Hace unos días a
presentación de los Presupuestos del Estado Español puso de manifiesto una vez
más, que los gobiernos españoles no consideran España más allá de Madrid y su
interés centralista. Hoy esta posición ha sido reforzada increíblemente por una
figura política importante dentro de la política española, y perteneciente al
partido gobernante, quien tras una reunión con el máximo mandatario de su
partido, y de su gobierno, se ha manifestado claramente avasallándole su gestión,
o quizás quien sabe si haciendo de bocera del cobarde personaje, dicha figura
femenina por más señas es Doña Esperanza Aguirre, digna sucesora de personajes femeninos
auténticos de la historia castellana, como Doña Petronila, Doña Urraca, y la mismísima
Reina Isabel la Católica.
Su actitud frente a
su gobierno ha sido rectificarle la plana, y plantearle la reconquista de España,
esta vez no a los árabes sino a los nacionalismos españoles representados por
las autonomías. Es difícil sustraerse de usar la nomenclatura genérica de
España para revelarse desde Catalunya contra una situación de injusticia e
incomprensión, que probablemente no es general en la sociedad española, pero
que si lo es y de qué manera en la sociedad de derechas nacional española. La actitud
de Doña Esperanza es increíble, ha puesto en entredicho al presidente del
gobierno y por supuesto a España entera, porque desde los observadores políticos
nacionales y extranjeros, la imagen de unidad del gobierno ha quedado por los
suelos.
En este punto ya no
es cuestión de plantearse si Cataluña debe esperar y negociar condiciones
mejores para su vida en común con España, es que o rompemos las cadenas, o
desaparecemos, porque ya no es la opinión de un partidario de la derecha o de
un nacionalista español, pedir y hacer lo que hoy ha pedido Doña Esperanza
marca el verdadero camino de España. Todos los reproches que desde la derecha
española se vierten contra el sentimiento catalán, tienen su misma
contrapartida en sentido contrario. Dicho de otra manera más entendible, tanta
antipatía produce el ser y sentir catalán a la derecha Española, como el
absolutismo y la imposición del centralismo nacional español produce en el
sentimiento y ser catalán.
Es inútil seguir el
camino de la política de la buena educación y la negociación, Catalunya debe
tomar conciencia de que debe enfrentarse de una vez a su destino final, no hay
otra alternativa, no se debe continuar enmascarando una situación tan real como
irreversible en ambos sentidos. El problema principal es que la acción a tomar
debe de surgir en estos momentos del débil, es decir de Catalunya, España tiene
como se dice vulgarmente la sartén por el mango, pero creo que debe de explicar porque no la suelta, porque nadie
en su sano juicio, quiere tener un grupúsculo de gente que reniega, molesta, e
incordia constantemente, sin una razón cualitativa y cuantitativa, que explique
el porqué se la obliga a seguir molestando, máxime cuando el que produce la molestia
manifiesta abiertamente no quiere seguir.
La cuestión es muy
simple, porque tiene miedo España, a reconfigurarse geográficamente, que le da
pavor, modificar el mapa físico de
España, o el hecho de que si empieza una separación, se rompa a trozos
la unidad de España, si es esto porque y a quien le da miedo esta posibilidad,
esto es tanto como reconocer que España no existe como tal unidad de
sentimiento patrio, a pesar de la creencia de Doña Esperanza, sino que es un
territorio mantenido artificialmente, mediante políticas integradoras forzadas
y no consensuadas, que se sostiene simplemente por la presión gravitacional
ejercida por un centralismo imperativo, que se ejerce desde hace siglos pero
que no consigue ser integrador.
Sea lo que fuere, lo
que está claro es que no será España la que tome la decisión de echarnos de su
imperio por antipáticos y mal agradecidos. Esto es así y debería entenderlo
toda la clase política catalana. Si hay que exigir algo, si hay que plantar
cara a alguien, si hay que decir basta, o todo lo contrario. Hay que decirlo
ahora porque creo sinceramente que España está en estos momentos en su más bajo
momento de fuerza y de cohesión, es una cuestión que debe decidir Catalunya y
su gente, y esto no se puede prorrogar mas, pues el daño que nos estamos
haciendo es mucho y muy profundo, y no lo duden ante esta duda siempre sale
perdiendo el más débil es decir Catalunya.
Ahora en el momento
actual con la situación de precariedad que se apunta cada vez mas desde la misma
Europa continental, en la que se tambalean todas las uniones relativas, debido
a que afloran las grandes diferencias económicas y políticas entre los países
europeos, es el momento de tomar una decisión, porque en estos momentos la
afectación del problema de España sobre Catalunya es enorme, estamos a punto de
ser barridos del mapa engullidos por la desastrosa economía española, y si esto
ocurre definitivamente, nunca más Catalunya será diferenciada del resto de
España, ni por el resto de europa, habremos sucumbido no ante un ejército
imperial, sino en medio de una economía tercermundista que nos anulara para
siempre, porque nunca más tendremos la mas mínima fuerza que nos permita
emprender un camino independiente.
No podemos seguir así, no es justo, ni para
los que nos sentimos catalanes, ni para
los que se sienten españoles, lo dije una vez y lo repito, a mi no me molestaba
ser español, lo que me molesta es que me
desprecien y me quieran anular el ser catalán. Pero hoy las cosas han cambiado
y mucho, hoy si me molesta y me avergüenza que me digan español, no quiero ser
vasallo de Doña Esperanza Aguirre y su legítima forma de ver y sentir España, pero
esta no es mi España. Por eso reclamo de mis gobernantes que es hora de tomar
una decisión final y definitiva, o abandonamos el hecho nacional catalán y
tomamos conciencia absoluta de ser solo españoles, o todo lo contrario, planteemos
oficialmente y ante las autoridades que corresponda, la firme decisión de
iniciar el proceso de secesión de nuestra pequeña Nación.
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