a los socialistas
de la incapacidad para controlar las cuentas.
Eso es un
desastre mayúsculo y va a dar un golpe muy serio a la credibilidad de España.
No me sorprendería si vemos un nuevo salto cualitativo en la prima de riesgo el
lunes. Es lo peor que podría pasarnos en este momento, el rendimiento que
España paga por los bonos a diez años ha crecido hasta niveles no vistos en la
última semana esta en cifras consideradas insostenibles, en medio de las
preocupaciones sobre el sector bancario, y la posibilidad de que Grecia pueda
verse forzada a dejar la zona euro, España puede recibir un mayor castigo todavía
por parte de los mercados internacionales, máxime si estos entienden que han
querido ser engañados.
El Gobierno
aseguró el viernes, tras presentar los datos revisados, que el país cumplirá
con sus objetivos, pero esto será imposible sin condenar a la economía a una
recesión más profunda. La economía española ha estado en recesión, o estancada,
desde que estalló la burbuja inmobiliaria hace cuatro años y pese a las
previsiones de que el PIB se contraerá un 2 por ciento este año, el Gobierno ha
aplicado profundos recortes para cumplir con los objetivos fiscales fijados por
Europa, objetivos que no se están cumpliendo sino que se amplía cada vez más el
déficit estructural del estado.
La
credibilidad de la política fiscal ha quedado hecha añicos, no porque el
Gobierno esté evadiendo sus responsabilidades, sino porque no es factible el
ajuste fiscal que se está exigiendo cuando la economía está en recesión, y el
gobierno es como una escopeta de feria, que hierra el tiro cada vez que dispara
una propuesta o una medida económica, Rajoy ha aprobado medidas de austeridad
por alrededor de 45.000 millones de euros para reducir el déficit al 5,3 por
ciento del PIB este año, y se verá forzado a hacer más recortes el próximo año
para alcanzar un objetivo del 3 por ciento del PIB, cifras ambas, que son
imposibles de conseguir con un PIB en recesión, con un desempleo que tiene un
coste anual de 50.000 millones de euros, y con un coste de deuda al 6% que
seguramente subirá.
La
desviación del déficit, heredada del Gobierno socialista anterior, que perdió
en las urnas en noviembre pasado, el PP insiste que se debió en parte al gasto
de las 17 comunidades, que representan alrededor de la mitad del total de
gastos, pero esto es mentira quizás cuele en Europa porque ellos no entienden
que significa eso de comunidad autónoma, pero alguien algún día les explicara
que las comunidades autónomas hoy, solo son delegaciones del gobierno
disfrazadas de gobiernos semi federales, pero que no llegan ni a eso. Lo que
las comunidades autónomas gastan es lo que el gobierno central les da, para
administrar los servicios que prestan a la sociedad, ya que exceptuando el País
Vasco y Navarra ninguna mas tiene hacienda propia.
El único ahorro
que significaría su supresión, seria en costes de carácter de personal y
algunas de las locuras de sus dirigentes de altos puestos políticos y de algunos
miles de funcionarios, pero los primeros deberían pasar a engrosar las nominas
del estado o de los partidos políticos, y los segundos al desempleo, con lo que
el gasto seguiría en el país, desde aquí hay ahora muchas corrientes de opinión
que aducen la bondad de reconsiderar el estado autonómico, yo estoy de acuerdo
pero no tanto por lo que signifique en ahorro de costes, como en la mayor
facilidad de gestión y control, es una locura tener una comunidad como Álava
con 200 habitantes con el mismo complejo
tratamiento que Catalunya por ejemplo con 7,7 millones de habitantes.
España está
mal muy mal y el gobierno de Rajoy y su partido no saben por dónde salir, esta
es la realidad, y le echan la culpa a los bancos, a las comunidades autónomas,
al PSOE, a la UE y al BCE, ya solo le falta cómo hizo en su día Felipe II darle la culpa a los elementos.
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