Pocas veces una política de estado se
comporta de forma tan ignominiosa y falsa cómo se comporta la política y los
políticos nacionales españoles con la identidad catalana, creo que tengo razón
en afirmar que en el mundo occidental, no hay en ningún sitio una situación
igual en que un estado y sus políticos, siembren y cultiven la semilla de la
antipatía y casi el odio entre sus gobernados, durante años y años. En España
el centralismo del estado y de sus políticos de estado ya sea en la dictadura
pasada o en la democracia actual, opone sistemáticamente una discriminación
feroz y casi visceral, frente al nacionalismo de una región, de momento
española, como es Catalunya.
La situación que vive Catalunya en España me
recuerda el cuento de la “Cenicienta” recuerdan – Erase una vez en tiempos muy
lejanos había un gran señor (Reino de Aragón) que tenía una hija muy querida y
hermosa a la que trataba como una princesa (Catalunya) un día el gran señor se
caso por interés con una gran dama (Castilla) con la idea de formar una familia
mucho más fuerte y rica, cada uno de los contrayentes aporto al matrimonio
riquezas e hijos pero como en el cuento el Señor rico y poderoso falleció y la
princesa su hija quedo al cuidado de su madrastra y esta se comporto como tal
la arrincono en la cocina y la convirtió en sirvienta.
El cuento en la realidad no es tal cuento, ni
hay hadas madrinas ni hay príncipes para bailar y enamorar en la realidad hay
una nación dominadora que se afana en seguir utilizando a la figurada
cenicienta como a una mala e ingrata hijastra y se apoya en unos fundamentos
completamente falsos, pero muy bien hilvanados por la fuerza de la centralidad
del estado, que domina con su poder la opinión pública, con ello crea
tendencias de opinión que falsean agrandando o minimizando hechos de la
realidad de la relación entre las dos culturas, la española y la catalana,
siendo la primera de estas falsedades el negar la propia existencia de una
cultura catalana propia y más antigua que la propia nación española.
No es el problema que tengamos y usemos una
lengua propia, no importa que nuestra forma de ver las cosas sea un tanto
diferente, no tiene importancia que aquí se hayan prohibido las corridas de
toros, etc., lo único que importa en realidad es que España no podría mantener
su estatus económico en el contexto europeo, si por aquellas cosas de la vida,
Catalunya se independizase económicamente y ya no digamos físicamente de
España. Él y los gobiernos pasados y futuros saben o se dan cuenta rápidamente,
que España no podría sostenerse sin Catalunya y por el contrario Catalunya si
podría, no ya mantenerse, sino crecer enormememente sin España pegada a la
espalda.
No sé que ganan la política y los gobiernos
españoles que persisten en negar una evidencia hasta el extremo de llegar a
oponer a casi toda la sociedad española, en contra de los catalanes, quienes
junto con la comunidad de Madrid sostenemos mejor o peor a España entera. Esta
es la realidad España, la imperial, la centralista, la conquistadora, aquella
que es “una grande y libre”, no puede soportar depender de una región, que se
mantiene firme en unas creencias e identidad nacional diferente, que no asume
como propia la nacionalidad global impuesta, y que a pesar de esta insumisión,
no puede prescindir de su capacidad y fuerza económica, emprendedora, y
nacionalista. Esto y no otras motivaciones son el verdadero “pecado” del
nacionalismo catalán.
Y esta afirmación este planteamiento hay que
refrendarlo con datos y para ello vamos a repasar la realidad de la economía
española. Solo hay tres regiones que son en la actualidad contribuyentes natos
al tesoro público español. Estas regiones son: Madrid, Catalunya, y Baleares,
todas las demás, (excepto País Vasco y Navarra que todos sabemos van por libre)
son receptoras, es decir pagan sus impuestos y luego el estado les devuelve más
de lo que han pagado, con el fin de poder mantener su desarrollo cotidiano,
esta diferencia proviene de los impuestos de estas tres regiones aportadoras
netas.
Si me permiten pues la licencia, está claro
que en realidad España económicamente hablando es Madrid y Cataluña, (omito
Baleares porque su tamaño aunque contributivo es muy pequeño) dado que ambas
comunidades son casi parejas en cuanto a PIB y Habitantes, podemos decir
hipotéticamente que cada una soporta media España. Y llegados aquí, está claro
el porqué del problema que tiene España con la nacionalidad catalana ¿y si un
día estos catalanes que no quieren ser españoles lo consiguen?, que haremos con nuestra “una
grande y libre” España.
Así se entiende todo no les parece, y se
comprende porque solo se ataca al nacionalismo catalán, y no por ejemplo al
vasco. La cosa esta clara, los vascos no entran en el juego económico,
incomprensiblemente pero es así, por lo tanto a los puristas de la nación
española, les da igual lo que hagan, pero Catalunya es otra cosa, Catalunya
paga y mucho y esto sí es importante esto no se puede perder.
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