En
su última columna de opinión publicada en el New York Times, el premio
Nobel de Economía, Paul Krugman, reconoce que nuestro país "está en plena
depresión". "No importa hablar de recesión, España se encuentra en
una completa depresión, con el paro en un nivel comparable al que registró
Estados Unidos durante la Gran Depresión",
Según
Krugman, "España no era
fiscalmente despilfarradora" ya que en los años previos a la crisis tenía
un ratio de deuda bajo y un superávit presupuestario. Pero por
desgracia, tuvimos una enorme burbuja inmobiliaria, una burbuja causada en gran
parte por los préstamos enormes de los bancos alemanes a sus homólogos
españoles. Y estos no supieron que hacer con tanto dinero por dos motivos, uno
por la falta de experiencia, y otro porque en España no había ningún tejido
industrial ni estructura parecida donde invertir los oros del “Rin”.
Para
el premio Nobel de Economía, cuando la burbuja estalló, "la economía
española se quedó en la estacada", pero deja muy claro que "los
problemas fiscales de España son una consecuencia de su depresión, no su
causa". Es por ello que Krugman
ataca duramente la receta implantada por Berlín que, como es obvio, se centra
en una mayor austeridad fiscal. De nuevo, vuelve a tachar de
"locura" este tipo de medidas. "Este tipo de programas impulsan
a las economías deprimidas aún más a la depresión".
Es
evidente y así lo he repetido muchas veces que las excesivas medidas de
austeridad no conseguirán reducir los costes de endeudamiento. Esto es así
porque los inversores están muy pendientes de la capacidad de los países para
pagar la deuda, y una economía en recesión, sin perspectiva de crecimiento
tiene difícil poder afrontar sus responsabilidades con el mercado. Esta realidad
parece que va ganando adeptos poco a poco.
Nicolás
Sarkozy volvió a repetir su apuesta por dar al Banco Central Europeo un mayor
papel para impulsar el crecimiento, pese a la negativa alemana, en un intento
de convencer a los votantes de que es el mejor defensor de la economía, a solo cinco
días de las elecciones francesas, y levantó ampollas en Berlín al declarar en
un mitin de campaña que quería un debate sobre la reorientación de la política
de tipos del BCE, con el objetivo de impulsar el crecimiento.
El
presidente conservador, que ha perdido respaldo en los sondeos de opinión, dijo
a la emisora France Inter que dar al BCE un papel promotor del crecimiento, no
requeriría modificar los tratados europeos o cuestionar la independencia del
banco. “No es posible que el BCE no participe en apoyar el crecimiento, como
todos los bancos centrales del mundo", dijo Sarkozy, citando el uso que
hace China de los tipos de cambio del yuan para favorecer una economía basada
en las exportaciones.
Es cierto
que todo esto se pronuncia en campaña electoral, y uno se pregunta porque se ha
perdido tanto tiempo, y si estas reflexiones tan lógicas, las plantearía Sarkozy
sin estar inmerso en una batalla, principalmente sobre economía, con el
socialista François Hollande, que tiene una ventaja de doble dígito en los
sondeos de cara a la segunda vuelta de las elecciones, el 6 de mayo, que son
las elecciones que definen el nuevo o viejo presidente de la republica
Sea como sea
la verdad es que esta postura de pura lógica económica, va ganando impulso y
sobre todo voces cualificadas, es evidente que Europa debe dar un giro de 180
grados si quiere sobrevivir ella, y hacer viables las economías de los países
en dificultades, el problema de Europa desde luego, no se solucionara con
declaraciones de premios nobel y de presidentes en apuros en las elecciones de
su país, pero al menos mueven a la sociedad y a la opinión pública, y la van girando
hacia el lado correcto.
La lástima
es que estos planteamientos, ya se deberían estar llevando a cabo porque de lo
contrario, me temo que puedan llegar tarde para algunos de los países en
dificultades como es el caso de España, pero bueno hay que jugarse un poco la
vida y echar mano de la intuición y lo más probable, es que tanto si gana
Sarkozy como si lo hace Hollande, Europa deberá girar sin remisión porque el
equilibrio actual del eje Paris - Berlín se romperá, y es evidente que si bien el
dinero lo tiene Berlín la fuerza popular y social europea la tendrá Paris,
junto a Roma y Madrid, aunque esta última tenga un gobierno de derechas, pero
ya estamos acostumbrados en España a marchar a contra pie de los demás.
Conclusión,
por un par de meses, yo aconsejaría al gobierno de Madrid que no pierda el
norte creando mas regulaciones inútiles y recortes draconianos, que lo único que
consiguen es que los mercados nos juzguen tan acabados que no se fíen de
nosotros, hay que esperar un poco más, hay que prepararse para el disparo de
salida que sucederá de una forma u otra después de las elecciones francesas,
entre tanto preocupémonos de que no nos expolien nuestros pocos valores
industriales, países bananeros, y esperemos a que la economía europea marque
los nuevos caminos a seguir, solo faltaría que cuando girase la veleta de las
decisiones, no tuviésemos en pie ningún investigador, ningún centro de
desarrollo, ninguna infraestructura de transporte, ninguna línea de credito a
la industria, y la mitad de nuestros titulados estuviesen trabajando en Alemania.
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