"¡Tengo lechugas ecológicas!" Los indignados vociferaban cerca del mercado de la Boquearía de Barcelona, muy cerquita de los huertos plantados en los parterres de ajardinados hasta su intrusión de la Plaza de Cataluña de la capital Catalana. Vergüenza ajena es lo que siento y e sentido durante todo el esperpéntico acontecimiento casi nacional y catalán, como no podía ser de otro modo ahora nos tocara pagar 240,000 euros por la fiesta de unos inmaduros y folclóricos políticos de calle que ni saben lo que hacían ni saben que harán ahora que se acabo la fiesta, gracias por el ridículo que habéis hecho para nada, y gracias por invitarme a la fuerza a una fiesta que tengo que pagar. Lo siento pero ahora debo criticar a la sociedad en general, que no solo acepto de buen grado la fiesta si no que la elevo casi a movimiento histórico nacional, queriéndolo comparar con los acaecidos en mayo del 68 en Francia, o los movimientos de la plaza de Tian`anmen en Pequín quizás lo esperaban pero se veía bien a las claras que no era un movimiento por ninguna libertad o por la necesidad de salir de una opresión brutal, los indignados estaban indignados porque se terminaba el momio de la vida fácil de la que disfrutaban la mayoría, por supuesto pagando sus padres. Estos sí que deberían haberse manifestado con todo el derecho que les asiste, la situación de malbaratamiento de la economía como consecuencia de la mala gestión de políticos y entidades bancarias nos afecta y de qué manera.
Y de hecho hubo la simultaneidad de los dos ejemplos de actuación el folclórico en las plazas por parte de nada y para nada y las votaciones municipales y comunitarias en el país y en ellas los “mayores” los que si cumplían con su derecho y obligación y democráticamente protestaron y con sus votos revolcaron al partido gobernante de tal manera que tardara años en recuperarse. Otra cosa a considerar es que la elección sea la correcta porque falta por ver que Dara de si el cambio que se avecina porque por explicaciones y adelantos yo no lo veo muy claro que digamos. Entre otras cosas porque no entiendo a la sociedad actual que ensalza la acción inconsecuente de unos cuantos, ni- nis, otros anti sistema, y otros a ver que se pescaba allí, luego van y votan aplastantemente a la política de derechas para que les saque del lio, en qué quedamos revoluciones de izquierdas o políticas de derechas.
Entre tanto lo piensan porque queda la última carta por jugar que les aprovechen las lechugas plantadas en la Plaza Catalunya .
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