La mayoría de los españoles estarían
a favor de que Felipe VI alentara acuerdos políticos desde su papel
institucional, según dos sondeos publicados el domingo que recogen que los
ciudadanos tienen más confianza en el nuevo rey que en su padre. Las encuestas
en los diarios El País y La Vanguardia muestran que la monarquía parece haber
salido reforzada tras la abdicación a principios de junio de Juan Carlos I en
su hijo Felipe tras una serie de escándalos y un declive en su popularidad.
El 58 por ciento de los encuestados
por “Metroscopia” para el “El País” dijeron que Felipe de Borbón, coronado esta
semana como Felipe VI, les inspira confianza, frente al 19 por ciento que
sienten hacia él desconfianza. Por otro lado, más del 61% de los encuestados por
“Feedback“ para “La Vanguardia” consideran que la decisión de Juan Carlos de
Borbón mejorará el prestigio de la monarquía, una institución que la mayoría de
los españoles prefieren a la república (52 por ciento frente a 38 por ciento),
según ese mismo sondeo.
En resumen esto demuestra la indecisión
absoluta de la sociedad española que está harta de pasarlo mal, que no
comprende o no se siente comprendida con sus gobiernos, y que no encuentra en
la constitución los elementos jurídicos y políticos que le garantice
precisamente lo que dice en sus páginas que no es otra cosa que el estado es el
pueblo. La sucesión ha generado un
amplio debate sobre el papel del nuevo rey en un país donde se han dado
numerosos casos de corrupción, (su propia hermana, Cristina, está imputada por
delito fiscal y blanqueo) existe una creciente desigualdad social y un aumento
del sentimiento nacionalista.
Esta realidad española favorece la intención
de Catalunya a buscar una fórmula de escapar de España y propone un proceso de
independencia, yo creo que el resto de España lo entiende, pero no sabe qué
hacer, porque es evidente que exceptuando la comunidad de Madrid, ninguna otra podría
ser independiente por sí misma, el problema está en que sin Catalunya está más
que claro que Madrid tampoco podría aguantar, en las condiciones actuales, el
resto de España y esto justifica la
total negación del hecho en sí, por parte del gobierno político, será por esto
o por casualidad, Felipe VI ha elegido
que el primer destino de su reinado sea Cataluña, donde el 9 de noviembre hay
convocado un referéndum sobre la independencia que es rechazado frontalmente
por el Gobierno central.
El papel del monarca en un sistema
de monarquía parlamentaria es meramente simbólico, pero el sondeo de El País
entre 600 personas halló que el 75 por ciento apoyaría que el nuevo rey
generara activamente acuerdos políticos, como hizo su padre durante la
transición a la democracia. Según el sondeo de La Vanguardia, que entrevistó a
200 personas en Cataluña y otras 800 en el resto de España, aunque la mayoría
piensan que Felipe VI está bien informado sobre el problema catalán, la gente
está dividida sobre si su papel podría ayudar a resolver las diferencias entre
Madrid y Barcelona. La mayoría de los encuestados cree que el Gobierno central
debería hacer algún gesto antes de la consulta de noviembre, pero la mayoría
ven improbable que se produzca, según el sondeo de La Vanguardia.
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