domingo, 15 de abril de 2012

SERA CAPAZ RAJOY DE ACABAR CON TODA LA EUROPA COMUNITARIA


La semana que hoy termina ha sido especialmente adversa para España y para el Gobierno de Mariano Rajoy. En plena descomposición financiera, han comenzado a aflorar tensiones con otros países europeos (Italia y Francia, principalmente) y de otras partes del mundo, el nombre de España ha sido pronunciado de manera desfavorable en la Duma de Moscú, y, finalmente, como remate, el conflicto con Argentina  a propósito de una posible nacionalización de la compañía petrolera YPF, controlada por Repsol.

Es una evidencia más de la certeza del saber popular español, donde encontramos la definición exacta de lo que nos está sucediendo “A perro flaco todo son pulgas” así se encuentra España en estos momentos, es increíble la degradación moral y material tanto nacional como internacional que el PP con su dirigente máximo al frente el Sr Mariano Rajoy, ha llevado a la escena política y económica, a nuestra nación española.

Hay una muy inquietante diferencia entre la posición de España bajo la dirección del PSOE, que la que hoy ofrece bajo la dirección del Partido Popular. Con el PSOE España era un gran país que tenía una gestión económica fatal, que debía de recomponer, y que se daba por seguro que se podía hacer, hoy con España bajo la dirección del PP, España es una nación mentirosa, de poca confianza, que no se abre a sus vecinos, que interioriza sus defectos, que no acepta de buen grado las directrices que se le piden, y que además presenta una tremenda fisura social en su sociedad, todo ello ha creado muchas más tensiones sobre la economía europea y por supuesto en la española.

Son tensiones de distinto signo. El Gobierno de Italia está nervioso por la subida de la prima de riesgo española, circunstancia que también empuja al alza la suya. El Gobierno de Monti esta enfrascado en estos momentos una delicada negociación con los sindicatos sobre la reforma laboral, y una mayor presión de los mercados puede complicar esa negociación. Un dato que tener en cuenta: los sindicatos italianos son más potentes que los españoles.

En Francia, la durísima pugna electoral entre Nicolás Sarkozy y el socialista François Hollande ha empujado al presidente francés a utilizar España como espejo electoral, de lo que no debe ser, olvidando su buena amistad con José Luis Rodríguez Zapatero y sustituyéndola por la poca empatía que es capaz de emanar Mariano Rajoy, su complicidad ideológica con Mariano Rajoy en el centroderecha europeo, no es suficiente para evitar el descredito con que Sarkozi nos obsequia. En tiempo electoral a veces vale todo, especialmente cuando las encuestas no dan un vencedor claro. La imagen de España en el mundo ha sufrido un sensible deterioro en los últimos meses.

La intención del Gobierno técnico italiano al mencionar a España como causa de las últimas turbulencias financieras en Europa, no ha sido tanto polemizar con Madrid sobre qué país es más frágil, si no como autoafirmarse como Ejecutivo anti crisis, en el ámbito interno y hacia el exterior. El  fracaso de la política conservadora y de recortes que el PP ha implantado y que se ha demostrado incapaz de tener ningún éxito en España, dificulta enormemente la credibilidad popular de la misma medicina o parecida que está tratando de imponer en Italia Mario Monti.

Puede que haya faltado, eso sí, una cierta elegancia diplomática, debido a un exceso de ardor en reivindicar la única razón de ser del Gabinete de Mario Monti. El objetivo de la virtuosa operación de noviembre pasado, sin pasar por las urnas, fue, en efecto, sacar a Italia de una espiral especulativa que amenazaba con empujarla a la bancarrota. De ahí que, por iniciativa del presidente de la República, casi todos los partidos decidieran apoyar esta solución de emergencia.

El mayor mérito de Monti ha sido serenar los ánimos, todo lo contrario que ha hecho Rajoy en España. Que bajase la prima de riesgo sobre la deuda, que el Parlamento democrático y ajeno a Monti aceptara un plan de ajuste presupuestario y el inicio de reformas estructurales, ayudó sobremanera de cara al extranjero, su aureola de tecnócrata riguroso y austero, hábil y respetado en los despachos de Bruselas y en los salones de Nueva York, con un inglés impecable, capaz de responder en directo, con precisión, a las preguntas de la CNN o la BBC. Lo envolvieron en la aureola de un salvador para Italia e incluso de Europa.

Es totalmente opuesta la consecuencia de la subida al poder en España del gobierno del PP y de su presidente de gobierno Mariano Rajoy. Quien ha conseguido todo lo contrario ha desequilibrado el parlamento español, ha creado su propia gente el grito de alarma sobre el estado de las autonomías, la banca española va de mal en peor a pesar de estar día si y día también asegurando que se esta reformando el sistema financiero, ya nadie se lo cree, ha sufrido una huelga general que el mismo se puede decir que pidió a gritos, su impopularidad en España ha caído incomprensiblemente hasta en su propia gente, y lo peor, el capital nacional privado que siempre es de derechas le ha dado la espalda.

No puede interesar en Italia ni en Francia ni en Portugal ni en toda la Europa del Euro que renazcan los temores sobre la solvencia de España, pues está comprobado que el contagio de percepciones en los mercados es rápido. Ya bastante inquietud hay en las organizaciones de la CE con el incierto resultado de las elecciones en Francia como para que el único y último gobierno democráticamente elegido en la comunidad, el de España, este fracasando tan rotundamente hasta tal punto que ponga en peligro toda la política de Europa, porque no se si se han dado cuenta que en estos momentos es de derechas.

Lo que importa en Italia, su gran reto, es hacer de verdad creíbles sus planes de reforma, empezando por la laboral, que no está clara, y traducir los cambios en crecimiento y empleo. Monti sabe que no tiene mucho tiempo (en un año habrá elecciones) y que pocos creen de verdad que la indomable Italia pueda reformarse a fondo. Cualquier polémica con Rajoy que normalmente sería  algo accidental y accesorio hoy es de vital estrategia política para Italia y Europa.

Pero independientemente del reflejo más o menos internacional, el problema de la política española puede significar el ser o no ser de España en Europa, e incluso la propia Unión Europea, si el desastre de las directrices emanadas por el gobierno Rajoy continúan hundiendo mas y mas a España, no será la economía española propiamente dicha la que hundirá la Europa del Euro, sino la política española que hará desconfiar a franceses e italianos, y que a la vista de las barbas de tu vecino afeitar, no querrán poner las suyas a remojar y exponerse a una situación parecida. Esta es la situación, quien podía imaginar que una España que iba a ser la maravilla de la eficacia gracias al empuje de la política del PP, pudiese acabar con la economía española y la Unión Europea al mismo tiempo como se despisten.

Berlín de momento hace como que ignora la interrelación profunda de la euro crisis, que está creando España, ya que la afecta además de políticamente, a sus intereses financieros, los de la  banca alemana por la total participación en la fantasía inmobiliaria española. Los desequilibrios europeos internos, que con el euro se profundizaron, la división entre un Norte industrial y un Sur de servicios y turismo, se financió en gran parte con los capitales resultantes del superávit exportador del Norte, para paliar su responsabilidad inventó la peligrosa leyenda populista de un centro virtuoso y una periferia manirrota, que amenaza directamente la cohesión europea.

Ahora todo esto España, Italia, Portugal, Francia, Alemania, Europa en general, puede saltar por los aires gracias al desatino y el mal ejemplo que las políticas del PP aplica en España. Es como una serpiente de fichas de dómino si España empujada por un gobierno totalmente ineficaz y sin ideas resolutivas la hace caer, arrastrara a todas las demás y el final puede ser épico

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