La presentación de
los Presupuestos del Estado Español ha puesto de manifiesto una vez más, que
los gobiernos españoles no consideran España más allá de Madrid y su interés centralista.
Es difícil sustraerse de usar la nomenclatura genérica de España para revelarse
desde Catalunya contra una situación de injusticia e incomprensión que
probablemente no es general en la sociedad española, pero que si lo es y de qué
manera en la sociedad de derechas nacional española. Todos los reproches que
desde la derecha española se vierten contra el sentimiento catalán, tienen su
misma contrapartida en sentido contrario. Dicho de otra manera más entendible,
tanta antipatía produce el ser y sentir catalán a la derecha Española, como el
absolutismo y la imposición del centralismo nacional español produce en el
sentimiento y ser catalán.
Es inútil seguir el
camino de la política de la buena educación y la negociación, Catalunya debe
tomar conciencia de que debe enfrentarse de una vez a su destino final, no hay
otra alternativa, no se debe continuar enmascarando una situación tan real como
irreversible en ambos sentidos. El problema principal es que la acción a tomar debe
de surgir del débil, es decir de Catalunya, España tiene como se dice
vulgarmente la salten por el mango, pero creo que debe de explicar porque no la suelta, porque nadie
en su sano juicio, quiere tener un grupúsculo de gente que reniega, molesta, e
incordia constantemente, sin una razón cualitativa y cuantitativa que explique el
porqué se la obliga a seguir molestando, máxime cuando el que produce la molestia
manifiesta abiertamente no quiere seguir.
La cuestión es muy
simple, porque tiene miedo España a reconfigurarse geográficamente, que le da
pavor, modificar el mapa físico de España,
o el hecho de que si empieza una separación, se rompa a trozos la unidad de España,
si es esto porque y a quien le da miedo esta posibilidad, esto es tanto como
reconocer que España no existe como tal unidad de sentimiento patrio, sino que
es un territorio mantenido artificialmente, mediante políticas integradoras
forzadas y no consensuadas, que se sostiene simplemente por la presión gravitacional
ejercida por un centralismo imperativo, que se ejerce desde hace siglos pero
que no consigue ser integrador.
Sea lo que fuere, lo
que está claro es que no será España la que tome la decisión de echarnos de su
imperio por antipáticos y mal agradecidos. Esto es así y debería entenderlo
toda la clase política catalana. Si hay que exigir algo, si hay que plantar
cara a alguien, si hay que decir basta, o todo lo contrario. Hay que decir si
quiero estar aquí, y has de mi lo que te plazca, es una cuestión que debe
decidir Catalunya y su gente, y esto no se puede prorrogar mas, pues el daño
que nos estamos haciendo es mucho y muy profundo, y no lo duden ante esta duda
siempre sale perdiendo el más débil es decir Catalunya.
Ahora en el momento
actual con la situación de precariedad que se apunta cada vez mas desde la misma
Europa continental, en la que se tambalean todas las uniones relativas, debido
a que afloran las grandes diferencias económicas y políticas entre los países
europeos, es el momento de tomar una decisión, porque en estos momentos la afectación
de España sobre Catalunya es enorme, estamos a punto de ser barridos del mapa
engullidos por la economía española, y si esto ocurre definitivamente, nunca más
Catalunya será diferenciada del resto de España, ni por el resto de europa, ni
por nadie en el mundo entero, habremos sucumbido no ante un ejército imperial,
sino en medio de una economía tercermundista que nos anulara para siempre,
porque nunca más tendremos la mas mínima fuerza que nos permita emprender un
camino independiente.
El toque de alerta ha
sonado al unísono de la presentación de los PGE, donde ha quedado claro que no
es que Catalunya cuente para España como una parte más de sí misma, es que no se nos tiene ninguna consideración ni política
ni económica. Para el conjunto de la nación española, dicho claramente, ni
siquiera contamos ni les importamos un comino. Y lo que es casi peor se burlan
de nosotros saltándose las leyes que un gobierno de España, tan licito como el
actual, tiene firmadas con respecto a Catalunya y que son deudas abaladas por leyes
de igual rango que la que ahora nos expolia, estamos hablando de los 978
millones correspondientes a la disposición adicional tercera del
Estatut (infraestructuras) a Catalunya (759 millones de euros
correspondientes al 2008 y 219 millones al 2009, y que el PGE de este gobierno no
solo las incumple, sino que nos los quita. si el Estado no paga estas deudas, tendrá
un problema de credibilidad nacional e internacional.
Pero es que no terminan aquí los agravios
comparativos, valorando las cuentas del Estado presentadas ayer por el Gobierno
del PP, que recortan la inversión en Catalunya un 45% se denota que es la
comunidad donde más se recorta, "pintan bastos" para Catalunya, y
todo eso después de más de un año recortando gastos, sacrificando a nuestra
sociedad reduciéndoles sus ingresos, salvando nuestros bancos ayudando a las políticas
del estado con ello, y para que nos sirve, solo para que siga el mal trato
social de parte de España, que ahora ya se permite criticar hasta la cosa más
absurda que me podía imaginar, el que cuando se realiza la previsión del tiempo
metrológico de Catalunya, no se haga con la presencia del mapa completo de
España sino que solo se hace sobre el siluetado de los países catalanes.
No podemos seguir así, no es justo, ni para
los que nos sentimos catalanes, ni para
los que se sienten españoles, lo dije una vez y lo repito, a mi no me molesta
ser español, lo que me molesta es que me desprecien y me quieran anular el ser catalán.
Por eso reclamo de mis gobernantes que es hora de tomar una decisión final y
definitiva, o abandonamos el hecho nacional catalán y tomamos conciencia
absoluta de ser solo españoles, o todo lo contrario, planteemos oficialmente y
ante las autoridades que corresponda, la firme decisión de iniciar el proceso
de secesión de nuestra pequeña Nación.
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