La situación
geopolítica del mundo en general está a punto de explotar, mires por donde
mires las sociedades humanas están revueltas, este es otro de los efectos del
error más grande producido por el hombre, la Globalización, pero en ningún
lugar del mundo la situación de peligro e inestabilidad, esta tan a la vista
como en las riberas del Mediterráneo. Quizás me alarmo sin razón, pero no es
porque lo que está ocurriendo no tenga importancia, ni peligro real, lo digo
porque es posible que las riberas del Mediterráneo hayan pasado ya multitud de
veces por situaciones parecidas.
No obstante
quiero hoy hacer mención a un hecho que me da escalofríos, porque haya pasado
lo que haya pasado, ahora nos va a tocar vivirlo a nosotros, y esto es nuevo
para todos los seres que nos vemos afectados. Hemos estudiado y leído que el
Mediterráneo ha sido sin duda cuna de las mayores civilizaciones que han
surgido, y han hecho evolucionar la historia de la humanidad, desde el
antiquísimo Egipto hasta la actual Unión Europea, pasando por Fenicios,
Griegos, Cartagineses, Romanos, Iberos, Otomanos, Árabes, todos se acunaron en
sus orillas cálidas y calmas la mayor de las veces.
Pero cuando
miras hacia atrás, te das cuenta que también todas estas civilizaciones e
imperios humanos perecieron, y están enterrados en su fondo, de sus aguas poco
profundas salen innumerables pruebas y vestigios de que esto es así, y hoy esta
condición de cementerio, de punto y final,
de tantas cosas, es la que se me presenta frente a mis pensamientos con
toda la crudeza y realidad de los sucesos que están desarrollándose, frente a las
hoy no tan tranquilas aguas del mediterráneo.
Las dos
riberas mediterráneas están incendiadas de odios, desesperación, pobreza,
revoluciones, agresores y muertos, bien físicos o inmateriales, que no se
cuales son peor, porque la muerte física puede ser una liberación pero la
muerte moral e inmaterial, es una tortura insoportable. Cierto que en cada lado
su situación es distinta, pero cierto también que ambos lados, hoy estamos
sufriendo prácticamente lo mismo tiranías, descontrol, desanimo, injusticias, y
sobre todo falta de seguridad y de futuro, para nosotros y para nuestros
descendientes.
Es evidente
que estamos hoy en la situación en que el Mediterráneo se ha puesto tétrico y
amenazante, negro y oscuro, lleno de
sonidos de guerra, revueltas, gritos de odio y temor, es decir el Mediterráneo
se convierte poco a poco en cementerio, y de las tierras de sus dos orillas van
a empezar a caer cadáveres en sus entrañas, desde el Sur cadáveres humanos, de
las del Norte Naciones sus sociedades y posiblemente
una civilización, otra vez el
Mediterráneo tendrá un papel preponderante en la historia de la humanidad.
Es posible
que las dos orillas tengan un camino distinto y divergente. La orilla Sur llena
ahora de muerte y sangre humana derramándose en sus aguas, en busca de una
libertad que no encuentran y que apenas saben como es, porque no la han
disfrutado nunca, ni nadie jamás se la enseño, puede llegar a conseguir su
triunfo final y pasar de de cementerio a
cuna de una renacida sociedad o civilización, nueva creyente y esclava de su
religión, pero más moderada, más libre, que de paso a un cambio como el que
ocurrió en la ribera Norte hace ya seis siglos.
La orilla
Norte en cambio, se dirige al ocaso total, sus gentes están perdiendo de golpe
su modo de vida tradicional, pierden la fe en sí mismos y en su contexto
comunitario europeo, las naciones bañadas por este mar se mueren
irremediablemente esta es la diferencia, de momento no hay cadáveres, ni sangre
humana, que tirar al mar, en la orilla Norte se tiran al mar los últimos
vestigios de la civilización europea occidental, muerta y destrozada por la
globalización económica del mundo, arruinada y maltrecha por un nuevo Leviatán
llamado mercado financiero, empujadas al abismo por las deudas propias y por
los intereses económicos de otras partes de Europa y del mundo, que ya no
quieren convivir con una vieja cultura que si bien le deben la vida, ya no les
sirve para sus propios intereses si no todo lo contrario.
Así el
Mediterráneo va a contemplar atónito viendo como por un lado se lucha a muerte
por cambiar de vida, y por el otro se muere por no querer cambiar la suya, que
paradoja verdad, pero es así, la sociedad occidental más antigua del mundo se
niega a ver lo que está pasando, como en la época de la caída del Imperio
Romano, los Barbaros por el norte y los Árabes por el sur, van a terminar con
muchos siglos de civilización mediterránea, nos hemos quedado fuera de mercado
ya no valemos para los intereses económicos de la nueva civilización basada en
la globalización, el mar Mediterráneo está presto a recibirnos bajo sus aguas,
como lo ha hecho con tantas otras civilizaciones y en tantas otras ocasiones.
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