domingo, 4 de noviembre de 2012

UNA INDEPENDENCIA QUE PREOCUPA HASTA A LA INTELECTUALIDAD ESPAÑOLA

 

Escritores, abogados, políticos, cineastas y economistas han suscrito un manifiesto a favor del federalismo frente a la ola secesionista alimentada desde CiU y el Gobierno catalán que preside Artur Mas. Los firmantes ponen de relieve que tal apuesta soberanista puede desbordar el malestar social originado por la crisis económica, y que los independentistas cargan ese malestar sobre su particular idea de España.

 

Señores intelectuales y demás firmantes de este manifiesto, los independentistas catalanes si se refieren a nosotros con la definición de independentistas, no cargamos nuestro deseo de independencia a nuestra particular idea de España, sino a nuestra particular idea de nuestros sentimientos nacionales, que no coinciden con lo que España pretende que adoptemos como sentimiento propio.

 

Otra cosa es que sea ahora el momento que parece más oportuno para conseguir un cambio de posturas entre España y Catalunya, debido a la pésima influencia de la economía nacional. Si ustedes señores firmantes consideran que los independentistas  “se proponen violentar la ley democrática hecha por todos para todos” si que en esto les doy la razón, aunque no en lo de violentar, porque aquí no se trata de usar ninguna violencia, al menos por nuestra parte ni siquiera en el uso del verbo escrito.

 

El manifiesto apuesta porque todas las fuerzas democráticas busquen un mejor encaje institucional para Cataluña, una financiación más justa, y una federalización del deteriorado Estado de las autonomías. No obstante, los firmantes destacan que, si el sentimiento nacional catalán fuera apoyado mayoritariamente de forma irreversible, “la convicción democrática obligaría al resto de los españoles a tomarlo en consideración para encontrar una solución apropiada y respetuosa”.

 

El manifiesto que supongo habrán leído en los medios escritos, no lo creo oportuno incluir aquí por lo extenso que resulta, dice muchas cosas que son muy reconfortantes de leer por este catalán que les escribe estos artículos, y esto me hace decirles que es una verdadera pena que se digan estas cosas ahora, que quizás ya no haya remedio al camino emprendido por nuestra sociedad y nuestro gobierno, eso lamentablemente lo único que demuestra, es que Catalunya los catalanes tenemos razón, si España conocía nuestros sentimientos y quereres, porque los evito porque los oculto porque nos los quito, porque nos ha obligado a llegar hasta aquí.

 

De todas formas el españolismo fluye de entre los conceptos vertidos en el manifiesto en cuestión por ejemplo: “La afirmación de que España perpetró agresiones contra Cataluña es una desgraciada manipulación del pasado, que olvida deliberadamente cómo en los conflictos y guerras civiles en los que todo el país se vio envuelto, los catalanes, al igual que el resto de los españoles, se dividieron entre los diferentes bandos”.

 

Esto claro que es así, pero esto es lo que da razón precisamente al independentismo catalán, si se reconoce que ambos bandos sufrieron  alteraciones por guerras civiles y demás acontecimientos, deben de comprender que en Catalunya todavía esperamos que se nos reconozcan los daños morales, e históricos, sobre nuestra peculiaridad que ha estado siempre presente. En algunos artículos en que se nos ataca, se dice que Catalunya nunca fue un reino, ya lo sabemos y eso es precisamente un signo de nuestra peculiar forma de ser y sentir nuestra nacionalidad, pero siempre hemos formado parte de algo.  

 

Cataluña fue durante la Edad Media uno de los territorios que compusieron el patrimonio del rey de Aragón, conocido por la historiografía posterior como la Corona de Aragón. Tras la desintegración del  Imperio Carolingio el condado de Barcelona, que había formado parte de la Marca Hispánica del Imperio, alcanzó una independencia de facto  a finales del siglo X, y consiguió agrupar en torno a él, mediante vínculos familiares o de vasallaje, a una parte importante de la actual Cataluña, principalmente los condados de Gerona, Osona, Besalú, Cerdanya y Ampurias.

 

En el siglo XII, el condado de Barcelona y el reino de Aragón se unieron dinásticamente mediante los esponsales acordados entre Ramiro II de Aragón y Ramon Berenguer IV de Barcelona en1137, por los que el conde barcelonés contraería matrimonio con la futura reina aragonesa Petronila. Al final la unión entre el reino de Aragón con el de Castilla creo toda la historia común que nunca ha sido asumida enteramente por ninguna de las dos partes.

 

Creo que Catalunya siempre ha estado ahí con una historia propia y común a la vez siempre ha sido buen vasallo y siempre una parte muy importante dentro de las alianzas sostenidas hasta que surgió el imperio español, que no se conformo con tener una nación que no asumía el hecho imperial y nacional como los demás reinos o regiones o como quieran llamarlos, pero nunca podrán decir, (como no dicen es cierto) que Catalunya ha sido intransigente o traidora a sus deberes como súbdita ni tampoco como nacionalista.

 

Ahora parece que forzada por las circunstancias económicas modernas Catalunya quiere decir basta, queremos partir hacia nuestro propio destino porque no creemos que España lo esté haciendo bien, porque su deriva vuelve al centralismo imperial de aquella Castilla que forjo España, pero que olvido como he dicho muchas veces, que no lo hizo sola, hubo otros reinos y otros ejércitos y hombres que combatieron ayudando a liberar a la península Ibérica, no a España, de la invasión árabe. Al final se creó España  pero no se ha conseguido del todo ni en todas partes incorporar el sentimiento nacional español que se nos reclama casi a la fuerza como una obligación.

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