Las
circunstancias a veces dan las señales oportunas para el inicio o la
consecución de metas o proyectos, que larvados esperan una oportunidad propicia
o menos conflictiva para llevarlos a término. Este es el caso de la ya muy
reclamada independencia o segregación de Catalunya de la unidad de España.
Hoy leo en “La Vanguardia” de nuevo la declaración de La presidenta de la
Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre,
que ha vuelto a pedir una revisión
del Estado autonómico aduciendo que
"cualquiera que nos mira sin conocer el sistema piensa que si somos lo suficientemente
derrochadores para mantener 17 comunidades, que son como mini estados, es ahí
donde esta nuestro déficit estructural.
Le atribuye a este sistema el aumento del número de funcionarios y el
encarecimiento de la gestión de los servicios. Sin embargo lo que ignoran es
que "El Estado autonómico se crea para tratar de integrar mejor a Catalunya
y País Vasco, en la nación española cosa que no se ha conseguido por
desgracia. Aunque ningún político me ha apoyado, todos saben que hay que
reflexionar sobre esto. No hay más remedio que ahorrar en Administración",
ha reconocido.
Tiene esta
interpretación una aplastante lógica y diré mas aunque solo sea mirándolo por
el lado económico del ahorro de costes lo apoyo, pero es que la reconstrucción
de un estado español más centralizado con la única diferenciación de dos polos
autonómicos verdaderamente diferenciados y actuando como motores económicos
ayudaría mucho al desarrollo de la
recuperación económica de España.
El carácter
poco beligerante y , más calculador que impaciente de los catalanes, siempre ha
sido un freno ante la posibilidad de entrar en un conflicto de intereses entre
España y Catalunya, siempre ha habido aquella presión que nos decía, “mejor
malo conocido que bueno por conocer”, y además siempre estaba al quite España
para apagar el fuego independentista, con concesiones, promesas, y
reconocimientos que puestos en el fiel de la balanza la política catalana, apaciguaba los deseos de
segregación.
Este
equilibrio ha muerto por completo hoy en día, por un lado la crisis económica y
por el otro la dictadura creciente de la derecha involucionista española, da a
mi modo de ver, la señal inequívoca de que ahora o nunca. Si nuestros políticos
y nuestra sociedad son realmente lo que dicen ser, nacionalistas catalanes,
ahora es la hora porque estamos en una nación que se hunde irremediablemente al
pozo de la exclusión social europea igual o más que Grecia y o lo remediamos o
nos vamos detrás.
España es
ahora una nación gobernada por el nacionalismo español más cercano al
imperialismo dictatorial y centralista, cuya única opción es mantener un solo
foco de atracción, reuniendo en él, todas las fuerzas económicas, y la gestión
de los derechos sociales, en resumidas cuentas España, la España única que
ellos quieren, y desde allí mostraran al continente que aquello es España, y lo
demás permanecerá un tanto oculto, tapado por la magnificencia de un centro
gravitatorio que dará la imagen y los números estadísticos adecuados.
La prueba
fehaciente es la composición de los Presupuestos Generales del país, en donde
queda bien claro que todo el esfuerzo de España, en la que de momento estamos
incluidos, va hacia el centro como siempre y al noroeste lugar de origen del
presidente del gobierno. Europa les felicita, pero mientras Catalunya se muere
de inanición y eso a los consejos de la unión no les llega, solo reciben el
mensaje de que España irá bien, pero que España, me pregunto yo.
Si
analizamos la realidad, está claro que el desvío de los conceptos
contabilizados en los presupuestos
dejando a Catalunya completamente al margen, no obedece solo a que nos tengan
más o menos manía desde el gobierno del PP, sino que saben que la ventaja
económica y social que mantenemos los catalanes, está todavía muy por encima de
la que pueden ofrecer desde una España completamente sin control y arruinada,
así que está claro lo poco que el gobierno central pueda recoger, todo va hacia
España central, Catalunya ya tiene
bastante.
Esta
realidad nos indica que estamos en la necesidad de separarnos, que no
necesitamos para nada a una España tan distinta a nosotros, o nosotros tan
diferentes de ellos, que hasta en los presupuestos nacionales así lo reconoce,
no nos pueden amenazar con nada, este sistema de la amenaza de intervención de calamidades
y pobreza, ya no sirve, que nos van a hacer, no nos van a apoyar sus bancos, y
que, están todos sin recursos y buscando desesperadamente una restructuración
que no llega, mientras que los nuestros están ya salvados y reestructurados,
nos van a cerrar su mercado, bueno ya exportaremos a Francia a Alemania al
resto de Europa y a Portugal.
Que puede
ocurrir de malo que no podamos soportar, nada de nada, la debilidad de España
(no incluyo Madrid) es mucho mayor que la de una Cataluña independiente,
fíjense si no: desde aquí podríamos poner en marcha de una vez el corredor
mediterráneo, eso sí, solo el tramo catalán, desde Tarragona a Róterdam lo imaginan,
porque la financiación europea es al corredor no a España, y terminar por fin
el AVE a Francia.
Y porque no
privatizar la red hacer pagar peaje para pasar por la infraestructura catalana,
para mejorarla porque lo que hoy existe esta que no se sostiene, podríamos
poner a nuestro aeropuerto como un aeropuerto verdaderamente internacional, indispensable
para el incremento internacional de la actividad industrial en nuestra pequeña
nación, esto es mucho más fácil porque está más preparada para reactivarlo que
en todo el resto de España.
Es evidente
que una sociedad de poco más de siete millones de habitantes y con el potencial
industrial, comercial, turístico, y su situación estratégica con el primer puerto
de mar del Mediterráneo, comunicada a europa por Francia, con una historia y cultura de alto nivel europeísta
y de reconocimiento internacional, le sería mucho más fácil establecer unos
reajustes económicos y a la vez una reactivación de su PIB mucho más rápidamente.
Catalunya
tiene esta posibilidad, que no la tiene toda una nación de 40 millones de
habitantes, en la que básicamente su potencial económico se inscribe todo en su
capital, esto es la realidad que además el PP quiere mantener y consolidar, por
medio de su mayoría absoluta, está minando el estado de las autonomías lo está
haciendo a conciencia ya desde hace tiempo, sino porque las peores son
precisamente muchas de las que ya gobernaba, estando el partido en la
oposición, así hundió mas al gobierno y a la economía del PSOE, y ahora
recogerá los frutos desmontándolas una por una, para volver a la unidad de
España sin que parezca un desacato a la constitución.
Además aquí no
se trata de entablar ninguna batalla entre España y Catalunya no es necesario, lo
que se trata de lograr una separación interesada para ambas partes, una separación
de intereses de política y de gobierno, no hay que pensar en cierres de
fronteras ni en visados de entrada o de permanencia, no se trata de eso,
simplemente de dejar por parte de España la libre administración y nacionalidad
de Catalunya, y por la reciproca la
libre convivencia y establecimiento de pleno derecho de los españoles que
considerasen oportuno venir y establecerse en la nueva nación.
Catalunya
debe tomar ya una decisión inaplazable, si es cierto que sus políticos sienten
la catalanidad de su origen y la de la mayoría de su sociedad, hay que entablar
ya de una vez la negociación con España y la UE, para plantear nuestra
pertenencia a la unión y tirar adelante un proceso de segregación, bien de
acuerdo con España, o de forma unilateral, y si no se aprovecha esta ocasión,
les ruego a mis políticos estos que se erigen nacionalistas, y que se quejan del trato que recibimos, que
se callen de una vez y para siempre.
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