El mundo hasta hace un siglo más o menos se
dividía en dos escalas sociales los ricos y los menos ricos, esto permitía un
equilibrio quizás un tanto injusto, pero equilibrio al fin, lo normal era que
los ricos ordenaban y gobernaban la sociedad entera y así se mantenía un status
quo que con algún que otro desorden o desequilibrio puntual, conseguía que la
vida funcionase bajo unas ciertas normas vitales de convivencia, que si no otra
cosa, nos ha permitido pasar por la historia avanzando cada vez mas.
Estas escalas sociales nunca han sido
excluyentes ni fijas, es decir se podía pasar de una a otra dependiendo de
actos personales, no siempre tenían que ser lícitos, fortuna, inventiva, y
sobre todo trabajo, pero estos movimientos no alteraban el equilibrio social.
Llego un momento esplendido que apareció una tercer escalón social, la
denominada clase media, que se situó
como el purgatorio, entre el cielo y el infierno. Este escalón consiguió con el
tiempo un efecto de enorme mejora para la sociedad, porque en realidad lo que
consiguió es que esta volviera a situarse en dos escalas sociales acercando los
menos ricos a los modelos de bien estar de la clase alta, y disminuyendo a la
clase pobre que quedo prácticamente como marginación social más que como estado
social.
Pero esta situación de sociedad bien estante,
fue ampliándose cada vez más en número y
poder, empezó a partirse en nuevas
escalas sociales que si bien ya existían, estaban inmersas en cada uno de los
grupo generales y no presentaban un estatus diferencial de comportamiento y
categoría independiente. Así ahora la sociedad modernísima, es decir la de hoy
se ha dividido en: Multimillonarios, Millonarios, Periodistas, Economistas, Políticos
y funcionarios, Trabajadores, Desempleados y Marginados.
Esto ha desbordado las leyes de la
convivencia y la gobernabilidad, y verán porque, hoy curiosamente los que
mandan no son los de arriba, sino los del medio (resaltados en negrita) y no
mandan precisamente porque lo merezcan, sino porque se han creado sus escalas
sociales independientes y a eso se dedican, los de escalas superiores es decir
los Multimillonarios y los Millonarios, pasan olímpicamente de la política que
mal o bien obligan o influyen enormemente a implantar a los cuatro grupos
influyentes, ellos consideran que están fuera de obligatoriedad de cumplirlas,
y es más, si se empeñan o enfadan les
quitan el poder que se han atribuido.
Los de abajo son los que más han sufrido esta
diáspora de escalas sociales, trabajadores y desempleados han perdido todo su
poder como clase o escala social, los que se han adueñado del poder los han
convertido en instrumentos de sus experimentos político sociales, ya que no
pueden con los de escala superior. Así que la sociedad hoy, se compone de
cuatro escalas o grupos sociales: Una clase social que hace lo que le da la
gana. Otra que impone lo que le da la gana. Otra que sostiene a las otras dos.
Y una cuarta que ni hace nada ni se la considera para nada. Es evidente que
para una sola clase social le es imposible sostener todo el peso de toda la
sociedad en general.
Ya lo ven no es solo cuestión de economía y
deudas soberanas, la mal llamada crisis no es más que el desequilibrio
social que nos hemos montado al amparo
de la vieja democracia que lo permite, o que dicho de otra forma, la mal
empleamos y la retorcemos amparándonos en ella, porque de la democracia lo
único que entendemos, es que cada uno puede hacer lo que le dé la gana, así que
con esta máxima, se han establecido decenas de partidos políticos con sus
correspondientes políticas, miles de consejeros financieros y economistas cada
uno con su teoría económica, cientos de miles de políticos cada uno también con
su política a cuestas, millones de funcionarios públicos para servir a las
políticas y gobiernos, y finalmente unos pocos millones más de trabajadores que
deben cargar con el esfuerzo de crear el PIB de todos los demás, incluyendo en
su carga a los desempleados y marginados de la sociedad.
Es evidente que este desequilibrio es la CRISIS, de la que ni los políticos ni los
economistas encuentran la solución, es evidente que no la encuentren son ellos
mismos la CRISIS, y la solución está
clara hay que reconstruir la sociedad hay que ajustar los papeles sociales a
desempeñar, hay que volver a las escalas sociales normales los Ricos, la Clase
media y Obrera, y los marginados por la suerte, o las circunstancias sociales.
Y si se hace así el orden y la gobernabilidad
social volverá, y con ello el trabajo
productivo y la prosperidad que ya vivimos pero hay que conseguir entender que
las funciones propias de la sociedad debe estar repartida entre la amplia clase
media y que la democracia no quiere decir hacer lo que a uno le interesa o le
viene en ganas si no lo que le conviene y reclama la mayoría de la sociedad.
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