domingo, 4 de octubre de 2015
RUSIA ASI NO SE PUEDE HACE CRECER LA ECONOMIA DE UNA NACION
Putin sigue siendo un mal sueño para Rusia lo malo es que los rusas están acostumbrados a soñar mal y lo aguantan todo. La política de los gobiernos de la UESS antes y de la Federación Rusa ahora solucionan los problemas internos a base de guerras externas el caso es que no sé si será por querer copiar en todo a los EEUU o porque de verdad no tienen explicaciones para justificar el atraso que la sociedad rusa sufre ante las sociedades vecinas pongamos por caso la de la UE.
La federación rusa posee un PIB de 2.118,000 millones de dólares (2014) y un PIB /Cápita de 17,687 dólares, la unión europea presenta un PIB de 17.371, 600 dólares y un PIB/cápita de 33,800 dólares, estos números nos indican que el desequilibrio económico que aguantan los ciudadanos rusos un ruso tiene un 49% menos de riqueza que un europeo y no hablemos del PIB de la nación la más grande del mundo y solo produce 1/8 parte de lo que lo hace la UE. Esto es un desequilibrio que incomprensiblemente se mantiene por la cerrazón de los políticos rusas y la ceguera de la sociedad rusa
Es evidente también que con estos números no se pueden aguantar muchas guerras ni muchos ejércitos si no es a costa de limitar calidad de vida a su sociedad esto es un fenómeno que viene desde la época del comunismo y que se repite una y otra vez; mientras su principal enemigo los EEUU hacen guerras y por lo tanto fabrican y consumen armas, bombas, y balas, hay miles de trabajadores en factorías privadas de armamento que ganan sus buenos salarios y aumentan el PIB del país, en Rusia es todo lo contrario el estado es a la vez el ejército y las fábricas de armamento y los recursos económicos que necesitan salen del presupuesto del estado por lo que esto merma la posibilidad de mejorar los servicios de la sociedad rusa.
Las cifras son tremendas: Putin lleva cuatro guerras en dieciséis años en el poder -Chechenia, Georgia, Ucrania y Siria-, conforman el historial bélico del presidente ruso, quien no ha dudado en recurrir a las armas para defender los intereses de su país. Es lo que dice al pueblo pero la realidad es que lo que defiende es sus intereses políticos. Nada más llegar al poder, Putin se granjeó el apoyo de sus conciudadanos al lanzar la segunda guerra de Chechenia (1999-2009), bautizada como operación antiterrorista por el Kremlin, pero calificada por muchos otros como una guerra civil.
Al principio, Occidente criticó duramente las violaciones de los derechos humanos en la guerra, pero el incondicional apoyo ruso a la campaña antiterrorista lanzada por EEUU tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 hizo olvidar el infierno checheno. Diez años después Chechenia dejó de ser un problema, ya que el autoritario dirigente checheno designado por el Kremlin, Ramzán Kadírov, ha instaurado un régimen policial que ha logrado descabezar a la guerrilla islamista.Putin mantiene ufano que la victoria en la segunda guerra chechena evitó la desintegración de la Federación Rusa.
Poco después de dejar el Kremlin para asumir el cargo de primer ministro (2008), Georgia lanzó una operación relámpago para recuperar la región separatista de Osetia del Sur, cuya población había recibido de manera soterrada la ciudadanía rusa. El Kremlin no dudó en ordenar su primera intervención militar en el extranjero desde la invasión de Afganistán (1979) y las tropas rusas acudieron en ayuda de sus fuerzas de paz y del pueblo oseta.
Fueron sólo cinco días de guerra, pero Rusia no se limitó a liberar Osetia del Sur, sino que lanzó operaciones de castigo contra el Ejército georgiano y se adentró en territorio de ese país hasta situarse a menos de 50 kilómetros de la capital de Georgia, Tiflis. Como resultado, Rusia reconoció la independencia de Osetia del Sur y Abjasia (mar Negro), y se escudó en que fue Occidente quien abrió la caja de Pandora del separatismo al apoyar la secesión de la provincia serbia de Kosovo, en febrero de 2008.
Pocos dudan ahora de que Osetia del Sur acabará integrándose tarde o temprano en la Federación Rusa, que ha desplegado bases militares en ambas repúblicas para contener la expansión de la OTAN. La necesidad de corregir "una injusticia histórica" fue el prosaico motivo que ofreció Putin para desplegar en febrero de 2014 sus tropas en la península ucraniana de Crimea, bajo control ruso hasta 1954. Aprovechando el vacío de poder en Kiev y la supuesta amenaza ultranacionalista, el líder ruso respaldó un referéndum de independencia que condujo un mes después a la anexión del territorio, habitado mayoritariamente por rusos.
Posteriormente, explicó que el Kremlin no podía permitir en ningún caso que la EEUU y la OTAN atracaran sus buques, instalaran sus radares y desplegaran sus misiles en Crimea, punto estratégico para el control del mar Negro. Las sanciones internacionales no arredraron a Putin, quien no dudó en apoyar la sublevación armada que estalló seguidamente en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, y que desembocó en una cruenta guerra entre los separatistas pro rusos y Kiev.
Aunque el Kremlin nunca ha reconocido el envío de tropas regulares, es sabido que militares rusos combaten en las filas de las milicias insurgentes, que, según Kiev, han recibido además financiación y armamento de Moscú. A pesar de que Putin convirtió en secreto de Estado los datos sobre las bajas militares en tiempos de paz, diversas fuentes hablan de que fueron los refuerzos rusos los que cambiaron el rumbo de la guerra justo cuando el Ejército ucraniano había tomado la iniciativa en agosto de 2014 y febrero de 2015.
Ahora, Rusia se ha embarcado en una nueva aventura militar en el extranjero, en Siria, con el objetivo declarado de acabar de nuevo con la amenaza terrorista islamista, ya que, aduce, es mejor combatir fuera de las fronteras que en tu propio territorio. Como ocurriera con la URSS en Afganistán, ha sido el presidente sirio, Bachar al Asad, el que pidió ayuda militar a Putin, quien ha enviado una escuadrilla de aviones y helicópteros para sacar de sus guaridas a los yihadistas del Estado Islámico (EI).
Esta es la forma de hacer política del gobierno ruso no encontraran noticias de construcción de nuevas carreteras de creación de nuevos ferrocarriles de aumento de producción de trigo y cereales de expansión de bancos rusos no verán nuevos modelos de automóviles rusos no tendrán a su alcance termínameles móviles de telefonía, no les curaran medicamentos diseñados en laboratorios rusos y así una cosa tras otra.
Ya el estado ruso solo vive del petróleo y el gas creo simplemente que es porque lo necesita el ejército y porque sale simplemente agujereando el suelo y con todo y con eso el corte de extracción del petróleo ruso es de los más altos del mundo Moscú, que ha elaborado su presupuesto para el próximo año pensando en un barril de 100 dólares, con 20 o 40 dólares menos sufrirá un déficit presupuestario que se sumará a los efectos de las sanciones y la bajada del precio del rublo.
Qué pena que la doctrina militar promulgada recientemente por Putin que dice es "exclusivamente defensiva", pero incluye un ambicioso programa de rearme cuyo objetivo es mantener la paridad nuclear con EEUU, no cambie y se vuelva a una cultura de apertura política concretamente hacia su vecino más próximo que es Europa y olvide de una vez que un día los atacaron e invadieron unos ejércitos que provenían del oeste de esto la última vez hace ya 70 años
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