Las circunstancias actuales que concurren en la UE son increíblemente
complejas de entender, la situación de Europa no puede ser solo fruto de la
improvisación o del fatalismo, tiene que haber un plan perfectamente concebido
por algo o alguien, no es posible que todos los europeos nos hayamos vuelto
locos a la misma vez.
Creo que todo gira en torno a dos elementos básicos: “el Huevo y el Euro”
verán porque lo digo: recordemos el acertijo popular que se usa para hacer
pensar a niños y mayores cuando se les pregunta ¿qué fue primero el huevo o la
gallina? Uno no puede por más que perder un buen rato en pensar realmente que
fue primero, un pensamiento absurdo pues no tiene solución. Bien con la economía
de la UE, pasa lo mismo uno se pregunta qué fue primero, la crisis económica o el Euro, pero aquí si hay respuesta,
evidentemente primero fue el Euro.
Está claro que la Unión Europea marchaba viento en popa con su sistema de
acuerdos bilaterales, con tratados de libre comercio, y con sus diferencias
perfectamente delimitadas, por las fronteras invisibles pero reales de sus propias
divisas y sus economías particulares. Pero he aquí que Europa quiso hacer de
gallina y decidió poner un huevo y lo hizo, y puso el Euro, pero a diferencia
del huevo, del Euro no nació una Europa Unida sino todo lo contrario el huevo la
ha roto.
Ahora creo que toda Europa es consciente que con su disparidad económica,
es imposible que contenga una moneda única, pero la situación nadie sabe cómo
solucionarla, creo que está claro el porqué no se aguanta el Euro le pasa como
al huevo no es regular no se aguanta ni derecho ni acostado y si no lo aguantas
rueda y se cae, y aquí está la cuestión quien aguanta el Euro. Aquí está el
dilema falta la gallina.
La cuestión es que el problema no tiene en estos momento solución, porque
como he dicho en otros artículos ya no hay un Euro, sino tantos como países lo
aceptaron es decir 18, en cada lugar el euro tiene un valor real que no es el
acordado por los mercados este valor real esta referenciado al coste que cada
país debe soportar por adquirirlos en el mercado financiero, que es la realidad
del problema no solo su valor de cambio como divisa, decía antes que
hipotéticamente falta la gallina, quizás no lo he dicho bien, quizás lo que
pasa es que hay más de una gallina que estaban acostumbradas a poner sus
propios huevos y unos eran más grandes otros más pequeños, incluso otros de
color y de dos yemas .
Ahora solo hay dos
soluciones posibles para esta situación o volvemos a que cada gallina se ponga
sus huevos, o ponemos todos los huevos en una sola cesta y que cada gallina
coja los que necesite controladamente pero al mismo precio, aquí empieza el
problema, no hay forma de poner de acuerdo un gallinero verdad, pues eso a la
Unión Europea tampoco.
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