Había una vez un reino que vivió
dando tumbos por la historia de una forma diría yo que única hay que admitirlo
así, se creó como tantos reconquistando unas tierras que no poseía porque el
reino no existía antes de estas conquistas, y aunándose por medio de estratagemas
y casamientos, paso a convertirse en un reino que creció y se convirtió en
imperio cuando descubrió y conquisto un nuevo mundo, y conquisto sus tierras
mediante la religión y la espada, nunca decidiré que fue lo primero o quien
mandaba en la acción conquistadora, como todo imperio cayo irremisiblemente, es
el destino de todos los imperios pero España que de este reino escribo en esta
historia lo perdió todo, quedo reducida a la nada al despertar de un sueño del
que muchos se niegan a despertar.
Así hoy aquel reino tiene dos reyes
un rey que deja de reinar pero sigue, otro rey que espera que lo proclamen en
unas horas para reinar sobre un territorio que se hunde en la miseria, pero da
igual tiene a sus pies un gobierno que sigue soñando que es un imperio. Con
estos antecedentes me atrevo a pensar que no hay futuro ni para el reino, ni
para los súbditos que lo soportan y cuando digo soportar es literal los
súbditos soportan con su poco trabajo y sus muchas necesidades a un reino que
no los puede sostener a ellos con la dignidad que cualquier reino o estado debe
hacerlo, pero pocas veces una política y un estado se comportan de forma tan
ignominiosa y falsa cómo se comporta la política y los políticos nacionales
españoles con sus gobernados en general y esencialmente con la identidad
catalana.
Creo que tengo razón en afirmar que
en el mundo occidental moderno, no hay en ningún sitio una situación igual en
que un estado y sus políticos, siembren y cultiven la semilla de la animadversión
y el odio entre sus gobernados, durante años y años. En España el centralismo
del estado y de la política de estado ya haya sido en régimen de dictadura
militar o democrática, opone sistemáticamente una discriminación feroz y casi
visceral, frente al nacionalismo de una región, española, como es Catalunya.
Esta acción se apoya en unos
fundamentos completamente falsos, pero muy bien hilvanados por la fuerza de la
centralidad del estado, que domina con su poder la opinión pública, con ello
crea tendencias de opinión que falsean agrandando o minimizando hechos de la convivencia
entre los pueblos españoles. El caso es que por culpa de unos o de otros o como
casi siempre pasa de los dos, parece que España se ha convertido en un
paradigma de gloria y orgullo para unos (los mas) y de desagrado y rechazo para
otra parte creándose una mala relación entre las dos, este hecho separa cada
día más dos culturas muy claramente diferenciadas la española y la catalana,
siendo el motivo mas importante como
causa de ello el negar y querer anular la propia existencia de la propia cultura
catalana.
Esto ha llegado tan lejos que ha
llevado a muchos catalanes a pedir que nos dejen decidir que nos dejen votar
para ver si es cierto o no lo que muchos pensamos que queremos dejar de ser
españoles por obligación para poder ser catalanes por devoción. Pero España
encarnada en sus políticos, no nos quiere dejar ni tan siquiera hacernos la
pregunta, es decir nos niega incluso la posibilidad de ver que ciertamente ya
no somos nada, como nos repiten una y otra vez, que existimos gracias a la
buena voluntad de España, que somos una mentira, que igual que España no es ya
un imperio Catalunya ya no existe, y que al igual que el gobierno español
presume de ser el gobierno de una España grande y libre cuando es la más pobre
y mas desequilibrada de las naciones de Europa.
Catalunya no es solo un sueño de
cuatro locos soñadores. Si alguien no lo ve así o cree que exagero es porque no
puede aceptar la realidad que supondría que España perdiese Catalunya y no hay
nada más ni orgullo patrio ni historia común ni nada solo es cuestión de ser o
no ser o mejor dicho de sobrevivir económicamente o no
Rajoy refiriéndose a Catalunya
un día dijo “es de todos los españoles” y a fe que es así porque año a año se
la reparten, que en el fondo es lo que intentan hacer por los siglos de los
siglos y para muestra la política de extremar la separación entre Catalunya y
Valencia, Las Baleares y Aragón lo que en su día formo la corona de Aragón que
junto a la corona de Castilla formaron España.
