Ya no se
puede ocultar mas, España se muere irremediablemente y la sociedad tiene que
tomar conciencia de ello, porque es evidente que el gobierno de España no lo
piensa ni explicar ni hacer nada al respecto, las cifras se mire lo que se mire,
son escalofriantes, y ya les digo yo que irrecuperables por la economía
española en un cuarto de siglo, posiblemente esta situación es lo que unido a
otras circunstancias más sociológicas y humanas, han hecho que Catalunya surja
el clamor social de querer segregarse de un contexto nacional, que no nos ha
querido nunca y que ahora además, no nos puede sostener económicamente dentro
de unos parámetros que por separado Catalunya si puede lograr sin lugar a dudas.
Esta
situación es por el contrario absolutamente negativa para España porque por
muchas vueltas que se le dé desde Madrid, la FAES y el PP y PSOE juntos, los
números son los números y estos no engañan,
España no podrá pagar la deuda soberana por varios motivos básicos, uno
porque cada vez produce más deuda, dos porque cada vez produce menos ingresos
tributarios, tres porque cada vez tiene que pagar más intereses y subsidios,
cuatro porque sus grandes empresas ya no dependen del mercado español, y se han
des localizado casi todas, por lo que no ingresan en hacienda, quinto porque
Europa no la van a ayudar, hasta que reconozca y pida su intervención al
completo, no solo económica sino de su propia estructura de estado.
Y esto es lo
que desde hace ya 12 meses intenta evitar el PP y su gobierno, porque el cambio
que necesita España es otra manera de gobernar, de hacer política y de hacer
economía, y el gobierno de España, lo he dicho muchas veces, es especial, tanto
da que sea de derechas como de izquierdas, les das los votos, se encuentran en
cúspide en la corte imperial, y se creen que realmente tienen a su disposición
un imperio inagotable, y una sociedad que además les debe obediencia ciega y
agradecimiento por tener la suerte de ser españoles, de ser descendientes de
épocas pasadas, de imperios fallidos, de reyes impropios e innombrables, y de
haberse dilapidado medio mundo sin sacar ningún provecho de ello.
Como
consecuencia de todo ello, perdimos el tren de la industrialización, fuimos
incapaces de instaurar dos republicas como cambio estructural para pasar a
intentar ser una nación moderna. Esto trajo una guerra civil y una dictadura de
la que no podemos sentirnos orgullosos digo yo, nos aisló de la evolución
europea y finalmente cuando se acabo por muerte natural, nos devolvió al pasado
nos dejo en manos de otra corona, que solo sirve para recordarnos toda aquella
historia antigua y nefasta, de todo ello incomprensiblemente deberíamos estar
tan orgullosos, que deberíamos pasar hambre y penurias sin fin, con alegría y
con agradecimiento, por el amor de dios que clase de sociedad somos.
Es tan
especial la forma de hacer política en España por parte de los políticos
nacionales, que ahora están callando todo el desastre económico y se centran en
combatir la idea secesionista catalana, la verdad es que les ha ido de perlas este
encontronazo porque ya no se habla del 25% paro, de la banca, de que el año que
viene será peor que este. Ahora el gobierno y las esferas influyentes españolas
están día tras día combatiendo la idea de segregación de Catalunya, no la de
cómo sacar España del pozo en que se encuentra, sino como conseguir que
Catalunya no salga de él y sea arrastrada sin posibilidad de alguna de
sobrevivir, lo más curioso es que para incidir en ello no hacen más que querer
demostrar que la que se equivoca es Catalunya,
cuando es España la que no puede prescindir de Catalunya.
Así que en
vez de intentar apaciguar la tensión, el camino optado por la política de
España es el ataque, la denuncia, el impulsar el miedo, y lo más curioso es que
es tanto el interés que en ello ponen, que
tal parece que mas que asustarnos intenten como justificarse a sí mismos
de que no tienen la culpa de que Catalunya quiera irse, se intenta desmentir
hechos cifras opiniones con interpretaciones peregrinas, como para querer hacer
ver a la opinión pública y política nacional e internacional, que estamos
equivocados, que España no nos echa que somos nosotros los que nos queremos ir,
y ante la perspectiva real de lo que nos espera si nos quedamos lo mejor es
intentar irnos cuanto antes, si no lo logramos no habrá otra oportunidad
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