Aun
no se ha empezado a gestionar el principio del posible fin del desorden
económico-político que nos está avasallando estos últimos meses, y la Merkel ya
la quiere volver a liar, y lo peor de todo es que toma dos caminos muy
peligrosos que pueden llevar al desanimo y al definitivo abandono de la Unión,
por parte de los países que actualmente la forman y están luchando por
mantenerse y mantenerla unida. Merkel en nombre de Alemania vuelve a buscar la
división de la Europa comunitaria, habla de las dos velocidades como forma de
escenificarlo, pero en realidad lo que busca Merkel es una europa que sea Alemania
y los 26 enanitos, y francamente ni Merkel
ni Alemania son Blancanieves.
Un gobernador, un voto. Ese ha sido el sistema de
votación aplicado en el Banco Central Europeo (BCE) desde que el 1 de enero de
1999 asumió la responsabilidad de fijar los tipos de interés para toda la zona
euro. Pero el exitoso modelo parece tener sus días contados, Alemania se
resiste a seguir siendo tratada como una más, y prepara el asalto para intentar
garantizarse el control del BCE. Berlín quiere un nuevo sistema de votación que
refleje la dimensión económica de cada país o, al menos, su participación en el
capital del BCE.
El planteamiento que pretende Merkel, se estudiará en
la próxima cumbre de la UE, (9 de diciembre) dentro de la reforma del Tratado
que Berlín, lo quiere disfrazar con la excusa de blindar la disciplina fiscal
de la zona euro, y profundizar la integración económica y fiscal del club. (Mal vamos cuando ya no se
refiere a la Unión). Parece que la propuesta iría muy en línea con la creencia
alemana, de que Europa son ellos, y ahora no lo sienten así y quieren imponer
esta razón, así que pretenderán cambiar la máxima democrática, de una persona
un boto, en este caso un banco central nacional un voto.
Merkel pretende sacar partido de la posición de fuerza
económica de Alemania, para gobernar la Unión Europea, primero económicamente a
través de dominar el BCE y sus
propuestas irían encaminadas a repartir votos, de acuerdo al poder económico de
cada país miembro de la Unión. Así al
presidente del Bundesbank (Banco de Alemania) le correspondería una cuota de
poder y de votos equivalente al 26.22%, que es el peso del PIB alemán en el conjunto
del PIB de la zona euro. El
presidente del Banco de Francia se quedaría con un 19,71% por el mismo motivo;
el gobernador del Banco de Italia, con un 16,26%; y el del Banco de España, con
un 13.44%; la cuestión está a la vista entre los cuatro grandes países sumarian
el 75.66 %
El nuevo reparto de poder, permitiría a Berlín
maniobrar con más facilidad para evitar la aprobación de decisiones contrarias
a sus intereses, como puede ser la relajación de la política monetaria en estos
momentos, o la adquisición de deuda pública en el mercado secundario, para
aliviar la presión del mercado sobre países como España, Italia, Irlanda o
Portugal. Es rebuscado pero evidente, es rebuscado porque en ningún caso Alemania
tiene por si sola ninguna mayoría absoluta, pero es evidente que le sería muy fácil
obtenerla, pues con la sola adhesión de Francia sumarian redondeando el 45% de
los votos, lo cual les garantiza ya una mayoría simple, que con toda seguridad
ante cualquier propuesta de regulación o aprobación de acciones económicas o
financieras en la Unión les daría el poder de aplicación o desaprobación.
Ese programa de compra de bonos, a pesar de su
timidez, ha colmado precisamente la paciencia de los halcones alemanes.
Alemania observa con creciente preocupación a una institución que, desde el
comienzo de la crisis, ha empezado a coger algo de vuelo y a librarse de la
pesada herencia del Bundesbank. Y Berlín prepara el asalto para reconducir a la
díscola institución. Pero no explican él porque de esta preocupación, pero yo
se lo explico ahora mismo: a Alemania y a sus halcones les preocupa que la
independencia del BCE, vaya a crear de una manera u otra el equilibrio de los
costes de las deudas soberanas, bien por la emisión de bonos europeos, o por la
compra de bonos de los países no tan ricos en el mercado secundario.