A las Baleares les han
robado el idioma la enseñanza de su pasado, a Valencia la han expoliado y
arruinado totalmente de tal manera que
es imposible para ella sobrevivir sin la tutela de Madrid, y a Aragón le han
imbuido una anti catalanismo tan feroz que casi les han hecho olvidar que antes
que España existiese como tal, existió un reino de Aragón del que Catalunya era
súbdita y que era mucho más fuerte y rico que el otro reino con el que se unió para
formar España quizás por eso les interesa que Aragón no recuerde lo que debería
de recordar.
Ya ven hay muchas cosas aquí en
medio, no es solo el problema que tengamos y usemos una lengua propia, no
importa que nuestra forma de ver las cosas sea un tanto diferente, lo único que
importa en realidad es que España no podría mantener su estatus económico en el
contexto europeo, si por aquellas cosas de la vida, Catalunya se independizase de
España. Él viejo y el nuevo Rey y los gobiernos pasados y futuros saben y se
dan cuenta rápidamente, que España no podría sostenerse sin Catalunya y por el
contrario Catalunya si podría, no ya mantenerse, sino crecer enormememente sin
España pegada a la espalda.
Y esto que digo no es ni una
fanfarronería ni un orgullo nacionalista gratuito, es una realidad que no
quiere aceptar el resto de la nación, y que el gobierno lo niega una y otra
vez, supongo que para no reconocerlo, cosa que tampoco entiendo, las cosas son
como son y no como uno quisiera que fuesen, y esto que es así de sencillo. No
sé que ganan la política y los gobiernos españoles que persisten en negar una
evidencia hasta el extremo de llegar a oponer a casi toda la sociedad española,
en contra de los catalanes, quienes junto con la comunidad de Madrid sostenemos
mejor o peor a España entera.
Esta es la realidad España, la
imperial, la centralista, la conquistadora, aquella que fue “una grande y
libre”, no puede soportar depender de una región conquistada, que se mantiene
firme en sus creencias e identidad nacional, que no asume como propia la
nacionalidad global impuesta, y que a pesar de esta insumisión, no puede
prescindir de su capacidad y fuerza económica, emprendedora, y nacionalista.
Esto y no otras motivaciones son el verdadero pecado nacionalista catalán.
Si me permiten pues la licencia,
está claro que en realidad España económicamente hablando es Madrid y Cataluña,
dado que ambas comunidades son casi parejas en cuanto a PIB y Habitantes,
podemos decir hipotéticamente que cada una soporta media España. Y llegados
aquí, está claro el porqué del problema que tiene España con la nacionalidad
catalana -¿y si un día estos catalanes no quieren ser españoles y lo
consiguen?-, que haremos con nuestra “una grande y libre” España.
Así se
entiende todo no les parece, y se comprende porque solo se ataca al
nacionalismo catalán, con el golpeteo continuo de la insolidaridad, del ataque
al castellano, de la educación tendenciosa, de las embajadas en el exterior, de
las políticas subversivas de la Generalitat, etc., que permanentemente sufrimos
en Cataluña por parte de la política y la “prensa oficial” de España. La cosa
esta clara, Catalunya paga y mucho y esto sí es importante esto no se puede perder,
tanto es esto así que el ministro de hacienda ha dicho: “Estamos superando la
crisis en España gracias a Catalunya”.
Así
que a su futura majestad Felipe VI le agradecería que mire de hablar con el Sr Rajoy para que deje de amenaza a Catalunya y a los
catalanes estamos una mayoría decidida a
saber si queremos o no ser un nuevo país europeo y para ello hemos decidido una
votación el próximo 9 de noviembre porque no ha sido posible negociar otra
salida con su gobierno, y majestad, no dude usted que si Catalunya se empeña lo
hará con sus amenazas o sin ellas, esto me parece que en el fondo lo tiene que
decidir usted, porque piense que lo mismo que se juega Cataluña se juega el
resto de España así que no estaría de más aproximar posturas más amigables y
negociadoras porque no hacerlo le puede resultar muy caro a España y a Catalunya
.
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