Después de los resultados electorales
de ayer, es evidente que la disociación entre política economía y sociedad es
un hecho incuestionable, analizada la situación de la zona euro se confirma
entre otras cosas, que esta no pasa por su mejor momento, es un hecho que no se
le escapa a nadie. Los encarnizados y semi ocultos debates que de forma secreta
mantienen los líderes europeos, sobre la forma de poner fin a la crisis que
azota a la región, abre interrogantes sobre el futuro que le espera a la Unión
Europea. Las proyecciones más pesimistas no descartan revueltas sociales, y
hasta nuevas dictaduras incluyendo el renacimiento del Comunismo.
Francamente, estas circunstancias
sucederán si no se desmonta la actual configuración de la unión Europea, la
solución para la unidad europea pasa ineludiblemente por demoler la unión
europea actual como si de un edificio afectado de aluminosis se tratara para reconstruirlo
de nuevo, con nuevas políticas con nuevos objetivos y sobre todo con una firme
constitución europea, situada por encima de las constituciones y gobiernos
nacionales, esto hay que hacerlo en paz, sin ocasionar las revueltas y los
otros desastres que planean sobre nuestras cabezas, si se continúa negando la
evidencia del fracaso europeísta actual no habrá remedio y la crisis económica
terminara por convertirse en algo mucho peor.
Solo si esta demolición no se
materializa coordinadamente, y sin acusaciones de culpa de unos a otros, se
podrá recomponer la situación, de lo contrario pasaran dos cosas: que salga un
Dictador que aglutine a Europa por la fuerza, o que se vuelva a la situación
geoeconómica, y política de 1950, eso si después de una guerra económica quizás
incruenta pero demoledora, que podríamos llamarla de “secesión” entre las naciones
europeas, que previamente se habrán acusado de ser las culpables del fiasco, y
que como final se aislaran unas de las otras.
Este hecho es el que no logro
entender, no sé porque se tiene la sensación que un fracaso de la unión
monetaria y el euro en sí, es el fin de Europa. Una Europa que ha pasado por
civilizaciones, guerras, periodos históricos que han marcado a la civilización
occidental, y aquí esta, es
indestructible. Solo las cosas creadas por el hombre, son efímeras y suceden
unas veces bien y otras mal.
La Europa del Euro, tal y como se ha
desarrollado es un fracaso, bien pues no insistamos en ello, démosle carpetazo
y aprendamos para un futuro más o menos próximo, porque al final, Europa
llegará a encontrar un sistema que la una, y este sistema yo vaticino que no es
otro que la perdida de las supremacías nacionales frente a la unidad europea, y
posiblemente esto pasa por la creación de una Europa Federal.
Intento por mi parte denunciar a la
sociedad que me lea, que no hay que alarmarse por poner soluciones a las cosas,
si no por todo lo contrario, piensen por favor en cosas humanas para entender
lo que pasa. Tenemos un edificio en estado crítico que se va desmoronando día a
día, y los arquitectos no encuentran la solución a sus males, todo lo que le intentan
no da resultado el edificio se debilita, y amenaza ruina se ponen ya en lo
peor, y todos actúan por su cuenta convencidos de que el edificio se va a caer
o no tengo razón, miren si no.
Los bancos
comerciales de la zona euro depositaron en el Banco Central Europeo (BCE) miles
de millones de euros, las cifras más altas registradas desde el 9 de agosto de
2010. El BCE remunera el dinero depositado diariamente por los bancos de la
eurozona, muy por debajo del 1 % del precio oficial del dinero, lo que constata
una creciente desconfianza entre los bancos, y ante sus propias sociedades, y
optan por la mayor seguridad del banco central en vez de prestarse entre ellos
y obtener un mayor rendimiento. Dicho de otro modo parte de los constructores
ve que el edificio no se sostendrá en pie y sus ahorros no los ponen al alcance
de las obras de mantenimiento sino que los esconden.
El Consejo
de Gobierno del BCE se reunió el pasado jueves para discutir la política
monetaria de la entidad y fijar los tipos de interés del euro, su presidente, y
su consejo no alteraron la situación, como si estuvieran esperando no se sabe
muy bien que, ante la ralentización de las economías europeas, la no intervención
la falta de iniciativa no ha hecho más
que empeorar al paciente, lo dicho el edificio se derrumba.
Después
de un trimestre negro y del actual que por el momento no pinta mucho mejor, es
inevitable plantearse cuándo llegará el fin. Los expertos, desde luego, no lo
ven nada claro y no dudan al afirmar que la tendencia es cada vez peor. Entre tanto los inoperantes arquitectos (políticos) del ya ruinoso edificio,
se suceden a sí mismos, los nuevos quieren insistir en nuevos tratamientos, así
ante la gravedad de la situación, el nuevo presidente de Francia, ha confirmado
la celebración de unas nuevas reuniones con
sus homólogos europeos para conformar
una nueva respuesta común ante la crisis global, agravada en el último mes por
el temor a la recesión y por las tensiones en los mercados de deuda.
Lo que más
me preocupa es que el nuevo presidente francés
ha manifestado que Francia está buscando una respuesta "coordinada, pero
adaptada a la situación económica y presupuestaria de cada país", más o
menos lo que quiere decir es que están a punto de ir derribando partes dañadas,
a ver si así el resto del edificio obtiene una cierta estabilidad para sostenerse
en pie eso si con un tamaño más reducido.
El último
intento pues es ir haciendo análisis de los pisos del edificio, España e Italia
son el eje del problema de la eurozona. El bloque de los diecisiete pisos puede
sobrevivir a unas obras que afecten a Grecia, Portugal, e Irlanda, pero no sobrevivirá
al colapso que el peso de España e Italia produciría si fallan sus pilares de sostén,
la eurozona no cuenta con suficientes recursos políticos ni financieros para
acudir al refuerzo de Madrid y Roma.
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