España sigue enredada en una red de deuda y
déficit y de ineptitud y desconfianza hacia el gobierno, que me temo que el
“'default', el rescate, o la salida airosa del euro, son ya su única salida.
Aunque la deuda soberana no es excesiva, el problema es que esta desbocándose,
como todo lo demás en los últimos tres meses, es evidente aunque no lo
declaren, que la tremenda contención del déficit no habrá otra forma de
conseguirla que cambiando déficit por deuda. Si el gobierno persiste en las
políticas acordadas, terminará donde Grecia, Portugal e Irlanda, es decir, bajo
un paraguas de un rescate. Este es el escenario ya más ineludible para España.
El pesimismo y lo que es peor, el abandono total de los mercados y de la
propia UE, hacia España, contrasta con la complacencia de los políticos gobernantes
españoles y ya hasta dicen que lo peor ya ha pasado. Sin embargo, la situación
es tan insostenible como siempre, o más si cabe, también lo es la del sector
bancario de España. Y esta realidad es insostenible para nuestro país, España
no tiene posibilidades de asumir la corrección de sus desequilibrios, y menos todos
a la vez, su déficit presupuestario, y el incremento de su deuda, y su banca en
completa “banca rota”.
La contención del déficit, en la situación global de recesión, lo hace
imposible porque en estos momentos, España no va a conseguir mejorar sus
ingresos fiscales, y salvo que deje a su sociedad, huérfana de todo servicio
sanitario, educativo, y de subsidios, no le es contablemente posible enjugar el
déficit presupuestario del estado. La gran decisión del gobierno español está
en este dilema: o terminar con el déficit real, provocado la suspensión de los
gastos de sanidad, educación y sobre todo subsidios, ayudas a la banca, y a los
créditos privados, y dejarse caer en una recesión de la que no podrá salir
hasta dentro de 10 o 15 años; o lanzarse a una reactivación de la economía
productiva y a la reducción o ajuste del número de habitantes del país en los
términos adecuados a sus posibilidades de sostenimiento, todo esto
prescindiendo de déficits o bien financiándolo a base de endeudarse para
conseguir liquidez para invertir, y arrancar proyectos industriales e
infraestructuras que pongan en marcha de nuevo al país lo malo es que no hay ya
quien preste dinero a este desastre de país.
El desequilibrio económico ya no es por los excesos de despilfarro social y
político de la era PSOE, el déficit presupuestario es ahora por motivos casi
irrenunciables de cara a mantener una ligera paz social, la gestión política, y
del funcionariado, de la sanidad pública, de la educación pública, y sobre todo
los subsidios, tanto el de desempleo como el de jubilación, la caída de
actividad ha traído consigo el desequilibrio total entre el ratio ingresos y
gastos, mantener un 23% de desempleo en el que además el 45% ya es de larga
duración, más los subsidios de jubilación, y ayudas para paliar los casos de
exclusión social que se producen por desahucios a familias completas, que nadie
tiene ya un empleo, son inasumibles para una economía en recesión.
El índice general de precios de la vivienda del INE cayó un 11,2% el año
pasado, pero sólo descendió un 21,7% desde el pico en el tercer trimestre de
2007. Hay que recordar que la burbuja española era mucho más grande que otras,
pero los precios sólo han bajado en alrededor de un 30%, porque la banca
principal acreedora de la deuda provocada por la burbuja, no quiere o no puede,
dar muchas más perdidas y está alargando lógicamente la situación a la espera
de alguna salida, que no llega, que relance la economía y con ello frene las
pérdidas que se reflejan inexorablemente en los balances, cada vez que se
deprecian los activos.
Cómo se recuperará la economía española si el sector privado y el sector
público pretenden des apalancarse al mismo tiempo, esto es irrealizable primero
debe arreglarse uno y luego el otro y el orden a mi entender es arreglar primero
el privado o productivo, porque el público no produce ningún valor añadido
cuanto más quiera corregirse más fuerte será la desaceleración de la economía
del país.
El déficit fue del 8,5% del PIB el año pasado fue un exceso enorme, pero la
razón no era la indisciplina fiscal. Era necesario para evitar una caída mayor.
El objetivo recientemente revisado es de 5,3% para este año y el 3% el próximo
año. Así que el ajuste total del sector público que es necesario en virtud de
las reglas sobre el déficit de Europa es un increíble 5,5% en dos años, esto en
un país en medio de una recesión y sin tejido industrial para reactivar, es
poco mas que llevar a la sociedad a la miseria mas real y abochornante de la
Europa del Euro.
Si nos fijamos en el grado de apalancamiento total que queda por delante,
tanto en el sector público como en el privado, la cuestión no es si la economía
española rebota en 2013, sino si puede dar un rebote realmente antes del final
de esta década, para España, la política de ajuste correcta sería un programa
para llevara al sector privado a reducir su apalancamiento, en tres años, con
el apoyo de un déficit público considerablemente alto y, eso sí, acompañado de
todas las reformas económicas necesarias para emprender el despegue.
Pero para conseguir esto deberían de cambiar las directrices de hierro de
la UE. España debe arreglar primero un problema y luego el otro, y el primero
es evidente que debe ser la reactivación de la aportación de ingresos por medio
de los impuestos a la producción, y del consumo privado, una forma de intentar
equilibrar estos dos factores seria negociar hasta donde se puede endeudar España,
y sobre esta base utilizar la deuda como regulador del déficit del estado que
se provocará sin duda alguna, no lo duden.
El momento de abordar el
déficit del sector público sería después de que se haya completado el des
apalancamiento del sector privado. Si no se hace por este orden España seguirá
atascada en una trampa de deuda y déficit, de la cual el 'default' será la
única vía de escape. Si persiste en las políticas acordadas, terminará donde
Grecia, Portugal e Irlanda, es decir, bajo un paraguas de rescate. Este es el
escenario para España yo esperaba que Rajoy y De Guindos preparasen alguna
salida espectacular a este dilema pero veo que o no tiene ningún as en la
manga, pero no hay mucho tiempo para pensárselo porque esta situación
catastrófica se verá en el inicio del próximo semestre de este año cuando terminen
las elecciones francesas, griegas e italianas.
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