“Yo
ya estoy harto, y como yo, me temo que muchos otros catalanes”. Pero no se
confundan con esta primera exclamación, no estoy harto del movimiento
independentista lo que me harta es la indecisión la excesiva e innecesaria
formalidad con que nos están envolviendo unos y otros, es decir los políticos
catalanes y los españoles. Que esperan ambos dos, la cosa esta clarísima España
no nos va a dar ni un milímetro de libertad democrática, para plantear un
proceso de consulta y resolución en pro o en contra de la intención catalana de
segregación de España. Y está claro también que la sociedad catalana no va a
aceptar que nuestros políticos ahoguen y pudran esta iniciativa social, por su
desconcierto y miedo a lo que les pueda costar.
Hace
unos días escribía en mi blog, que los catalanes nos debíamos de preparar a sobrevivir
en las trincheras parapetados tras los Presupuestos que Andreu Mas-Colell ha
presentado para el 2014, hoy cambio de opinión, y la razón no es que me sienta
derrotado, no es eso, es que me siento desengañado, considero que la política catalana
no está en disposición de continuar adelante con esta situación de lucha, y no
lo está porque no toma decisiones al respecto del objetivo final, esto es lo
que produce el desconcierto tanto entre los propios políticos catalanes como
entre la sociedad que no lo entendemos. Desgraciadamente para llevarnos hasta aquí
no hacía falta tanto ruido y fuegos fatuos.
Me
parece muy correcta la estrategia del gobierno de España, y por ese motivo yo y
creo que muchos conciudadanos entendemos que la cosa es seria, entendemos que a
España le preocupa y mucho la situación aunque lo niegue, y esto que es así de
claro, nuestros políticos no lo saben manejar ni mantener una posición de acción,
ni activa ni pasiva, que ambas podrían ser
correctas.
La
más sencilla era tomar la acción pasiva que es la que en principio perecía que era
por la que se había apostado, pero no ha
sido así, porque los políticos han confundido la resistencia pasiva por la
pasividad, y esto no es lo mismo, Catalunya debería estar poniendo en
dificultades técnicas y jurídicas una y otra vez al gobierno español, por el
contrario, lo que está ocurriendo es que los acosos jurídicos económicos etc.
vienen del lado contrario, y lo peor es que aquí los políticos catalanes esto en
vez de contraatacar con demandas a los tribunales nacionales y europeos, en
definitiva hacer ruido, lo aprovechan para combatirse entre ellos, así los
ataques desde Madrid unos los aprovechan para atacar la política de CIU otros a
la de UDC, otros al PSC, y los únicos que se lo pasan en grande son el PP y C’s
.
Con
esta actitud no vamos a ninguna segregación, ni independencia, ni a ninguna
parte, con esta situación nos quedamos en donde estamos y con más cara de imbéciles
que antes, esto no puede ser, es evidente que la política catalana sufre el “síndrome
de Estocolmo” y esto la imposibilita para dirigir el movimiento social que se
inicio hace ya dos años. Es evidente que la sociedad debe de apartar a los políticos
medrosos y desconcertados de liderar este movimiento, no podemos esperar nada
de ellos, nadie va a jugarse su puesto y su cargo y sueldo por una situación, que
no lo olvidemos, no es una iniciativa política sino social.
El
camino hacia una nueva Catalunya independiente hay que retomarlo y guiarlo
desde la sociedad, hay que pedir a las organizaciones civiles que se han
significado en el lanzamiento de este movimiento libertario, que se signifiquen
todavía más, hay que organizarse abiertamente tanto frente al gobierno catalán,
como al español, es la única manera de tirar hacia adelante con lo iniciado y
es más, si no se está dispuesto a hacer esto, más vale que paremos ya y nos dediquemos
a pagar impuestos para que España siga siendo UNA GRANDE Y LIBRE ….. de catalanes y otras rarezas impropias de la
grandeza nacional.
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