martes, 10 de mayo de 2011

A VUELTAS CON LA DEUDA

Recuerdo que en mis comienzos como ejecutivo de empresa, un veterano contable me dijo un día. Mire si usted debe un millón de pesetas al banco, usted tiene un problema, ahora bien, si usted debe 100 millones de pesetas al mismo banco, el problema es del banco. Nunca se me ha olvidado, probablemente esta frase igual no era de su cosecha pero para mí fue  una guía que siempre observe, y nunca deje que mis deudores me pasaran el problema a mí.

Con las deudas de los países periféricos, Irlanda Portugal y sobre todo Grecia el problema ya no es de ellos, sino de sus bancos prestatarios básicamente de los bancos alemanes y franceses por este orden, ellos saben que nunca se podrá restituir la deuda existente, porque además ocurre que un país no fabrica nada, no produce nada, solo recauda impuestos y produce deuda, y contra mas le apriete la segunda, menos recauda la primera.

Así las cosas lo que hay que intentar hacer, lo estoy diciendo cada día, es asumir de una vez la deuda de estos países, y eso si evitar que se vuelva a reproducir, como hacerlo, pues en principio el BCE debería hacer lo que hizo la FED americana, es decir pagar, no al país deudor si no directamente al acreedor y cobrar por ello al deudor un interés razonable un 2.5/3% , es decir hacer con los bancos acreedores y por lo tanto poseedores de deuda y otros activos fallidos, lo mismo que se hizo en EEUU con las hipotecas fraudulentas  e incobrables comprárselas.

Si los bancos europeos garantizan a los mercados que no van a quebrar porque su BCE les cubre sus agujeros, se acabo el problema y las prisas por cubrirse, el problema de los mercados no es que Grecia deba 180 mil millones de euros por poner un ejemplo, el problema es que se los debe al Deutsche Bank y otros bancos, y estos si pueden quebrar, pero si la deuda cambia de manos y se controla se acabo el problema, porque el BCE igual que la FED nunca quebraran, tienen todo el tiempo del mundo para ir cobrando del deudor, y la maquinita para pagar al acreedor.

Los políticos alemanes necesitan reconocer que no hay una solución a la crisis de la eurozona, que no implique más desembolsos por parte de Alemania y de todos, ya sea para ayudar a Grecia, para fortalecer a sus propios bancos o para ayudar a otros países. En lugar de ofrecer al electorado falsas esperanzas, los líderes alemanes deberían empezar a exponer con claridad la realidad.

Una salida de Grecia de la eurozona, aunque fuera posible desde el punto de vista jurídico y logístico, lo que es improbable, sería un desastre para Grecia, y para la  eurozona. Sin acceso a financiación, se produciría una implosión del sistema bancario griego y europeo. Atenas se vería obligada a imponer medidas de austeridad aún más duras para eliminar su déficit primario cosa que sería imposible a todas luces, y los bancos europeos deberían contabilizar unas pérdidas inasumibles por muchos de ellos. Excepto si su acreedor fuere una entidad como el BCE que dispondría de todo el tiempo que hiciese falta para ir recuperando la deuda y controlando que los países deudores  aplicasen todas las medidas recomendadas pero sin alterar ya mas, la economía global europea.

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