domingo, 7 de septiembre de 2014

EL BOTIN DE LOS VENCEDORES SE COBRA UNOS INTERESES IMPAGABLES



Los tiempos de las revoluciones, y de las guerras de conquistas sangrientas, orientadas hacia la expansión con la excusa de una mayor prosperidad para una sociedad, un reino, o un estado, han pasado a la historia, parece que las nuevas conquistas se aposentan hoy en base a la economía, me explico. Hoy la globalización está siendo el equivalente a la tercera guerra mundial, una guerra que empezó prácticamente cuando termino la segunda, aquella terrible experiencia que causo millones de muertos, creo que hizo cambiar el concepto de conquista territorial por la de conquista económica.

Asustados los propios vencedores por la tremenda hecatombe humana que se había producido, pensó sustituir las armas, las bombas y los ejércitos de seres humanos enviados a morir o matar, por un asunto aparentemente tan simple y limpio como el poder político y el económico de una nación frente a otra u otras. Los vencedores de la última gran guerra se dedicaron a rehacer las economías y estructuras destruidas por ellos a sus vencidos, así vemos como máximos exponentes la reconstrucción de Alemania y del Japón  principales vencidos de aquella confrontación llamada mundial.

Esta actuación llevo consigo también el final del establecimiento o colonialismo territorial, los vencedores no ocuparon al vencido, se fueron una vez derrotado y restablecida su supervivencia tanto social como económica, esta realidad dio paso a otros tipos de ocupación, la económica  y la productiva y así los vencedores pretendieron apaciguar sus conciencias, y  a su vez cobrar su botín de guerra de una manera diferente digamos más humana, usando la propia restructuración del vencido en su provecho comercial y económico.

No obstante esto no ha salido bien del todo porque los vencedores no supieron ver cegados por los beneficios inmensos que producían unos productos fabricados por unas sociedades que se conformaban con muy poco, con tal de salir del desastre vivido, emergían y su expansión poco a poco les ha ido sobrepasando. Hemos llegado hasta aquí y ahora resulta que los vencedores (los EEUU y los Europeos) estamos pasándolo mal muy mal, nos hemos vendido a nuestros vencidos, pensando todo lo contrario, que los estábamos comprando.

Que  ilusos, que hemos hecho, nos hemos desindustrializado, nos hemos desnudado de todo lo necesario para seguir creciendo, nos hemos desarmado por completo y estamos poco menos que a merced de nuestro antiguo tercer mundo aquel al que queríamos usar como el nuevo cuerno de la abundancia.

Recomponer la situación me temo que es ya imposible ahora los EEUU y los estados europeos deben de cambiar radicalmente, no tienen manera de competir contra la realidad actual, nunca Europa podrá competir de igual a igual con Asia, ni con los EEUU, si no deja de ser la Europa de los estados y se convierte en una sola Europa. Y esto que parece una cosa sencilla es dificilísimo porque los estados son demasiado grandes y demasiado independientes, creen ellos, y con estas premisas es imposible lograr una unión de verdad.

Europa hoy no puede pretender que todas sus sociedades que conviven en toda su extensión se equilibren aunque lo intentase, las diferencias son enormes y se hacen más profundas  día a día, y los conceptos: estado, nación, y economía, todavía inhabilitan aun más la posibilidad de unificación real,

Hoy, China, (Asia en conjunto) la India, Rusia, e incluso América del Sur, nos están dejando en evidencia, porque ocurre esto, pues muy sencillo porque ellos no pretenden en ningún caso equilibrar a la par la realidad social y la económica de los cientos o miles de millones de seres humanos que las componen. En estas grandes concentraciones humanas, están aplicando la expansión económica y social basándose en polos de desarrollo, de todo tipo, elegidos unos por sus políticos, otros curiosamente por el propio mundo occidental, es decir por los vencedores de la antigua forma de hacer la revolución social y económica que se ha quedado obsoleta.

Como rectificar se preguntara mi amable lector, pues muy difícil me lo pone, pero yo creo que hay que volver a sociedades más pequeñas y agiles que puedan activarse como polos de desarrollos industriales, económicos, y sociales, esto se conseguirá solamente desmembrando los estados y volviendo a la Europa de los pueblos o regiones, como quieran llamarlo, si no es homogénea Alemania, ni Francia, ni Italia, y no digamos ya España, como queremos que lo sea la Europa del Euro, en cada nación hay sus desequilibrios entre zonas o regiones, desequilibrios insalvables si su solución debe de pasar por una mono política central, que a su vez tiene que compaginarse con políticas ajenas, marcadas normalmente por las naciones más fuertes de la zona o no lo han visto todavía.

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