sábado, 8 de septiembre de 2012

LA ECONOMIA POR LA QUE NOS PELEAMOS MURIO HACE AÑOS PERO NO QUEREMOS ASIMILARLO



Quiero volver a insistir hoy sobre la situación geopolítica de la Europa del Euro y de la economía y cultura occidental, porque sigo viendo a nuestro mundo muy pendiente y ofuscado por los desequilibrios económico financieros, de dentro de la UE y seguimos olvidándonos que estamos en medio de un mundo cambiante y convulso, que parece que la ha tomado con nosotros y viceversa.

Toda la culpa de la mala situación de la economía del euro se está orientando al excesivo gasto por parte de los estados y por añadidura a la sociedad, es decir a todos nosotros mis queridos lectores, pero yo pienso que esta interpretación es muy cómoda y simple, la caída de la economía no es exclusiva achacarla al despilfarro, hacerlo así es una incongruencia, porque pensemos, en las normas clásicas de la socio economía, si el consumo es exagerado lo que se incrementa es la inflación, porque un consumo desbocado tiene por regla general el exceso de liquidez en manos de la sociedad, pero lo que no es lógico es que se pare la economía, que las empresas se queden sin trabajo y que la demanda caiga brutalmente en todos los ámbitos.

Rotundamente no acepto como causa principal del desequilibrio económico de Europa el que sea solo el gasto el causante. La realidad, que no quieren ver, o mejor dicho creer los políticos y gobiernos europeos, es que la crisis es debida a las circunstancias geopolíticas que están convulsionando el mundo, estas son las verdaderas causas del desequilibrio en las cuentas de los países europeos, y como consecuencia de la euro zona, y no solo afecta a la europa continental, sino que ha afectado a los EEUU, como ya he expresado en otros artículos, de hecho afecta a toda la sociedad occidental.

El que se hayan disparado las deudas soberanas, y los déficits presupuestarios de algunos países, es consecuencia de que el ritmo de consumo (público y privado) mantenido por la economía europea en sus diferentes naciones, empezó a recortarse cuando se corto el flujo de los ingresos económicos por la vía de la comercialización de bienes manufacturados, desequilibrándose las balanzas comerciales de los países hoy más afectados por los problemas tanto de deuda como de déficit.

A esto hay que añadir que se realizan menos inversiones estratégicas y por parte de inversionistas y capitales externos, porque han nacido otras oportunidades en otros destinos geográficos donde invertir con mas rentabilidad, y menos riego, así la euro zona, empezó a perder contratos y pedidos industriales, e incomprensiblemente incremento la demografía por la inmigración descontrolada, resultado de estos dos factores, el aumento del desempleo, y con ello el aumento de las subvenciones y costes sociales cosa que muchos países no supieron o no quisieron planificar a tiempo, pero esta acción, si estaba perfectamente planificada por las sociedades “rivales” interesadas en obtener dos objetivos, uno mantener sus problemas de integración laboral y social lo más alejados posible, y en algunos casos establecer movimientos de desestabilización en contra de la convivencia y cultura occidental.

Así las cosas se han producido una contracción considerable de la capacidad de ingresos y una ampliación de la necesidad del gasto, que además se ha superpuesto a la normal que ya estaba establecida en la vida de la sociedad europea. Todos los países han tenido que aumentar sus gastos sociales, a la vez que intentaban mantener los gastos del consumo público y privado propio del nivel económico de sus sociedades. Las cuenta evidentemente pronto han dado resultados negativos, y los déficits estatales se han disparado, consecuentemente se recurrió a la emisión de deuda para mantener esta situación y así se llega a la catastrófica realidad actual.

Ahora Europa pretende rectificar la situación, atacando lo que no es la causa principal del daño sino la consecuencia, es decir recortando el déficit a base de recortar los gastos, pero esto no solo trae como consecuencia la rebaja y el deterioro del nivel de estabilidad de la sociedad, si no que no sirve para poner las cosas en su sitio. Solo actuando sobre la causa que ocasiona este deterioro, es decir la capacidad de generar recursos, se conseguirá que vuelva a equilibrarse el nivel de estabilidad económica, que permita mantener el estatus social que la sociedad europea tiene perfectamente ganado a pulso, por historia, por sufrimientos, y por tesón.

Nuestros políticos y gobernantes, no pueden estar tan ciegos o estar tan cómodos en su idílico mundo, y dejar que la sociedad pierda día a día condiciones de vida, que se escapan hacia otras direcciones y latitudes, sin que se pongan los medios y las soluciones adecuadas para que el ascenso de otras sociedades, no represente inevitablemente la recesión de las nuestras. Insisto en la necesidad de la reactivación de la producción europea en Europa, si es necesario a golpe de tratados y leyes anti deslocalización y beneficios a la repatriación de empresas y producciones desubicadas desde hace unos años a esta parte.

Y es que la cuestión que he expuesto no ha terminado ni terminará por el hecho de que europa rebaje sus deudas soberanas y déficits y eleve las condiciones de seguridad ante los mercados financieros, debemos comprender que la “competencia” no solo está ya asegurada, sino que otros problemas se presentan en el horizonte geopolítico mundial, a los que yo reclamaría proceder a un seguimiento estratégico y preventivo desde ya.

Quiero exponer la siguiente teoría: considero afianzado pero todavía en crecimiento el mercado y la economía del extremo oriente sobresaliendo por encima de ellos a China, Japón, y la India. Ante esta realidad que es la que ha provocado el desajuste de la economía europea y occidental, hay que encontrar el equilibrio económico entre ambos bloques si queremos que vuelva la normalidad social y de forma de vida occidental a los niveles alcanzados el siglo XX.

Todas las pasadas recesiones o depresiones como quieran llamarlas se solucionaros abriendo nuevos mercados las grandes emigraciones a lo que hoy son los EEUU a finales del siglo 18, 19 y principios del 20 es el más claro ejemplo de cómo ejercieron el papel de regulación de las demografías y posibilidades de mantenimiento de las mismas, en el mundo occidental. Ahora es más difícil pensar en esta posibilidad ya todo el globo terráqueo está lleno pero para europa existe una posible válvula de escape que quizás convendría estudiar es ni más ni menos que Rusia.

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