Esto produce inevitablemente que si los diferenciales
de deudas se acortan, Alemania no podría seguir financiándose a coste prácticamente
cero como hasta ahora, porque los compradores de bonos preferirían invertir en
bonos que con la misma garantía que el alemán al ser europeos, les pagasen mas
intereses (lo pillan) son muy listos los alemanes, y se creen que los demás somos
muy tontos, ahora el bono alemán casi cobra en lugar de pagar, mientras que uno
italiano paga un 6 ó un 7 %, si yo inversor se que existe un fondo que me
garantiza que Europa me lo pagara, que creen que haré, pues comprar bonos de Italia,
que me rinden mas. Ahora no lo hago por la desconfianza del país.
En realidad este ejemplo es simplemente ilustrativo de
lo que pasa por la cabeza cuadrada de los alemanes, no de lo que pasaría, si el
BCE y la Zona Euro regulasen de una vez la deuda europea, sea con garantías de
un fondo o por la emisión de bonos europeos, el resultado sería que los
diferentes bonos reducirían su interés en unos términos que yo calculo oscilarían entre el 2 y el 3.5% con lo que Alemania
debería empezar a pagar más por su deuda, y esto no le gusta nada y saben
porque, pues porque si miramos la calificación por las deudas y su incidencia
sobre el PIB de la zona euro, al igual que hemos hecho con los PIB nacionales, vemos que Alemania tiene el 16% de
la deuda europea; Francia el 12% Italia
el 19%; y España representa el 10% así que aquí las cosas se giran y la gran Alemania
es la que mas deuda aportaría al conjunto del PIB de la Euro Zona.
La idea provoca escalofríos en Bruselas, donde se teme
que la ofensiva alemana abra una lucha por el poder en una de las pocas
instituciones europeas cuyo prestigio, aunque no intacto, al menos no ha sido
arrasado por la crisis. "Si el euro ha sobrevivido en los últimos 18 meses
ha sido gracias al BCE y su estructura federal", reconocen en el Consejo
de la UE. "Si eso se cambia, se puede caer todo el tinglado", añaden
las mismas fuentes. Yo no digo que no se deba cambiar las normas y las funcionalidades
del BCE, pero lo que no puede hacerse, es tan burdamente como pretende hacer Alemania,
el BCE es la piedra filosofal de la Unión Europea si la rompemos o la
entorpecemos rompemos la Unión
Y como último punto quiero referirme a la tentación de
proponer una europa a dos velocidades, esto es una estupidez, o se habla abiertamente
de una Euro Zona reducida sin las
naciones periféricas: Italia, España, Portugal, Grecia, e Irlanda, que pasarían
a formar parte de la Unión Europea junto a Gran Bretaña y todas las demás sin
euro, o no hace falta tocar nada porque las dos velocidades ya están implantadas
desde el mismo inicio en que se creó, miren si no las cifras que les expongo a continuación:
La Europa central y rica la de primera velocidad son:
184.000,000 habitantes con un PIB total de 6.289.730
millones de eurosLa Europa pobre y que va a velocidad más lenta somos:
129.443,000 habitantes con un PIB total de 3.757.715 millones de euros
Ya lo ven ustedes los pobres, somos en cuanto habitantes el 40% y en PIB el 37,5% , ellos son más y mejores son el 60% de habitantes y 62,5% del PIB. Y con referencia al PIB por habitante el de los rápidos es de 34,183 euros, y el nuestro el de los la segunda velocidad es de 29,130 euros, oigan somos un 15 % más pobres, esto no es cualquier cosa. Visto así en números se ve la diferencia, somos claramente más pobres y ya vamos detrás, por mucho que corramos no alcanzamos su velocidad.
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