sábado, 5 de septiembre de 2015
CATALUNYA QUIZAS DEBERÍA PLANTEAR CUANTO PAGARÍA A ESPAÑA POR SU INDEPENDENCIA
Mariano Rajoy no se cansa de repetir que ha ofrecido al presidente de la Generalidad, Artur Mas diálogo pero que solo recibe un monologo como respuesta, esto es imposible no puede pasar a no ser que sea el propio demandante de dialogo que no acepte responder al monologo que su interlocutor le ofrece. Analicemos la situación si Rajoy pide dialogo y Mas y este le contesta es evidente que le contesta con sus ideas y sus propuestas, si estos planteamientos no son del agrado de Rajoy y este no ofrece ninguna otra alternativa ni sigue el dialogo, es cierto, Rajoy obtiene un monologo pero no por parte de Artur Mas sino por su parte.
Rajoy no puede acabar un dialogo que no le gusta con la petición de "lealtad institucional" y "respeto al marco jurídico", eso es el verdadero monologo Sr. Rajoy, porque ente esa respuesta el dialogo se cierra. Es absolutamente lógico que ante el que al intentar dialogar usted le responde que no y que hay que "atender al interés general de los españoles y, por ello, de todos los catalanes" cuando lo que le están exponiendo es que ante la situación actual Catalunya quiere buscar la independencia de España. El monologo es total pero por su parte, usted su gobierno su partido y su España no se han enterado, que muchos catalanes no queremos ser sus españoles, por lo tanto no nos ayuda obligándonos a serlo, si no que nos está atacando tan difícil es entenderlo.
La situación que se ha creado en este país es de difícil solución, esto cualquiera puede entenderlo, pero lo que parece que usted y el gobierno del PP no entiende, es que repitiendo lo que desde Catalunya se quiere dejar atrás, no se va a arreglar nada, hoy creo que muchos catalanes están ya convencidos de que España no quiere hablar de referéndum ni de votos ni de nada que suene a libertad de opinión y democracia y esto es porque España no puede prescindir de los impuestos de Catalunya. El problema es ese y no el que nos queramos ir, esto es ya tan claro que todas las gentes de España lo han visto ya por muchas vueltas que le dé usted y el gobierno central para justificar sus negativas son simplemente intereses económicos y no monólogos.
La cuestión es endiabladamente compleja porque la secesión nos presenta dos grandes problemas: Uno para España y otro para Catalunya, y que en el fondo es el mismo, es decir la supervivencia económica de ambos países por separado. España sin Catalunya retrocedería a niveles de inestabilidad económica que posiblemente pondría en jaque a su propia calificación financiera, esta realidad, la obliga a mantener su posición de dominio sobre el territorio catalán, déjense de amores patrios, de legalidades y de que juntos somos más fuertes. Contéstense a sí mismos: si Catalunya fuese una región pobre que no fuese contribuyente neta a las arcas del tesoro español, a que los amores y deseos de unidad serian muchos menores.
Por otro lado Catalunya tiene en la actualidad tal influencia sobre la economía de España, que esta situación también la perjudica enormemente, porque si bien está claro que el amor patrio no nos liga, el negocio si nos interesa a ambos, y esto la vida enseña que a veces es más fuerte que el amor. En un ya imposible referéndum sobre la independencia nos hubiésemos encontrado que en la totalidad de la sociedad catalana habrían habido muchas dudas, porque precisamente muchos de los recursos económicos que la hacen tan fuerte que la propia España no puede prescindir de ella, son los que a su vez, hacen que muchos catalanes piensen que tampoco puedan prescindir de España.
Y está es la realidad, déjense de amores y deseos de unidad, pero con tanta negatividad y tanta negación por parte del gobierno que preside, la verdad es que hasta el oligárquico y viejo capitalismo catalán, ya ha entendido y encontrado otros mercados, y han empezado ya a ver que hoy el futuro de España no es nada seguro, y esto posiblemente ha sido el propio capital español el que ha enseñado el camino los empresarios catalanes "más españoles" solo han tenido que ver lo que hacen las grandes empresas de carácter y accionariado español. Todas ellas se están posicionando fuera del país porque tienen muy claro que ya no hay futuro económico en España que las pueda sostener, con o sin Catalunya. Así que los empresarios catalanes ya no son tan reticentes a la independencia porque ven que su futuro está aquí y en su expansión al exterior, considerando el exterior en este caso al vecino español.
Queremos ser independientes ya lo hemos dicho y repetido cientos de veces, pero quizás hace falta que Catalunya deje de pedir y "compre su independencia" quizás habría que presentar números y presupuestos de estado y de mercado, al gobierno de España en base a proponer unas relaciones de colaboración económica que no la deje huérfana de toda la aportación catalana, a cambio de unas relaciones comerciales o de otras colaboraciones, porque hasta que España y sus gobiernos no vean sus cuentas claras y seguras, no lo duden no van a jugársela con Catalunya ni por amor, ni por patriotismo. Dicho más crudamente Catalunya debe quizás explicar cuánto está dispuesta a pagar y cómo su independencia.
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