La abdicación de un rey impuesto por una dictadura no
puede perpetuar su sucesión por la gracia de dios como pretende hacerse, esta prácticas
son de otra época hoy la sociedad civil en estado democrático no puede admitir
una práctica o imposición de este calibre no hay derecho de sucesión que quede justificado a no
ser que lo ratifique unánimemente esta propia sociedad que admita y acepte como
valido el ser súbdita de alguien, ya no es admisible que nadie se perpetúe por
la gracia de dios o por la gracia de unos políticos que son mucho menos que
dios.
Si el rey tiene o quiere dimitir está en su derecho, pero
en mi opinión, esto libera a España de una época que abarca el periodo militar
de la guerra civil, y la posterior dictadura que fue militar primero durante
unos cuarenta años, y de carácter continuista y prácticamente impuesta durante estos
últimos 39 años. La sociedad debe entender que con la dimisión de Don Juan
Carlos se rompe con una época que quieran reconocer o no, los políticos españoles
la ha estado estirando como un chicle desde 1975, es decir España no es un
reino natural, sino que es un régimen especial que puso en marcha un general
amparado y pagado por la oligarquía española, enfrentándose y derrotando a un
pueblo republicano legalmente constituido mediante una guerra civil completamente
cruel y desequilibrada.
El hecho que tras la muerte del dictador oficial, el
miedo, la presión, de los elementos políticos y de estado promocionaran un rey para
que sirviese de puente entre la dictadura militar y la política democrática no confiere
ningún derecho de sucesión porque no fue el pueblo quien se lo confirió, sino
unos políticos preocupados por qué no volviese a imponerse un nuevo régimen militar.
La situación actual de desmoronamiento del país tanto política como económica requieren
una nueva revisión estatutaria de este país, hoy que ya no hay miedo de una reversión
a un estado militar el estado democrático no debe prolongar más aquella situación
de hace 39 años.
El estado debería proponer la ratificación de la constitución
esta vez en libertad y sin presión militar ninguna si no se hace ahora los
desacuerdos y las desconfianzas entre todos y no se entenderá que a estas
alturas se esté actuando como en la edad media no podemos aceptar unos derechos
no ganados sino otorgados por una dictadura militar y que incomprensiblemente
la actual democracia pretende perpetuar no dando o pidiendo la voz del pueblo
sino manteniendo y perpetuando las ideas y los hechos de una dictadura militar
que ya creía están muerta y enterrada para siempre.
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